TELEVISIÓN QUEBRADA

¿Quién iba a decir que una empresa con tanto poder en 2005 como para imponer una ley a la que le pusieron su nombre, es la misma Televisa que hoy tiene sus números subvaluados, es decir, tiene más dinero en caja de lo que vale en bolsa?

Ricardo Raphael planteó la ironía a Jenaro Villamil, periodista especializado en medios y actual presidente del Sistema de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), en su espacio de Radio Centro el 9 de octubre de 2019 (‘TELEVISA y TV AZTECA TODAVÍA TIENEN PODER porque señal llega a 95 % del país: Jenaro Villamil’; https://www.youtube.com/watch?v=w1alUUiRyTU).

Televisa, una empresa que no pudo mantener a la estación XEW porque le costaba mucho y está decidida a concentrarse en pocos activos, ha sido derrotada económicamente. ¿Cómo explicar ese deterioro con respecto a aquella otra empresa de 2005?, ¿es el transcurrir natural de las televisoras en el mundo o en Televisa se han cometido errores costosos que la llevaron a dónde está hoy?, pregunta Raphael de la Madrid.

Jenaro Villamil, autor de libros como El poder del rating, de la sociedad política a la sociedad mediática (2001), La televisión que nos gobierna (2005), Si yo fuera presidente: el reality show de Peña Nieto (2009), El sexenio de Televisa (2011), Peña Nieto, el gran montaje (2012), La caída del telepresidente (2015) y La rebelión de las audiencias (2017), comenta que ya “en esos textos era muy clara mi puntualización sobre Televisa”:

“El problema fue convertir a un medio de comunicación del tamaño que fuera, en una agencia política de colocaciones. Con ello se perdió la naturaleza y la esencia del medio de comunicación”.

SOLDADOS DE TELEVISA:

En otras palabras, los ejecutivos de Televisa dejaron de ser soldados del presidente, como reconoció serlo Emilio El Tigre Azcárraga Milmo, y convirtieron a los políticos en sus soldados:

“Cuando en agosto del 2004 en Nueva York, Emilio Azcárraga Jean que tenía siete años al frente de la presidencia corporativa de Televisa afirma que la democracia es un buen negocio, lo que le estaba diciendo a los accionistas es que su compañía le encontró la cuadratura al círculo de la alternancia fallida mexicana, y que ahora entraría a la comercialización de los espacios de información y de opinión política. En pocas palabras, que Televisa se convertiría en juez y parte de la contienda política”, describe Villamil.

“Ese fue el salto cualitativo venenoso, porque perdieron toda su dimensión comercial natural, es decir, hacer contenidos para las audiencias de acuerdo a su naturaleza de medio comercial. Si querían seguir haciendo telenovelas pues que invirtieran en producirlas, pero que el tema fuera hacer una telenovela y no chantajear a un gobernador para que les financiara una telenovela… y que luego ahí apareciera subrepticiamente el gobernador” como extra.

AMOR A LA MEXICANA

Especificando que las preguntas se las hace al periodista y no al funcionario, Ricardo Raphael le pide a Jenaro Villamil que aclare dos episodios: el romance de telenovela entre Peña Nieto y Angélica Rivera, y el movimiento #YoSoy132.

Se dice que una de estas empresas manejadas por el vicepresidente de Mercadotecnia de Televisa, Alejandro Quintero (TV Promo, Radar, Servicios Especializados o Crea TV, donde tenía como socio a Eduardo Medina Mora, quien acaba de renunciar a su cargo como ministro de la Suprema Corte), podría haber estado “detrás del teatro del matrimonio entre La Gaviota y el presidente Peña Nieto”, menciona el entrevistador.

Y, por otro lado, pocos meses después del arranque de la campaña presidencial de 2012 surge el movimiento #YoSoy132, que golpea en el corazón de la legitimidad de esa televisora por lo menos entre muchos miembros de una generación que estaba llegando a la edad adulta.

