SIN VOLCÁN FEST, PERO CON UNA FERIA QUE EVOLUCIONÓ

Cuando en la entonces administración de Héctor Insúa irrumpió el Volcán Fest en la capital colimense, gran parte del auge que tuvo se debió a la vanguardia en su programación, su variedad, cautivando a un público que tenía un hartazgo generalizado con respecto a la Feria de Colima, debido a su involución, el mal estado de sus instalaciones y la proyección de esta como si se tratara de una kermés desorganizada.

A menos de una década de su creación, la administración de Riult Rivera, por un lado, derivado de su mala planeación financiera, y por otro, su mala gestión con los sectores empresariales – y eso lo señalan los mismos empresarios, no quien escribe-, prefirió dejar de lado el Volcán Fest y en cambio realizar una serie de eventos intrascendentes que tuvieron como punto relevante una visita exprés de Galilea Montijo a la capital colimota. Incluso el Sábora Fest vio mermado su nivel, en comparación con ediciones anteriores, por lo que el futuro luce desolador en ese sentido, tratándose de una administración que ni siquiera puede pagar a tiempo las quincenas de sus trabajadores de confianza. Por ende, pedirle buenos eventos culturales o de entretenimiento está por demás…

A pesar de la pérdida de un evento como el Volcán Fest, positiva ha resultado la renovación, modernización y rescate de las instalaciones de la Feria de Colima, cuyo instituto quedó en manos de un funcionario que vio de cerca el crecimiento del evento municipal que mencionamos al inicio, palpando ahí la respuesta ciudadana a una serie de actividades que invitaban a la asistencia de personas de todos los gustos culinarios, intereses culturales, musicales y de todos los poderes adquisitivos.

Desde el arranque de esta administración estatal, Rodolfo Aguilar tuvo una encomienda muy clara: darle orden a una Feria que desde la anterior administración lucía descuidada, abarrotada de vendedores ambulantes cual tianguis dominical, con pocos atractivos para la generalidad de los integrantes de una familia, salvo el de los más pequeños con los juegos mecánicos. Como lo dice el propio Aguilar Dávalos, atendió a cabalidad la indicación de la Gobernadora de brindar espectáculos de calidad y de organizar una Feria accesible para todos.

Sin embargo, no solamente era darle orden, sino estructurar las secciones dentro de la Feria de una manera en que fueran amigables para las familias asistentes, mejorando la experiencia de los asistentes, y que fuera rentable para las empresas que deciden sumarse a las actividades diarias de esta celebración. En esta edición, lució la mejor distribución de las zonas, como la nueva “Plaza de la Familia”, la ampliación de la Zona Bohemia, la Zona Arbolada, la Zona Picnic, además del Pabellón “Hecho en Colima”.

De las innovaciones que la administración de Indira Vizcaíno ha consolidado en la Feria son los conciertos o presentaciones estelares en el Foro Principal, que este año tuvo artistas como Gloria Trevi, Inspector, Grupo Palomo, Tributo Mix Kids y K-Pop, así como “Juntos: Jorge Medina y Josi Cuen”, que reunieron a miles de personas en espectáculos de ingreso gratuito para todos los gustos y edades.

Sin olvidar que en esta edición la administración estatal tuvo a bien autorizar tres “puentes” durante el periodo en que se realizó la Feria. Lo que derivó en mayor número de asistentes en los 18 días de actividades, llegando a más de 1 millón de visitantes, según el comunicado oficial. Ojalá el vendaval de fines de semana largos haya llegado para quedarse.

Hace una década se hablaba de cambiar el recinto ferial a otro sitio con el fin de modernizarlo, pues la organización de la Feria era tan mala que hacía ver aún más arcaicas sus instalaciones. Hoy se comprueba que mediante una buena gestión la Feria sí puede evolucionar y adaptarse a las exigencias de las familias colimenses.

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