SIN MAÍZ, NO HAY PAÍS

Después de enlistar los 64 nombres que tienen los tipos de maíz en México (59 de ellas variedades nativas) y mencionar el platillo con el que esos maíces han venido a enriquecer una de las gastronomías “más variadas en el planeta” (por ejemplo, “sin el maíz bolita, no hay tlayudas, así como sin el cacahuazintle no habría pozole, sin el maíz dulce, tampoco hay uchepos”), en su columna para Sin Embargo, Fabrizio Mejía Madrid reitera que ‘Sin maíz no hay país’[1].

Es esa biodiversidad que va más allá de la diferenciación entre maíz blanco y maíz amarillo (México es autosuficiente en el primero) la que como nación estamos obligados a conservar, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum en la mañanera del 14 de noviembre de 2024[2].

La biodiversidad no se reduce a las razas en animales o vegetales, abarca también la cuestión genética: “el maíz es producto de la domesticación de los pueblos originarios o de antes, incluso, de las grandes civilizaciones de México que fueron domesticando esta planta que hoy alimenta no sólo a México, sino al mundo entero”.

Los genes de los organismos se modifican en laboratorios supuestamente para incrementar el potencial de alimentación que representa en este caso el maíz, aunque muchos piensan que la alteración puede traer daños a la salud, explicó la mandataria.

Con un problema adicional: el campesino depende siempre de la semilla. Incluso cuando siembra un maíz híbrido —cuya modificación no es genética sino de combinaciones para mejorar un cultivo—, el agricultor “compra la semilla y depende de la semilla para poder seguir cultivando el maíz”.

Pero lo más grave de los transgénicos es que se pierde “la diversidad genética de los maíces [criollos] que surgieron de nuestros pueblos y que se han seguido conservando”.

Para el gobierno mexicano es una obligación que “el maíz blanco que se siembra en México no sea transgénico, y eso va a quedar en la Constitución. Esa es la mejor defensa que tenemos para la conservación de la biodiversidad y de la salud también”. El trasfondo comercial de este litigio “ya se verá”, dijo la presidenta.

Y, en verdad, no es que pretendamos dejar de comprarle a Estados Unidos. Gran parte del maíz amarillo que se importa sirve, principalmente, para alimentar aves o en la producción de cárnicos. Esto deja en claro que el problema entre los dos países no es el comercio de granos, sino el empeño que tienen en privatizar la naturaleza esas mismas agroquímicas que han desarrollado los transgénicos.

MILPA CONSTITUCIONAL

Cuando dijo esto Claudia aún no se emitía el informe final (eso ocurrió hasta el 20 de diciembre) del panel del T-MEC, que se abrió para analizar el decreto publicado en febrero de 2023 por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador para prohibir el maíz genéticamente modificado.

Ya se conocía el resultado preliminar y se anticipaba que “a lo mejor nos lo ganan”, como dijo el 13 de diciembre el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, durante una conferencia en el Colegio de México.

La controversia se centró en la prohibición de México de importar maíz transgénico para consumo humano, una medida que Estados Unidos y Canadá han cuestionado al considerar que afecta el comercio entre los tres países, así como la prohibición al uso del glifosato, resumió Forbes[3] el contexto de las declaraciones de Ebrard.

El dictamen no amilanó a la mandataria. Sheinbaum reiteró su intención de prohibir el maíz transgénico en México. Al ser cuestionada en la conferencia matutina del lunes 23 de diciembre sobre la manera en que se protegerán las semillas autóctonas de México, adelantó que en 2025 buscará declarar constitucional la prohibición del maíz transgénico.

“México está ligado intrínsecamente por nuestro origen, nuestros pueblos originarios, con el maíz. El maíz es México, por eso se dice ‘sin maíz no hay país’. Entonces, proteger para que aquí en México no se siembre maíz transgénico es fundamental. Ya hay decretos, pero ahora queremos llevarlo a la Constitución.”

Sheinbaum hizo hincapié en la diversidad genética del maíz criollo y su importancia cultural para los mexicanos, tanto en la cocina como en los cultivos. Además, cita Infobae[4], destacó la productividad que se puede obtener del mismo: “La semilla del criollo es productiva, es decir, se guarda una parte del maíz y se vuelve a sembrar y utilizar en la siguiente cosecha. Eso es muy importante porque no depende el campesino del comprarle a una empresa transnacional la semilla.”

Finalmente, Sheinbaum reiteró la intención de su gobierno de alcanzar la autosuficiencia también en maíz amarillo. Y, recuperando la cultura de la milpa donde el maíz se combina con frijol (que fija el nitrógeno en el suelo) y con calabaza, otro objetivo es lograr el autoabasto en frijol.

