¿Qué tipo de periodismo se está haciendo en México?, ¿cómo es el análisis político que están haciendo los medios de comunicación?, ¿cómo están analizando la política los columnistas, particularmente en el escenario de la pandemia?, pregunta Gabriel Sosa Platas.
En la emisión de su programa en TV UNAM, Media 20.1, del 4 de abril de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=mg0R_LGtDts), el también director general de Radio Educación tuvo como invitado al politólogo Gibrán Ramírez.
Con su imagen plasmada en un sticker que dice: “Buenos días, golpistas”, el académico de la UNAM es en palabras de Sosa Platas un crítico feroz “de un tipo de periodismo y de análisis político” que se ha planteado seriamente “derrumbar al actual gobierno”.
Al respecto, Gibrán Ramírez encuentra un “paralelismo entre el golpe de Estado que le dieron a Madero” y el momento actual. Hay muchas cosas en común y una es cómo los generales del viejo régimen transitaron al maderismo. Madero los aceptó porque los necesitaba para derrotar a sus enemigos. Eran generales efectivos, el propio Victoriano Huerta le resolvió “algunos asuntos militares delicados. Pero, finalmente,Madero acabó siendo presa”. En el tiempo presente, vale preguntarse quiénes son los militares que vienen del antiguo régimen.
Una segunda cosa que fue definitoria para preparar el golpe a Madero, y que puede verse también en golpes contemporáneos como el de Bolivia contra Evo Morales o, incluso, en la traición de Lenin Moreno a Rafael Correa en Ecuador, es el papel de los medios de comunicación.
REFORMA NO ES IMPARCIAL
Para Ramírez, particularmente lo que hizo con Madero el diario El Imparcial se parece mucho a lo que hace Reforma. El Imparcial era todo menos imparcial: era un diario porfirista que difundía noticias falsas, con una línea muy marcada para hablar de desorden en un periodo de cambio,y de los temores de una pequeña élite como si fueran compartidos unánimemente.
Las fakenewsno son una novedad.Ya entonces los periódicos publicaban mentiras sobre la base de que “se escuchó en los pasillos de Palacio”o “algunos funcionarios dijeron”. Era una labor muy similar a la que hacen ahora algunos diarios, particularmente Reforma en esta nueva etapa que lo dirige Juan Pardinas.
El mismo clima hostil se respira en diferentes medios de comunicación desde que cambió la relación comercial con el gobierno, expone Gibrán. La cantidad de publicidad que paga el Estado a los mediosdisminuyó radicalmente y eso cambia todo. Sin embargo, lo que se pagaba no era realmente publicidad; muchas veces se compraba línea editorial.
La investigación que publicó en Contralínea la reportera Nancy Flores detallalo que ya sabíamos pero no se había documentado: que se pagaba los comentario en un noticiero. “Lo que nos vendían como análisis era pura política y, a veces, política pagada por alguien más. Esas voces que tienen abiertos los micrófonos y a las que escuchan millones de personas no están haciendo análisis, están haciendo política y en los últimos tiempos esto se ha radicalizado”, observa Gibrán Ramírez.
DESAUTORIZAR POR DEPORTE
El invitado recuerda el viejo pacto en el neoliberalismo que permitía algo de análisis y de crítica, siempre y cuando no se rebasarán ciertas barreras y no tocaran al Presidente de la República. “Eso ya no fue muy claro después de que se desautorizó a Peña Nieto y pegarle al presidente se volvió un deporte, aunque el gobierno siguiera pagando fuertes cantidades de dinero”.
Con todo, a Peña Nieto no lo desautorizaron con el grado que lo estamos viendo con López Obrador. Y a Gibrán le parece “bastante ruin que, en la coyuntura de la epidemia, funcionarios de anteriores gobiernos como Julio Frenk desautoricen toda una política de salud porque no les gusta el nuevo modelo institucional. Podrían decir que no están de acuerdo, pero de ahí a tomar el asunto delcoronavirus para golpear al gobierno de la república sin argumentos, hay una distancia muy amplia”.
Julio Frenk publicó en Excélsior un artículo donde decía que México iba muy tarde para decretar las medidas de la fase 2 que implicaban el distanciamiento social, cierre de escuelas y suspensión de actos masivos.El ex subsecretario de Salud presumió que la declaratoria sería hasta inicios de abril, pero al día siguiente salieron López Obrador, Hugo López-Gatell y todo el gabinete de Salud a declarar la fase 2 y el inicio de esas medidas. “Con eso, el artículo se volvió viejo en menos de 24 horas”.
