Taibo: para leer en libertad

Invitado a Colima para atestiguar el inicio de una Legislatura local donde Morena tiene mayoría y para coordinar el arranque en la entidad de la escuela de cuadros de ese partido, Paco Ignacio Taibo II había pensado aprovechar su visita a esta ciudad para presentar el más reciente libro de su ya vasta bibliografía.

Pero resulta que está agotada la primera edición (en un solo volumen con dos portadas, una en tapa y la otra invertida en contratapa) de las dos novelas breves que dio a conocer este año: El olor de las magnolias/La Libertad, la bicicleta (Planeta, 2018).

Así que PIT II decidió esperar a la reimpresión de la obra para traerla a Colima, ya como parte de lo que pudiera ser una feria del libro que organice en el estado la brigada cultural “Para leer en libertad”, con un programa que incluirá conferencias, mesas redondas y talleres. Por lo que, entonces, cambió la presentación del libro por una charla sobre literatura.

En la Fábrica de Luz, una antigua subestación eléctrica en El Tívoli que la Sedatu convirtió en un espacio cultural donde, además de cursos de manualidades, se imparten talleres de artes circenses, Taibo expuso su visión del fomento a la lectura el pasado lunes 1 de octubre, horas antes de que el cielo se rompiera sobre esta ciudad y causara las peores inundaciones de los últimos años.

Según el refundador de la novela negra en México, autor de varios textos de historia y novelas históricas, así como de las biografías de dos íconos revolucionarios, Pancho Villa y Ernesto Che Guevara, se debe fomentar la lectura por placer, no por obligación, y hacer del acceso al libro un derecho inalienable junto a la alimentación, la educación, la salud o la vivienda.

De ahí que la brigada se haya enfocado en crear una biblioteca digital con más de 150 títulos que se pueden descargar gratis en formato PDF, y en llevar a las comunidades libros de 10 o 20 pesos que salven a los lectores del dilema entre leer o comer.

Taibo II reniega de que a los jóvenes los hagan leer en la secundaria clásicos como el Mío Cid o autores del Siglo de Oro, como Quevedo, cuando un lector debería llegar a esas obras ya que tenga la capacidad de comprenderlas y disfrutarlas.

Sin embargo, el autor de la saga del detective privado Belascoarán Shayne cree en el poder de estimular la imaginación que tienen las novelas de aventuras del siglo XVIII, como Alejandro Dumas y James Fenimore Cooper, o de escritores decimonónicos como Emilio Salgari y Julio Verne. Incluso, celebra que los niños se inicien en la lectura con la saga de Harry Potter.

La rebelión electoral

Además de encabezar una brigada por la lectura y dar capacitación política a los afiliados a Morena, Taibo quisiera hacer muchas cosas pero el tiempo se le hace corto y los kilómetros largos. Pese a esas limitaciones -dijo al iniciar la charla- está entusiasmado: “Hay un viento de fronda que recorre el país, un vendaval de cambio, una sensación de que nada va a ser igual”. Los mexicanos dijimos: “¡Basta, maldita sea!”

“El nivel del hartazgo de nuestra sociedad frente a los abusos del poder; frente a un proyecto neoliberal criminal, corrupto, ineficiente; frente a una estructura de mando basada en el abuso, el desprecio por los ciudadanos, el miedo al pueblo”, hizo que de repente se les cayera “el teatro”.

“Siempre pensé que usaban carros con vidrios entintados para que no los viéramos, pero era para no vernos. Porque si no existimos hay poder, hay negocios y restoranes de lujo, pero no hay país”, explicó.

“La revolución electoral de julio fue espectacular. Pensábamos que no iba a ser fácil, que a pesar de la voluntad de la mayoría por llevar a Andrés Manuel al poder y provocar un cambio sustancial, iban a hacer mil y unas marrullerías; a tratar de ganar el Senado y la Cámara de Diputados, los congresos de los estados, para que no pudiéramos operar legalmente, para que no lográramos modificar” el esquema neoliberal. “Y de repente vino la ola”.

Ese viento sopla en todos los sectores y clases sociales, menos en las de hasta arriba que han tenido el privilegio de “podernos chingar toda la vida” y van a querer seguir haciéndolo.

Agravios acumulados

A partir del 1 de diciembre, “todo va a cambiar”, sentenció Taibo: “Los mexicanos éramos unos seres que llegábamos a una oficina y, tras saludar, porque somos gente educada, recibíamos como respuesta un ‘No’. Éramos era una sociedad castigada por el ‘No’. Pero la libertad no se exige, se ejerce. Y la ejercimos”.

Ahora las expectativas son enormes, reconoce, porque hay muchos agravios acumulados:

“Campesinos despojados de sus tierras por maniobras burocráticas de funcionarios de gobierno aliados con empresarios;

“Violencia producto de la complicidad del Estado mexicano priista-panista y el narco;

“Modificaciones a la Constitución desde la perspectiva neoliberal que son gansteriles, como la ley de playas, aparte que avanzaba la privatización del sistema de salud y del agua”.

Eso por no mencionar el agravio que generó “una ofensiva contra la educación que no tiene medida. Es increíble cómo se ha calumniado a los maestros. Mientras los recursos se invertían en campañas difamatorias, las autoridades eran incapaces de levantar una biblioteca o ponerle techo a una escuela”.

Pasamos de tener 45 normales rurales a tener 25. “El normalismo rural tenía una lógica: la comunidad elige al mejor de sus hijos para que se vuelva maestro y regrese a la comunidad”. Pero la Reforma Educativa desconoció el papel del maestro: “Se les somete a exámenes memorísticos. Se dice que cualquiera puede ser maestro, aunque no toda la gente capacitada para enseñar tienen la vocación para hacerlo de por vida”. Esa mística magisterial quisieron destruirla: “Hay miles de maestros cesados y encarcelados varios”.

Además, tenemos más de 400 presos políticos: “Maestros, campesinos por haber dado la lucha social, indígenas sobre todo. Hemos vivido en un país en el cual por robar un gansito podías pasar dos meses en la cárcel, pero negarse a pagar el salario mínimo no tenía penalidad”.

Por eso, dijo Taibo, ese lunes “fue una maravilla ver arrinconados en el Congreso a los oligarcas políticos. La gente los insultaba y ellos no sabían dónde meterse”.

El mensaje del pueblo

Ahora necesitamos “no dejar al nuevo gobierno en soledad. Los llevamos al poder con un programa: no a la corrupción, no al proyecto neoliberal, no al abandono del país, detengan la guerra contra el narco; vuelvan a una política social, en lugar de una política de expoliación, doble lenguaje y mentira”.

El mensaje es: “acaben con el chayote en la prensa y con los mecanismos mediante los cuales se envilece la vida de todos nosotros. Escúchenos, vuélvanse servidores del pueblo y no quieran poner el pueblo a su servicio”.

Las escaleras se barren de arriba a abajo y necesitamos miles de funcionarios honestos que las barran. Pero también un pueblo organizado que diga qué queremos:

“Queremos una ley de amnistía, que se reabra la investigación sobre Ayotzinapa y los culpables vayan a la cárcel, que los corruptos se vayan a repoblar las islas Marías” embarcados en un buque del tamaño del Titanic.

“Necesitamos justicia. Y esta sólo vendrá de la interacción de un gobierno surgido de un programa de justicia y una ciudadanía que ejerció la rebelión electoral”, resumió Paco Ignacio Taibo II.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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