Tercera llamada, tercera; ¡Nacho, a escena en el Congreso! 

Los diputados de oposición lograron sacar un acuerdo para que el gobernador explique el supuesto desfalco de 200 millones de pesos en que su poca claridad afectó la imagen de las fuerzas armadas, en particular el ejército nacional, lo que es muy grave si se toma en cuenta que esta institución atraviesa por una nueva etapa de moralidad impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Qué bueno que los diputados y las diputadas que aprobaron ese acuerdo, hayan solicitado a través de él la comparecencia del mandatario, pero esto o tiene mayor trascendencia, porque el gobernante va a ir a decir lo que le convenga y eso no asegura una investigación fiable en busca de las más de dos centenas de milloncejos que el pueblo colimense sabe que desaparecieron pero no dónde reposan ahora, es decir, qué Pedro de mulas se hizo.

Las comparecencias son un recurso del viejo régimen parlamentario, un simple escenario donde el que asiste se luce y donde los que lo reciben, de su mismo bando, lo colman de elogios. La oposición de MORENA y sus aliados, deben dejar de hacerle al guaje, y junto con el órgano fiscalizador y el organismo superior de la Federación, armarle el expediente delincuencial sobre la desaparición de esos millones, y pensar en la inhabilitación del mandatario y cómplices, si resultaren bien presos, es decir, culpables del robo.

Para nadie, ni periodista, ni analista, ni constructor independiente, ni fiscal, ni exfuncionario, es desconocido la forma en que roban dinero los gobernantes desde el más sinvergüenza munícipe, el gobernador y hasta el presidente de la República, aunque en este caso, este último no cuenta, porque es el principal abanderado en el combate de pillos a nivel nacional, desde los que robaron los 200 millones en Colima, hasta los últimos tres gobernadores colimenses, contando cuatro con el actual, quienes acumularon fortunas sin haber trabajado limpiamente.

La inercia para hacer dinero de esos pillos que viene del viejo régimen, es hacer obra pública donde no se ocupa, pues de lo que se trata es de hacer mezcla, pegar ladrillo, colocar cimientos y castillos, y al final hacer acomodo para que quede ganancia que no pasa la contaduría. Así se han hecho fortunas locales. Y saben que no tienen freno legal, porque si lo hubiera, la obra de la calzada Galván, del andador de la ribera del río Colima, los mal arreglos que hicieron en el jardín San Francisco; dizque la promoción del Parque La Campana, permitirían ver objetivamente lo que costó en realidad tales obras. Y ahora amenazan con hacer obra en el centro histórico capitalino, ¡ay! Otra minita.

Por otro lado, no es posible que simplemente a través de una denuncia periodística se movilice la oposición en el congreso para exigir que el mandatario les explique el destino de esos 200 millones; cuando se supone que en la nueva gobernabilidad estaría funcionando con celo feroz una nueva cultura de la trasparencia , con personal auditor técnico especializado y de carrera, que no se haga pato ante los reportes mensuales o bimestrales que tienen que estar rindiendo a la contaduría oficial cualquiera de los tres ámbitos públicos.
Ya no se quiere teatro, sino acciones, porque si no se castiga a los delincuentes que trafican o hacen topillo con los dineros del pueblo, va a ocurrir con los representantes populares lo que ocurrió con el pastorcito y el lobo,que a fuerza de mentiroso nadie le creyó cuando en realidad llegó la bestia. Y esto tiene que ver también con lo que hace unos días declaró Hertz Manero, de que chillarían como ratas los delincuentes a los que el gobierno de nuestro presidente les pisaría la cola. Todos esperamos que caigan los primeros presos, y que no salgan, como acaba de salir un gobernador de uñas largas del sureste, Granier, tras cinco años de vacaciones en el penal, esperando salir para disfrutar de la vida chicha.

El gobernador acudirá y explicará a su modo, sin duda, y es probable que todos contentti; pero lo que queda en evidencia es la nula fiscalización efectiva a través del órgano oficial en esa materia; de tal manera que lo que debería de hacerse mediante esquemas permanentes de operación, ahora lo solicitan los diputados, es decir, pedirle a la titular del organismo de fiscalización “inicie de manera inmediata una revisión a la gestión” financiera del gobierno de Ignacio Peralta. Todos en Colima éramos de la idea de que con la nueva conformación legislativa, saldrían chispas de tanto brillo en el rastreo del manejo de los dineros del pueblo. Y No es tal.

Se sigue una vieja inercia teatral en el congreso local, incluso, regresiva, si se considera que han existido bloqueos a la libre expresión de las ideas y de la manifestación política en el lúgubre y opaco poder legislativo. Y esa vieja inercia tiene la explicación porque no se transformó la vida pública estatal, ni se observa que nada de las viejas mañas y las estructuras y modos de la corrupción, han sido tocados. El pueblo advierte cierto desencanto, del cual debe tomar nota el gobierno nacional, que es otra cosa, porque Andrés Manuel López Obrador, es un político de palabra, de honestidad valiente, y no está como florero, de adorno en la presidencia, como el mismo lo señalo ayer.

PUNTO Y RAYA
La marcha fifí. México es un país fascinante, de grandes expresiones en el arte, la literatura, la pintura, el cine, la cultura en general. Y la política no está ajena a tener expresiones fantásticas, chuscas, absurdas, melodramáticas y cómicas. La marcha que hace días promovió la derecha desorganizada, que ha perdido sus ideales de lucha originarios de Gómez Morín; hizo un teatro convocando a la sociedad a manifestarse contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Resultó un fracaso absoluto; sólo unos cuantos ciudadanos, que jamás se pronunciaron contra el prianato, contra gobernantes criminales y comprobadamente corruptos, acudieron a las plazas. Se asolearon un ratito y pedían bebidas afrancesadas, italianas, neoyorkinas. Y es que no están acostumbrados a expresarse netamente como ciudadanos.
El colmo, la degradación física y mental, grotesca, tragicómica, se dio con el expresidente mentiroso y corrupto, Vicente Fox, el mismo que aquí cerca, en la costa michoacana, se hizo de una playa privada cercana a donde otros empresarios colimenses, tienen la suya.
Lejos de tener éxito en la marcha fifí, los nuevos ciudadanos críticos, van a necesitar un curso de expresión y movilización política, para que tengan un éxito menos penoso que el que escenificaron en la marcha clasista.
Y al presidente AMLO no le tocaron ni un pelo en su imagen de gran aceptación entre el pueblo mexicano, que a más de 150 días, sigue creciendo en simpatías. Efectivamente, el pueblo mexicano despertó el pasado 1 de julio del 18, y felizmente ha identificado muchas de las causas de los males que le aquejan, y la corrupción es la principal, y ella está representada por los ex presidentes corruptos del PRI, incluidos los dos farsantes Fox y Calderón, de la derecha panista.
¡Hasta la próxima!

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