Raphael de la Madrid le pide entonces a Villamil ayuda para recorrer esos dos episodios, profundizando en ese argumento de que Televisa “pisó territorios que no son convenientes para un medio de comunicación”, lo que no deja de ser “una lección para adelante”, plantea el también columnista de El Universal.

DESTILANDO AMOR

Jenaro Villamil relata el primer episodio:

“En octubre 2005 yo publico en la revista Proceso que había un plan de negocios del Grupo Televisa con el gobierno del estado de México para llevar a la Presidencia al joven gobernador Enrique Peña Nieto, y ahí advierto que no consistía simplemente en la venta de tiempo aire o de pautas de publicidad.

“El plan de negocios contemplaba transformar la narrativa, la figura y la imagen del gobernador mexiquense para hacerlo presidenciable. Eso incluía también un distanciamiento táctico de Arturo Montiel y algún romance de telenovela.

“En esa época Peña Nieto estaba casado, todavía no enviudaba”. Su primera esposa, Mónica Pretelini, muere en enero de 2007. “Y es entonces cuando entra en operación el modelo del advertiming para mezclar la telenovela con la vida real. Construyen el romance a partir de Angélica Rivera, la figura de las telenovelas de Televisa más popular en ese momento” gracias a que había protagonizado en 2007 el melodrama Destilando amor, donde a su personaje le apodaban La Gaviota.

“Es la gran entrevista que nos debe Angélica Rivera a los periodistas y a los mexicanos para que, entonces, a calzón quitado nos cuente exactamente cuánto le pagaron, qué le ofrecieron, si sabía a lo que iba o por qué jugó a estar enamorada si no lo estaba. Porque si nos siguen diciendo que fue un romance, que fue un amor y no sé qué, la verdad es que la gente no es tonta y puede ver cómo en cuanto termina el sexenio termina el matrimonio y se termina todo. El plan estaba perfectamente cronometrado”.

TODOS FUIMOS 132

Segundo episodio, plantea Ricardo Raphael: el 11 de mayo de 2012 va a Enrique Peña Nieto a un evento en la Universidad Iberoamericana, y los estudiantes le reclaman la violación de derechos humanos a los comuneros de Atenco que protestaban justamente contra aquel primer proyecto del aeropuerto de Texcoco.

La represión del 3 de mayo de 2006 estuvo a cargo de la Agencia de Seguridad Estatal, a las órdenes del gobernador del Edomex, y de la Policía Federal Preventiva bajo el mando del secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora.

En la Ibero, Enrique Peña Nieto responde mal. Incluso se atreve a decir que lo volvería a hacer. Y después de este desaguisado, tan serio que el candidato tuvo que esconderse o al menos tomar una ruta de escape o de protección, hay toda una operación de desinformación, detalla Raphael de la Madrid.

Todavía se podía hacer eso, no había redes sociales o al menos no se habían enterado que ya había redes sociales. Era una operación para que en los noticieros de ese día por la noche, que todavía se veían mucho los de Televisa, no aparezca la noticia. Y no aparece. Eso hace enfurecer a los jóvenes que muestran el músculo de las redes sociales.

Es un parteaguas, si un día se hace la historia de los medios en México esa noche marcó la diferencia. Error grave del PRI no darse cuenta que ya vivíamos en la era de las plataformas, que no había manera de esconder a Peña Nieto, resume Ricardo Raphael.

“Y peor porque seis meses atrás, en diciembre de 2011, en la FIL de Guadalajara hubo una demostración clarísima del poder que tenían las redes sociales, por lo menos Twitter y Facebook, para mostrar la desacralización de una figura telegénica perfectamente controlada”, acota Villamil.

“Es el famoso episodio donde Peña Nieto no pudo decir los tres libros que marcaron su vida. Seis meses después todavía no entendían lo que habíamos demostrado con datos en varios reportajes: que la primavera mexicana, similar a la primavera árabe, ya estaba ocurriendo.

“El episodio de la Ibero fue el detonante de una de las ciberdisidencias más importantes de esa generación”, concluye Jenaro Villamil.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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