ABUSOS DEL TRATADO

Como se sabe, el panel del T-MEC falló contra México el 20 de diciembre en las siete reclamaciones legales que presentó Estados Unidos[5]. La Secretaría de Economía recibió como respuesta a la petición de arbitraje que los ‘considerandos’ del decreto no están basados en evidencia científica y, sobre todo, que socavan el acceso al mercado acordado por nuestro país.

Es mentira. De enero a octubre de 2024, la Unión Americana exportó 4.8 mil millones de dólares de maíz a México, el mayor mercado para sus exportaciones de ese grano reconoció en un comunicado la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés).

No son los intereses de los granjeros del corn belt (cinturón maicero) los que se intentan proteger. De hecho, centenares de “productores de Estados Unidos han sido objeto de demandas por parte de Monsanto porque, presuntamente, los jornaleros utilizaron sus semillas transgénicas sin haberlas comprado, aun cuando “varios de estos casos ocurrieron por la polinización natural”, publicó La Jornada en 2007[6].

Lo que ya sucede en Estados Unidos pasaría aquí: “para ubicar a los campesinos, la trasnacional realiza arduas investigaciones, ‘así como duras acusaciones que han llevado a los agricultores a cambiar el modo de cosechar. Ante esto, el resultado es una agresión a los procedimientos agrícolas tradicionales que han perdurado durante siglos’, señala el reporte del Centro de Seguridad Alimentaria de Estados Unidos denominado ‘Monsanto contra los productores estadunidenses’”.

Con la introducción de cultivos transgénicos, la agricultura en Estados Unidos sufrió una transformación considerable. Hostigados judicialmente por el eventual incumplimiento de los acuerdos de patentes de semillas y uso de tecnología, los productores firman un contrato con Monsanto que les prohíbe el almacenamiento de las semillas obligándolos a adquirirlas cada año. Nunca se había visto un control así sobre la venta y uso de los granos, señala el documento.

Monsanto utiliza en su beneficio un factor de vital importancia: de forma natural las plantas suelen reproducirse gracias a la polinización y se combinan con otras plantas, pero ya que la empresa “posee patentes de las características y semillas transgénicas, el cultivo contaminado se convierte en propiedad de la compañía, incluso para aquellos productores que no adquieren o no conocen cómo se utiliza la tecnología patentada”.

Menciona La Jornada en otra nota más reciente[7] que, bajo las reglas del T-MEC, México tiene 45 días a partir de esa fecha para cumplir con las conclusiones, las cuales apuntan a cambiar las políticas biotecnológicas de México por el impacto perjudicial que, según la embajadora comercial de EU, Katherine Tainormal, tienen en las exportaciones agrícolas de su país.

NI PARA LOS PUERCOS

En el recuento que hace El Sol de México, Estados Unidos estableció el panel el 17 de agosto de 2023 al amparo del Capítulo 31 del T-MEC, y en el proceso impugnó dos conjuntos de medidas reflejadas en el decreto presidencial: la prohibición inmediata del uso de maíz transgénico en masa y tortillas; y, la segunda, la instrucción a las agencias del gobierno mexicano para eliminar de manera gradual el uso de este grano en alimentos para animales.

Como parte de sus conclusiones, el panel consideró que algunos elementos del decreto sobre el glifosato y maíz genéticamente modificado publicado en el Diario Oficial de la Federación no pueden aplicarse ‘al no estar basadas en una evaluación de riesgo adecuada, evidencia científica y en normas internacionales relevantes’, refirió por su parte la Secretaría de Economía en un comunicado citado por el diario de OEM.

Nuestro país no quiere desconocer el sistema de solución de controversias del T-MEC al que la SE considera una pieza clave del tratado, pero en un comunicado conjunto las secretarías de Agricultura y de Economía aclararon que el informe del panel se refiere exclusivamente al comercio entre México y Estados Unidos. Fuera de ese ámbito, el gobierno federal seguirá buscando reivindicar los derechos de todos los mexicanos de conformidad con las obligaciones internacionales que ha adquirido.

Y el camino está marcado: blindar constitucionalmente la biodiversidad genética mexicana. La iniciativa “ya está ahí, la envió el presidente López Obrador, está por aprobarse en los próximos días, espero, en la Cámara de Diputados”, dijo Sheinbaum el lunes 23.