Y, sin embargo, en la noche Frenk estuvo en un programa (Es la hora de opinar, en Foro TV) donde Ramírez también participa, sosteniendo el mismo diagnóstico. “Nada más que, como ya no sabía qué decir respecto a que vamos tarde, se puso a hablar de que el Seguro Popular era mejor que el Insabi”.
Entonces,resume el politólogo, “no estamos discutiendo sobre los asuntos importantes propiamente.Cada vez más los espacios de opinión y de análisis se vuelven espacios netamente políticos, y eso es preocupante.Desautorizar al presidente la república y sobre todo a los funcionarios de salud en etapas críticas como esta, puede poner en riesgo vidas”.
DEMOCRACIA DEL GRITO
Gibrán Ramírez no está en contra de que se haga periodismo crítico, que es necesario en una democracia. “Si alguien está por comprobar que el gobierno está subestimando los casos, si puede encontrar otros casos confirmados, si alguien tiene la capacidad de documentar eso que lo haga. Pero que no venga el periódico El Norte de grupo Reforma a pedir así, libremente, que los usuarios reporten casos de coronavirus a su página de internet para desmentir las cifras oficiales sin el mínimo rigor periodístico”.
“Eso no debería de tener cabida. En circunstancias así de complejas, eso podría ser incluso punible. Pero estamos en una etapa de reacomodo del sistema de prestigios, de reconocimientos, donde todo el mundo se siente con la capacidad de agredir al otro, de rebajar su autoridad, sin importar quién es.
“Buena parte de esto se debe a las redes sociales y sobre todo a Twitter. Se democratiza la conversación, pero entre esa democratización vienen algunos rasgos que siempre fueron considerados malos de la democracia, como hacer equivalentes juicios de personas que no son iguales.Ahora cualquier opositor enojado tiene la misma capacidad de emitir su opinión y de decirle cualquier cosa a un especialista epidemiólogo como es López-Gatell o a Borja, director de Prestaciones Médicas del IMSS”.
LO PRIVADO ES PÚBLICO
Que en las redes sociales un ciudadano lo haga en el ámbito de su libertad de expresión, se entiende. Pero no es concebible que lo hagan plumas reconocidas en periódicos o acreditados analistas políticos en los medios, como si también fueran voces autorizadas en materia de salud y epidemias, acota Sosa Platas.
“Y en el caso de los comentarios en radio y televisión –opina Gibrán Ramírez–se pierde de vista que, en última instancia, aun los medios privados son un servicio público que explotan concesiones del Estado y se benefician de cualquier tipo de recursos públicos,por ejemplo, a través de la publicidad oficial. Como se trata de gestionar un derecho que es el acceso a la información, tienen una responsabilidad social y no pueden manejar la información y hacer juicios como si fueran cualquier persona”.
No debería ser pero ahora resulta que varios analistas o periodistas que hacen análisis político son expertos en epidemiología y en pandemias e incluso hasta hacen recomendaciones a la Secretaría de Salud y, en específico, al subsecretario López-Gatellque es todo un experto en la materia, acota Sosa Platas.
¿Por qué lo hacen?, ¿es un instrumento para golpear al actual gobierno?,¿lo están agarrando de pretexto?, pregunta el entrevistador.
“Hay una parte de eso, no importa con qué pero hay que pegarle el gobierno”, reconoce Ramírez Reyes.
“Pero hay otra parte sincera: realmente desprecian lo popular, lo democrático y al propio presidente. Piensan que no está a la altura de las circunstancias, porque López Obrador no habla como debería, porque sigue estando con la gente, porque hay una serie de cosas que no les gustan. Entonces, dan por hecho que todo el gobierno funciona así.Y están intentando explicar por qué eso está mal. Sin cuestionarse si realmente el gobierno está actuando así o lo está haciendo de otra forma, como es claro que lo está haciendo el gabinete de salud.
“Es decir, hay una denigración del tipo de gobernante que tenemos. Y eso los hace creer que, efectivamente, las que están mal son las autoridades”.Y esto llega a “extremos delirantes” que Gibrán Ramírez desglosará en una siguiente entrega.
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