Hay diversos tipos de noticias falsas, y una clasificación es la que da Jim McDonnell que diferencia cuatro:
Primera, “historias falsas fabricadas deliberadamente, diseñadas para manipular a los lectores para que crean o realicen determinada acción”.
Son noticias como las de terroristas que buscan reclutar adherentes y difundir odio, las de los delincuentes que promueven beneficios falsos para extorsionar a la gente, las de las entidades del Estado que trabajan para generar discordia social, y las de los teóricos de la conspiración para probar casi cualquier cosa.
Segunda, “el informe sesgado, parcial o pobre en su relación con hechos reales para ajustarse a una agenda, como la negación del cambio climático, los efectos secundarios de la vacunación o cualquier cantidad de controversias políticas”.
Tercera, “historias de escándalos, chismes y rumores que contienen elementos de verdad, diseñados para aumentar las ventas o la publicidad”. Y,
Cuarta, “la sátira o bromas que se toman al pie de la letra”.
Dice el jurista Ulrich Richter Morales que el primer tipo de fake news “se trata de la manipulación de los lectores, situación que genera un caldo de cultivo en épocas electorales o en la guerra contra el terrorismo”.
El segundo “se refiere al informe sesgado que podría tener un porcentaje de verdad”.
El tercero es propio de las publicaciones falsas de los tabloides sobre la vida de cualquier artista, con el único propósito de vender ejemplares.
Y el cuarto es la sátira que no tendría por qué ser una fake news hasta que se le toma en serio.
En el capítulo ‘Noticias falsas’ que le sirve como marco teórico a su libro El ciudadano digital: fake news y posverdad en la era de internet (Océano, 2018), el abogado que defendió a la revista Proceso de la demanda por daño moral promovida por la esposa del presidente Fox, Martha Sahagún, cita la tipología de las noticias falsas que da Marcos Herrera:
SÁTIRA Y PARODIA
La sátira es una “fórmula donde se usa el humor y la exageración para presentar los avances noticiosos a las audiencias”, define Herrera, estratega y experto en asuntos públicos, en el número de abril de 2018 de la revista Foro Jurídico.
En la sátira, la prioridad es el humor y la información pasa a segundo plano, por lo que en algunos casos se llega a exagerar o distorsionar la realidad. “En los contextos políticos se utiliza para generar críticas y puede llevar la misma carga de humor que de verdad en la información”.
Televisa progama en cada coyuntura electoral desde 2006 su serie ‘El privilegio de mandar’, que comenzó como una parodia de telenovela con el elenco surgido de un concurso de imitadores; la intención del show es parodiar hechos y personajes políticos durante las campañas.
La parodia de noticias es una fórmula muy socorrida, ya sea en el formato de noticiero o como notas sueltas, y “consiste en la creación de historias para imitar a los actos sociales o a sus diferentes actores”.
En la parodia “se utiliza cualquier tipo de información y en un momento dado hasta se pueden inventar hechos que las audiencias pueden dar por reales. En este caso la historia está creada entre realidades y hechos absurdos”.
Esta tipología es parecida a la satira, pero “en este caso las historias son totalmente creadas con conocimiento de causa”, mientras que en la primera “los hechos son solamente exagerados”, resume Herrera.
Curiosamente, aunque la exageración puede llegar a la invención de hechos que no son ciertos y, en menor grado, resultan absurdos, la sátira y la parodia llegan a justificarse en las políticas de los gigantes tecnológicos que los divulgan en los servicios que prestan en internet, subraya Richter. Y señala a Blogspot de Google como ejemplo claro de difusión de fake news.
FABRICACIÓN Y MANIPULACIÓN
Muy distinto es fabricar la información. “Este tipo de artículos de noticias son creados ex profeso y basados en datos no reales, con el fin de crear legitimidad para personas, grupos o situaciones. Las historias son producidas con la única intención de desinformar a la audiencia. Las historias tienen una formalidad que hace difícil verificarlas”, explica Marcos Herrera.
“En su fabricación, estas noticias incluyen la creación de sitios web o blogs casi idénticos a un medio formal, lo que ayuda a darles credibilidad; además de que detrás de la diseminación de esta noticia existen robots que la impulsan en las redes sociales para causar viralidad y ampliar su impacto lo más rápido posible. En estos casos vemos que son noticias que nos pueden llegar por distintas redes sociales, aplicaciones, chats, y colocarse en medios de comunicación masiva vía los periodistas que, por ganar la exclusiva, han llegado a reportarlas al aire”.
Equivalente a la fabricación de noticias es la manipulación de fotos. Nuevamente, Herrera sostiene que:
“Hoy la tecnología digital permite alterar fotografías o videos desde cualquier aplicación. La manipulación de imágenes en los últimos años se ha incrementado de manera exponencial. El gusto de las audiencias por recibir fotos ha originado el diseño de aplicaciones que sólo funcionan con imágenes. Los jóvenes, más que otras audiencias, adoran esas plataformas, en donde la manipulación de escenas y datos es muy fácil.
“La dispersión en redes sociales de fotos manipuladas causa una descontextualización de la información, haciendo que la audiencias supongan historias que son falsas o que sin el contexto adecuado se convierten en historias falsas”.
PUBLICIDAD, R.P. Y PROPAGANDA
A la tradicional confusión que se da en sistemas de comunicación social como el mexicano entre información y publicidad o entre información y propaganda, hay que agregar el uso pernicioso de las relaciones públicas. Marcos Herrera ejemplifica:
Se producen “reportes publicitarios o de relaciones públicas, como boletines de prensa, informes, así como reportes de ventas o hechos con información falsa, que son difundidos como información corporativa o institucional oficial”.
Muchas veces son materiales con diseño y producción de alta calidad, que incluyen fotos, videos y piezas para difundirse en medios masivos y reproducirse en redes digitales. En algunos otros casos, “las agencias de publicidad tratan de generar escándalos públicos para llamar la atención de las audiencias, para lo cual usan los llamados clickbaits, que son pequeños videos que a través de un clic llevan a las personas a lugares donde hay contenidos falsos y de mala calidad”.
Finalmente, la propaganda, tal como la define Marcos Herrera:
“En este rubro se encuentan las historias creadas directamente para impactar a las personas en momentos importantes de la democracia. Se usan para buscar apoyo a las figuras públicas o para cambiar la percepción sobre temas específicos de la vida política de los países”.
A estas alturas ya no sabemos si el sistema político ruso pudo intervenir en las últimas elecciones del Brexit o en las elecciones de Estados Unidos.
“Esta técnica utiliza la creación de ‘narrativas estratégicas’ como una herramienta para articular posiciones políticas o influir en temas de la agenda nacional y política de la democracia. Es similar a la publicidad, sólo que en este caso se pretende cambiar las tendencias electorales”.
La Unidad de Crimen Cibernético de la Unión Europea señala que éstas son las estrategias utilizadas en las llamadas granjas cibernéticas de San Petesburgo, Rusia, para afectar diferentes elecciones, resume Herrera.
En conclusión, Ulrich Richter Morales señala que con las diferentes formas de fake news que identificamos en distintas tipologías, “se puede comprender por qué son una plaga en contra de un derecho fundamental que ha sido el pilar del periodismo, a saber, la libertad de expresión, y a su vez el derecho a la información”.
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