El teatro del engaño. Buscando a los Zodiaco, la banda que nunca existió, de la belga Emmanuelle Steels, se publicó en 2015. La edición económica, con el subtítulo Cassez-Vallarta: historia de un montaje, es de 2018. Pero tanto la original con prólogo de Miguel Sarre como esta segunda, no fueron distribuidas ni promovidas con entusiasmo por Grijalbo o por el sello Debolsillo.
El reportaje de la periodista independiente radicada en México –donde ha sido corresponsal de Radio France, Libération, RTBF (la empresa de radio y televisión belga para la comunidad francófona) y RTS (RedTeleSistema) de Ecuador– volvió a despertar el interés del público a raíz del documental en la plataforma Netflix. La autora está haciendo el esfuerzo de mover los cientos de ejemplares que sobrevivieron a la tentación de picar el papel para reciclar la pulpa.
El libro de Steels es una de las aportaciones más documentadas a la bibliografía que sobre el caso Cassez-Vallarta se ha publicado, y que va desde un cuaderno de Héctor de Mauleón (Florence Cassez: la verdad secuestrada; Nexos, 2011) al reportaje en libro de José Reveles (El affaire Cassez. Una historia de novela; temas’dehoy, 2018) y, por supuesto, a Una novela criminal (Alfaguara, 2018) de Jorge Volpi. Pablo Reinah –chivo expiatorio del montaje que, para limpiar la imagen de Carlos Loret de Mola, fue despedido de Televisa– publicó su propia versión: El caso Florence Cassez: Mi testimonio (Aguilar, 2021), con prólogo de Javier Solórzano.
“Es complicado’, admite la autora cuando le señalan Los Periodistas, Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, que El teatro del engaño ya no se puede conseguir fácilmente. “Es un libro que salió en 2015 y tuvo cierta difusión dentro del círculo de los más interesados en el caso. Entre ellos, Jorge Volpi que lo leyó y, posteriormente, le inspiró Una novela criminal”.
Cuando esa novela de no ficción ganó el Premio Alfaguara 2018, “hubo cierto intento por mi parte” –dice Emmanuelle– de darle nuevamente difusión al libro, pero la editorial no le dio buena distribución. Tengo varios cientos de ejemplares que se venden en una librería de la Ciudad de México, La Moraleja. Ahí en la terraza del Cine Tonalá se hizo, no una presentación sino el relanzamiento de un libro que “salió hace siete años”. La Moraleja hace envíos a todo el país, y el libro también está disponible por Amazon.
DOBLE MONTAJE
La tesis general del libro de Steels –señala Páez Varela en la emisión del 12 de septiembre de 2022 del noticiero que se transmite en el canal de Sin Embargo al Aire en YouTube (https://www.youtube.com/watch?v=S8qevI0Xjl0)– es que hubo un montaje judicial sobre el montaje televisivo. Se inventó una banda de secuestradores y, a partir de esa ficción, se hizo un show.
“Gracias a la serie de Netflix, ahora existe una mayor predisposición en la sociedad a conocer la trama secreta de este caso –apunta Emmanuelle–. A diferencia de lo que dice Pablo Reinah en su libro, no estoy defendiendo a los Vallarta o a Florence Cassez. Me acerqué a este caso con el mismo prejuicio que tendría cualquier persona en México: pensaba que se trataba de una francesa que se había metido en un problema y estaba buscando, a través de su nacionalidad, el privilegio de escapar a la justicia. Esa fue la manera en que yo me interesé en este caso, como periodista y corresponsal de un diario francés.
“No tenía como tesis de entrada demostrar la inocencia de todos, ni mucho menos. De hecho, cometí los mismos errores que otros periodistas han cometido, por ejemplo, llamar a Israel Vallarta ‘líder de la banda de secuestradores de Los Zodiaco’, por desconocimiento y por dejarme llevar por esa marea de opiniones a partir del montaje.