URGENTE, LEGISLAR

Los diputados federales de Morena respaldaron a Sheinbaum y se comprometieron a legislar para prohibir el maíz transgénico[8]. La bancada recordó que el decreto de 2023 fue precedido por otro publicado en 2020, así como por diversas políticas impulsadas por el gobierno de López Obrador entre 2018 y 2024 para prohibir el uso de maíz transgénico para el consumo humano y condicionar el permiso para su uso en forraje y procesos industriales, además de la sustitución gradual del glifosato.

Al tiempo que promovía “alternativas sostenibles y menos dañinas para la salud y el medio ambiente”, en apego a la legalidad AMLO “permitió que dicho decreto fuera analizado en un panel del T-MEC”. Este lo declaró inviable, en una decisión que “no se basó en el contenido sustantivo” del decreto, considera la diputación morenista.

El panel “instó al gobierno mexicano a perfeccionar los procedimientos administrativos necesarios para sustentar dicha medida” y, “en este contexto, el camino a seguir es fortalecer el marco legal y administrativo, apoyándonos en bases técnicas, científicas y culturales plenamente legítimas”.

DERECHO A LA TORTILLA

En el mismo tenor la bancada de Morena en el Senado, en voz de Manuel Huerta, señaló que la iniciativa tiene que ver con un tema de salud pública y de conservación de las especies de maíz nativo mexicano, “en donde lo que se busca es proteger la salud de las familias mexicanas en el consumo de su alimento base, la tortilla”[9].

La discusión en el Congreso debe orientarse a asegurar el derecho a una alimentación sana y de calidad, así como a cuidar que los alimentos básicos “no representen un potencial peligro de salud”, advirtió el también presidente de la Comisión de Agricultura en la cámara alta.

Hay que garantizar “la protección y cuidado del legado de nuestros ancestros”: las diferentes razas de maíz criollo que tenemos en México, “así como la cultura y saberes que hacen única en el mundo a la milpa prehispánica”. Por lo anterior, “es de suma importancia que en nuestra Constitución se salvaguarde y garantice la inocuidad de los alimentos, así como el acervo genético ancestral de los maíces nativos”.

Aparte, es necesario trazar una ruta para potenciar la producción de maíz. “Y esto pudiera lograrse mediante el fortalecimiento a los programas ya existentes, como producción para el bienestar, fertilizantes, precios de garantía, procesos de tecnificación, entre otras propuestas”, declaró el ex delegado federal en Veracruz.

El gran reto es ya “no depender de otros países”. Promover alternativas de producción de maíz que sean sostenibles y preserven el medio ambiente, que satisfagan la autosuficiencia para no depender del mercado extranjero de granos, destacó Huerta.

UNA DEIDAD NO BINARIA

Hace unos ocho mil años, “unos humanos que vivían en lo que hoy es México” cultivaron e hicieron del maíz lo que es hoy. Y mil 500 años antes de nuestra era los olmecas deificaron a la mazorca, dice Fabrizio Mejía Madrid.

Para los mexicas, el maíz tenía una identidad tanto masculina como femenina. Y le dieron un nombre para cada etapa del crecimiento de la planta, como espiga y como mazorca, así como uno distinto para cada color del grano.

El maíz ha sido el fundamento del sustento de los pueblos originarios de México: “nos comemos 27 millones de toneladas al año, 80 kilos por persona en el campo y 57 kilos por persona en las ciudades”.

“Nuestros maíces aportan el 38 por ciento de proteínas, el 45 por ciento de calorías y el 50 por ciento del calcio que consumimos los mexicanos. No hay otro país en el mundo en el que el consumo sea tan alto”.

Por la manera en que algunos científicos anteponen el interés de sus mecenas al conocimiento puro, “no hay forma de medir el impacto del maíz modificado genéticamente por las patentes corporativas en un país como el nuestro en que se cultivan 64 razas de maíz en los 32 estados que lo componen, no importando climas, lluvias, altura o catástrofes naturales”.

No se ha comprobado que el maíz transgénico haga daño a la salud, tampoco que sea inocuo. Pero “si aceptáramos sembrarlo, tendería a uniformar los maíces blancos que comemos, a contaminarlos con trazas de genes manufacturados por la agroindustria de Estados Unidos”.

Los organismos genéticamente manipulados son los que cambian un gen de su ADN por el de otro organismo para hacer al maíz, por ejemplo, inmune a una plaga, una enfermedad o, incluso, una sequía. Sin llegar a la sustitución de genes, el CINVESTAV del IPN desarrolló maíces resistentes a las heladas y la sequía.

