Muy interesante lo que ha sucedido en el último fin de semana en Manzanillo y su escenario político local, que se traslada a lo estatal. El viernes pasado, la figura de Carlos Olivar Sánchez, el presidente de la A.C. “TodosXManzanillo”, era poco conocida para muchos seguidores de la política, en especial para los simpatizantes morenistas.
Tras la denuncia que se empezó a diseminar como lumbre en redes sociales, de que Sergio Jiménez Bojado (el aún presidente del Comité Ejecutivo Estatal del partido) le habría entregado la representación juvenil morenista al ya mencionado manzanillense, y la versión de que este joven estaba emparentado con el gobernador Peralta Sánchez, se gestaron una serie de acontecimientos que muestran lo que significará para Morena la disputa por las candidaturas, especialmente en la capital económica de Colima: Manzanillo.
Y es que después de más de dos días de especulaciones, Olivar Sánchez salió a los medios el lunes por la noche a desmentir lo que más se había cuestionado de su presunto nombramiento: negó categóricamente ser sobrino de JIPS y que su encargo fuera para suplantar al Secretario Estatal de Jóvenes Morena, el comalteco Alejandro González, agregando además un aspecto que nadie daba por sentado, que es militante de Morena.
Si los morenistas habían conocido algo del accionar de este joven, había sido por sus actividades en conjunto con la diputada federal, Claudia Valeria Yáñez Centeno; por lo que, ante la polémica generada en redes sociales, los simpatizantes lopezobradoristas inundaron las redes de comentarios negativos por el entredicho en el que se había puesto a su reconocido líder juvenil comalteco, identificado con la base de movilización del partido.
Ayer lunes, el profesor Héctor Lara Chávez, integrante del Consejo Estatal morenista, ante la tumultuosa demostración de repudio de los simpatizantes por las acciones de Jiménez Bojado, salió a solicitar unidad dentro del partido. Unidad que luce complicada ante un problema esencial: la prolongación del mandato de un presidente que ha sido ampliamente cuestionado por su posición crítica y adversa ¡hacia los representantes populares que defienden la 4T en Colima!
Este panorama de unidad se ve difícil, especialmente en un escenario como el de Manzanillo. Ahí, la comuna porteña aplica el modelo de la Cuarta Transformación a rajatabla, lo que ha marcado un serio distanciamiento, por un lado, los grandes logros de la municipalidad manzanillense y la mayoría de las otras diez alcaldías colimenses, que aplican un modelo de supervivencia.
La alcaldesa Griselda Martínez se puede jactar de haber logrado ejemplificar el buen funcionamiento de una administración, y eso tiene peso. El hecho de que su posición sea aspiracional para muchos es constancia de ello. Por tales motivos, es comprensible que el objetivo de muchos políticos jóvenes se concentre en buscar la forma de llegar a una posición política desde el Puerto, ya sea en el Congreso o en el municipio, a través de Morena. No solo para líderes juveniles, incluso para viejos lobos de mar como Virgilio Mendoza (el mismo que nos dijo hace seis años que JIPS era la mejor propuesta para la gubernatura), la figura de Morena es sumamente atractiva.
Recordemos que Colima es una de las entidades donde mejor se posiciona la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador y en el que la buena administración municipal da cierta ventaja a quien aspire al cargo bajo las siglas de este partido en la ciudad porteña.
No es un tema menor, y no lo será para ninguno de los suspirantes a algún encargo en la comuna manzanillense. Mientras las visiones internas en el partido sigan siendo encontradas, habrá pugnas, igual o más intensas que el de la representación de jóvenes. Se medirán aquellos que ya están ahí y lo han hecho bien, los que buscan capitalizar el impulso a la 4T en este trienio, y aquellos que acaban de llegar y ven en Morena una oportunidad irrepetible.