“Aunque se sabía que se trataba de una puesta en escena, de alguna manera todos los medios se sumaron a la fábula de que se había detenido in fraganti a los secuestradores y liberado a unas víctimas, historia falsa.
“Me acerqué al caso en 2009 junto con dos corresponsales de la televisión francesa (Anne Vigna y Léonore Mahieux, de hecho, muchas de las imágenes que ellas grabaron aparecen en el documental de Netflix, sin crédito por cierto). Y lo primero que hicimos fue visitar a Florence, entrevistarla sobre lo que tenía que decir. A partir de ahí, me interesó contrastar la versión de Cassez con la que había en el expediente: ver las imágenes, analizarlas y entrevistar a los protagonistas del caso.”
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA
“Vigna y Mahieux se fueron de México en 2012 y yo seguí sola. Poco a poco fui descubriendo que, más allá de lo que se presentó como un simple montaje mediático, había algo muchísimo más complejo: un enorme montaje judicial.
“Para las personas que ven la serie, esto va quedando más claro. Si bien, todavía se podría profundizar más allá de lo que hizo la serie respecto a cómo fueron manipulados los testimonios de las víctimas. Por ejemplo, falta explorar cómo ciertos personajes, entre ellos la falsa activista Isabel Miranda de Wallace, agente del gobierno infiltrada en la sociedad civil, jugaron un papel crucial a la hora de manipular a las víctimas y obligarles a declarar” en contra de Israel y Florence.
“Nunca pretendí defender a nadie, si bien en cierta época yo tuve también esa misma tibieza de la serie para decir quiénes son inocentes o quiénes son culpables”, sopesa Steels.
La serie, como en su momento muchos reporteros, no ofrece certezas “bajo el argumento de que los periodistas no nos podemos ostentar como jueces”. Sin embargo, sí es posible decir “quién es inocente porque, a partir del momento en que se fabrican de manera tan escandalosa acusaciones contra una persona, se puede reivindicar su presunción de inocencia, denunciando también las violaciones de los derechos que en el caso de los Vallarta son muy numerosas”.
PRISIÓN OFICIOSA
Para Álvaro Delgado, desde aquel 9 de diciembre de 2005 quedó en evidencia la manera de actuar de personajes encumbrados en el gobierno de Vicente Fox que, luego, en el siguiente sexenio, se encumbraron todavía más: Luis Cárdenas Palomino y su jefe en la Agencia Federal de Investigaciones, Genaro García Luna, nombrado secretario de Seguridad por Felipe Calderón.
“No es casualidad que esas dos personas estén hoy en la cárcel. Cárdenas Palomino fue detenido el año pasado por las torturas en contra de Mario Vallarta Cisneros. Desgraciada y paradójicamente eso no tiene efectos sobre el caso del hermano de Israel, pese a haber sido torturado y pese a estar en prisión preventiva desde hace diez años, acusado de un secuestro cuya supuesta víctima nunca se presentó a acusarlo. Varios de sus torturadores están en la cárcel, pero Mario ni siquiera tiene sentencia.
“En México se ha hablado mucho del papel de los medios de comunicación en este caso, pero en algo coincido con los periodistas que fueron involucrados en el montaje: también esto es un engaño de las autoridades. Televisa y TV Azteca no fabricaron el expediente ni sembraron a las víctimas de secuestro en la casa de Israel Vallarta.
Aunque ahora proclaman su inocencia aprovechándose del desconocimiento de la sociedad sobre los detalles del montaje, buscando generar confusión, las televisoras sí tienen responsabilidad en el boom mediático. No participaron en el montaje judicial, pero fueron la caja de resonancia de todos esos abusos”, concluye Emmanuelle Steels.
En la siguiente entrega de esta columna, la periodista belga responde a la pregunta respecto al rol que jugó el reportero de Televisa, Pablo Reinah, en este montaje mediático.
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