SOLDADOS DEL PRI

Lo que ocurrió en el Supremo Tribunal de Justicia en el estado de Colima (STJEC) la semana pasada, merece una lectura política. No solo de los verdaderos motivos que llevaron a Bernardo Salazar a renunciar y, finalmente, solicitar licencia para ausentarse del cargo, sino del propósito que perseguía hacer pasar la designación de la magistrada Leticia Chávez en la suplencia administrativa del titular como elección de una nueva presidencia en el pleno, buscando ampliarla dos años más a los tres meses que le restan al periodo del actual titular del Poder Judicial.

Era un asunto meramente administrativo otorgar licencia a Salazar Santana y reconocer a Chávez Ponce como suplente. Pero intentar concederle a la magistrada Leticia, aun si hubieran logrado una votación mayoritaria, un mandato que excede los términos legales de un periodo ya por concluir, despierta sospechosismos como dijera el clásico:

Intuimos que el objetivo era presentar el nombramiento de la magistrada Leticia no como algo temporal, sino como algo definitivo e irrevocable por cualquiera de los otros dos poderes. Fuera de la clase política, hacia la opinión pública, aparentar una elección buscaba también simular la designación de una mujer en la presidencia del Supremo Tribunal como ejercicio de la voluntad política de Indira Vizcaíno.

EL MODELO GRISELDA

La propia gobernadora les dio la idea desde el momento en que, al tomar posesión, ubicó su llegada al poder tanto en la tradición de la lucha de las mujeres por más y mejores oportunidades políticas, como en la ruta de la izquierda.

En el asunto de género, Indira reconoció como precedente de su triunfo electoral el papel de Griselda Álvarez como primera mujer en gobernar un estado de la república. Y, combinado con el tema de la izquierda, la victoria de Claudia Sheinbaum en la elección de jefa de Gobierno de la Ciudad de México en 2018. Mezcla de ambas vertientes, fue el arribo de otra media docena de gobernadoras junto con Vizcaíno en 2021.

Dado que un hito en el sexenio de doña Griselda fue tener a una mujer como titular en cada uno de los poderes del estado (Yolanda Delgado en el Congreso y Margarita Torres Huerta en el Supremo Tribunal, además de la propia Álvarez Ponce de León en la gubernatura), la clase política calculó que Indira buscaría replicar esa tripleta feminista.

Sin embargo, la misma gobernadora desechó esa profecía al operar la designación de la diputada Viridiana Valencia como delegada de los programas federales de Bienestar en el estado, y alentar la elección de Armando Reyna como coordinador de la bancada morenista y, en consecuencia, su arribo a la presidencia de la Junta de Coordinación Política en el Congreso local.

Por lo demás, Leticia Chávez está más cerca de mantener los intereses priistas en la judicatura que de representar una alternancia de género con distinta vocación de servicio. Si bien tiene carrera judicial, su filiación partidista es indiscutible. No la habrían propuesto de estar identificada con la izquierda.

VICIOS PÚBLICOS

Una de las promesas de campaña de Indira Vizcaíno fue crear un consejo del Poder Judicial, equivalente al Consejo de la Judicatura Federal. Este organismo tendría en sus manos el manejo de los recursos presupuestales y regiría el catálogo de sueldos que contempla el margen entre mínimos y máximos, para que los salarios no se asignen discresionalmente. En Colima, por ejemplo, hay administrativos que ganan más que un juez. Y funcionarios que gozan de canonjías que no vienen con el cargo: choferes y vehículos oficiales, por mencionar dos.

Si bien el presidente de un consejo de la judicatura en los estados donde ya hay, siguiendo el modelo federal es el mismo presidente del Supremo Tribunal, la separación del aparato administrativo del jurisdiccional evitaría la facilidad para incurrir en prácticas de corrupción en compras, construcción de obra y manejo de los recursos materiales: vehículos, mobiliario y equipo de cómputo.

Aunque hay división de poderes y algunos politólogos consideran más democrático un escenario donde el Legislativo está enfrentado con el Ejecutivo, mientras el Judicial se dedica a sabotear las decisiones de los otros dos poderes, no es menos válido un régimen donde el partido gobernante tiene mayoría parlamentaria y donde, a fuerza de ir proponiendo y ganando la votación para colocar magistrados, cuenta con la simpatía mayoritaria de su judicatura.

Al cambio de régimen, por la renovación paulatina del pleno será el Judicial el último poder en transitar hacia la alternancia. Pero es un error de los jefes políticos de Bernardo Salazar concebir al Supremo Tribunal como una trinchera del PRIAN, desde la cual lanzar el asalto para recuperar el poder legislativo en 2024 y, el ejecutivo, en 2027. El grupo que controla el Supremo Tribunal ha trabajado en contra del proyecto de gobierno de Indira Vizcaíno desde la campaña electoral, la evidencia está en las redes sociales.

No por ser abogada de profesión sino porque es un componente de la gobernabilidad y la gobernanza, para Indira Vizcaíno es prioritario extender al poder judicial la noción de cambio. No podemos ver la armonía entre poderes como sometimiento político. Cada uno tiene su esfera de responsabilidad y el ideal de un equilibrio entre poderes vale lo mismo para el Legislativo y el Judicial, como para el Ejecutivo.

La urgencia por cambiar la correlación de fuerzas al interior de la judicatura no deriva de la militancia priista de algunos magistrados y de la gente que han colocado como piezas en la maquinaria de ese poder, incorporándolos primero como becarios y luego colocándolos en plazas bien remuneradas. La urgencia es adecentar al STJE: acabar con la venta de acuerdos y resoluciones; acabar con el comercio de fechas para diligencias que se ve como algo normal; acabar con la realización de obras materiales particulares que se hacen pasar como obras del poder judicial; entre otros vicios.

HOTELES RANGELIANOS

El estilo rangeliano no solo fue adoptado para la decoración de interiores en residencias y oficinas, sino en hoteles. En Colima, la impronta de Alejandro Rangel Hidalgo se nota en el restorán Los Naranjos (del centro) y en la decoración de otros espacios comerciales.

Rangel fue arquitecto de la fachada y el patio central del Hotel América, así como diseñador de “un comedor donde navegan unas carabelas que parecen de armero italiano del renacimiento”, escribió Guillermo García Oropeza.

El autor de Alejandro Rangel Hidalgo, artista y cuentacuentos (Gobierno del Estado de Colima, 2003), habla también de ese “verdadero juguetito arquitectónico que es el merendero llamado del Pocito Santo [hoy conocido como El Charco de la Higuera] que, en tiempos de doña Griselda, primera gobernadora en este machista país, se construyó en una plaza colimota junto a una iglesia también gótico-tropical y en medio de refrescantes vegetaciones”. El espacio, “muy formal y simétrico”, está “acompañado con cuadros y parafernalias rangelianas”.

El Rangel escenógrafo más que el arquitecto, se expresó por su funcionalidad en la remodelación del portal Hidalgo “que reordena en un estilo que a falta de nombre mejor llamaré neoclásico rangeliano con detallamiento fino y un colorido suave que pronto se impuso en la plaza completa, dándole una nueva elegancia, fresca y luminosa”. El kiosco del jardín Libertad es también de “inspiración rangeliana y tiene una galanura de juguete fino”.

Todo esto para dar contexto al comentario que nos hizo Francisco Ventura recordándonos que, en el Hotel Fénix de Guadalajara, la mayoría de los muebles en las habitaciones son rangelianos.

Nuestro correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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