LA SEMILLA DEL DIABLO

La de los transgénicos parece una tecnología benigna, sin embargo el problema viene cuando los polinizadores o el simple viento se llevan genes modificados y los van insertando en otras variedades, a través del polen. Esta “deriva del polen” implica que una raza manufacturada, más resistente, se fija como la dominante en contra de los maíces nativos, tendiendo a que se haga un monocultivo, explica Fabrizio Mejía.

Además, los corporativos como Monsanto que patentan las secuencias del ADN que manipulan han logrado que la segunda generación de sus semillas sea estéril, “obligando a los agricultores a comprarles nuevas semillas cada año”. Esto es un abuso del supuesto “derecho de autor”. En eso consiste la llamada “privatización de la naturaleza”, en usar la propiedad intelectual para monopolizar los alimentos humanos.

Es acaso “el más infame de los atropellos contra la historia del planeta”, porque Monsanto no creó el maíz. Que “todo el patrimonio alimenticio del planeta” quede “en manos de un monopolio de secuencias genéticas privatizadas”, es “de locos”.

Si nos descuidamos, el futuro que heredaremos a las siguientes generaciones será el de “monocultivos de una sola variedad, a precios de monopolio para los campesinos y agricultores”, en un mercado de semillas controlado por cuatro corporativos biotecnológicos: Monsanto-Bayer (que vende el 80 por ciento de las semillas de maíz en Estados Unidos), Syngenta, Corteva (que es DuPont aliada con Dow), y ChemChina.

Para Mejía Madrid, sería suicida aceptar que sembremos maíz transgénico porque “estaríamos mutilando la herencia agricultural, el patrimonio alimenticio [y] la cultura del maíz para las nuevas generaciones”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com


[1] ‘Sin maíz no hay país’. Fabrizio Mejía Madrid. Sin Embargo, 25 de diciembre de 2024. https://www.sinembargo.mx/4593869/sin-maiz-no-hay-pais/

[2] Versión estenográfica. Conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo del 14 de noviembre de 2024. Presidencia de la Republica, 14 de noviembre de 2024. https://www.gob.mx/presidencia/es/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-de-la-presidenta-claudia-sheinbaum-pardo-del-14-de-noviembre-de-2024?idiom=es

[3] ‘Gobierno admite que puede perder pleito con EU por maíz transgénico’. Forbes, 13 de noviembre de 2024. https://forbes.com.mx/gobierno-admite-que-puede-perder-pleito-con-eu-por-maiz-transgenico/

[4] ‘Sheinbaum insiste en prohibir el maíz transgénico en México: “Queremos llevarlo a la constitución”’. Nota de Joel Cano. Infobae, 23 de diciembre de 2024. https://www.infobae.com/mexico/2024/12/23/sheinbaum-insiste-en-prohibir-el-maiz-transgenico-en-mexico-queremos-llevarlo-a-la-constitucion/

[5] ‘Panel del T-MEC falla contra México en caso de maíz transgénico’. Nota de Juan Luis Ramos. El Sol de México, viernes 20 de diciembre de 2024. https://oem.com.mx/elsoldemexico/finanzas/panel-del-t-mec-falla-contra-mexico-en-caso-de-maiz-transgenico-20812860#

[6] ‘Monsanto demanda a campesinos de EU por uso de semillas transgénicas’. Nota de Angélica Enciso. La Jornada, jueves 8 de febrero de 2007. https://www.jornada.com.mx/2007/02/08/index.php?section=sociedad&article=047n1soc

[7] ‘México pierde disputa con Estados Unidos sobre maíz genéticamente modificado’. Nota de Alejandro Alegría. La Jornada Maya, 22 de diciembre de 2024. https://www.lajornadamaya.mx/nacional/240914/mexico-pierde-disputa-con-eu-sobre-maiz-geneticamente-modificado-tmec-maiz-transgenico

[8] ‘Las Diputadas y Diputados Federales de Morena respaldamos a la Presidenta Claudia Sheinbaum y legislaremos para prohibir el maíz transgénico’. Cámara de Diputados, Grupo Parlamentario Morena, 23 de diciembre de 2024. https://comunicacionsocial.diputados.gob.mx/index.php/grupo-parlamentario/-las-diputadas-y-diputados-federales-de-morena-respaldamos-a-la-presidenta-claudia-sheinbaum-y-legislaremos-para-prohibir-el-maiz-transgenico-

[9] ‘Protección del maíz en la Constitución implica preservar la salud en su consumo y aumentar productividad: Manuel Huerta’. Senadores de Morena, LXVI Legislatura, 25 de diciembre de 2024. https://morena.senado.gob.mx/proteccion-del-maiz-en-la-constitucion-implica-preservar-la-salud-en-su-consumo-y-aumentar-productividad-manuel-huerta/

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