No fue una revelación que Mario Anguiano Moreno haya reconocido que le heredó a José Ignacio Peralta Sánchez una situación financiera complicada. Cuando MAM terminó su gobierno, era escandalosa la situación económica de la administración estatal.
Y sí, como dijo el ex mandatario el pasado miércoles, al plantarle cara al régimen que encabeza JIPS: muchos colimenses votaron por Nacho creyendo que, por ser amigo cercano del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y uno de los mandatarios priistas con el perfil más tecnócrata, se ensayaría en el estado un esquema de rescate financiero destinado a restaurar el prestigio perdido por el modelo neoliberal. Evidentemente, no fue así.
En la rueda de prensa en la que anunció la marcha que realizaría el jueves del jardín de El Moralete a las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia del Estado (distante unas pocas cuadras), para entregarse ya que es insolvente para cubrir los 515 millones de pesos que le exige el Congreso como multa, Mario reveló otro dato que ya todos conocíamos: Nacho no era su candidato inicialmente, aunque ya cuando lo postuló el PRI lo apoyó para ganar la elección.
Los pocos peraltistas que quedan en el estado dirán que Mario también apoyó a Jorge Luis Preciado Rodríguez, el candidato del PAN, pero de ser verdad eso ocurrió en la elección ordinaria. En la extraordinaria, MAM comprometió la salud financiera del estado para que JIPS pudiera ganar la segunda vuelta. Y es paradójico que esa incorrección en el gasto que los hermana, sea el único asunto por el cual el gobierno de Peralta Sánchez decidió perseguir a Mario.
DESVÍO, NO PECULADO
Le promovieron juicio político con base en una auditoría que, según Anguiano, no se sostuvo siquiera al interior de la Comisión de Responsabilidades del Congreso. Lo juzgaron por el desvío de un préstamo que Mario solicitó para un fin –construir infraestructura pública productiva– pero que se usó con otro destino: gasto corriente, darle liquidez en su arranque al siguiente gobierno.
En la opinión pública hay consenso en que el monto de ese crédito, ejercido por el gobierno interino de Ramón Pérez Díaz y disfrutado por la administración naciente de Peralta, se usó para financiar la campaña de Nacho en la elección extraordinaria. Comicios a los que hubo que convocar luego que el Tribunal Electoral anulara la elección constitucional por una cándida confesión del entonces secretario de Desarrollo Social, Rigoberto Salazar Velasco, funcionario de Mario.
El préstamo en cuestión tendría que entrar, pues, no en la categoría de peculados famosos sino en la misma a la que pertenecen el Pemexgate, “los Amigos de Fox”, “las manos sucias del PAN”, la Estafa Maestra o la Operación Safiro: la de financiamientos irregulares de campañas electorales con recursos públicos.
Vaya casualidad que esta misma semana Interpol detuvo en Málaga al ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, artífice del plan para fondear con dinero de la constructora brasileña Odebrecht y la española OHL la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.
UNA HISTORIA CREÍBLE
La narrativa de Mario Anguiano es impecable:
Él solicitó al Congreso autorización para solicitar el crédito, sí; pero él no lo ejerció.
En el decreto, el Poder Legislativo termina reconociendo lo anterior y, sin embargo, se aprueban las sanciones: inhabilitación por 14 años para ejercer un cargo público en el estado, y el resarcimiento de 515 millones de pesos.
El juicio político fue impulsado por el entonces líder de la mayoría en el Congreso, Nicolás Contreras, supuesto diputado independiente que en realidad fungía como operador del gobernador Peralta en la 58 Legislatura.
Inconforme con la sanción, Mario Anguiano, su ex secretario de Fomento Económico y luego de Gobierno, Rafael Gutiérrez Villalobos, y su ex secretaria de Finanzas, Blanca Isabel Ávalos, solicitaron el amparo de la justicia federal.
Se los concedieron en primera instancia, luego se los revocaron y, al final, los ex colaboradores lo obtuvieron en definitiva pero al ex mandatario se lo negaron, pese a haberlo solicitado en los mismos términos y con fundamento en los mismos argumentos esgrimidos por el mismo equipo de abogados.
En su caso, la sanción contemplada por el decreto queda en firme. Sin embargo, Mario ve en la negativa del Tribunal Colegiado de Circuito una situación extraña que sugiere mano negra (la expresión es mía), y nos hace inferir que podría presentar una queja ante el Consejo de la Judicatura para intentar llevar su caso a la Suprema Corte.
Negado el amparo, tras el exhorto que la diputación local que encabeza Vladimir Parra hizo al Ejecutivo para que proceda a embargar los bienes de Mario a fin de hacer efectivo el cobro, Mario anuncia que no tiene solvencia para cubrir semejante cantidad pues la mayor parte del patrimonio familiar está en manos de su ex esposa Alma Delia Arreola y de sus hijos.
Que Anguiano y Arreola se divorciaron fue la enésima revelación, y esa sí ¡nadie la esperaba!
Como es insolvente, Mario anunció que se entregaría a la Fiscalía para pagar con cárcel sus deudas. Si bien olvidó aclarar que no existe una orden de aprehensión en su contra, que el procedimiento de embargo ni siquiera se ha iniciado y que violarían sus derechos humanos si fuera a prisión por un incumplimiento de pago.
UN JURADO POPULAR
Como dijo un colega, Mario abandonó la vía jurídica para tomar la política. Aunque esté a la defensiva en lucha contra el gobierno de Nacho, encontró la manera de convertir la persecución en acoso: es ahora el ex mandatario quien enjuicia a Peralta, y el jurado será popular, conformado por las decenas o cientos de amigos del ex mandatario que lo acompañaron a entregarse a la Fiscalía.
Las tres revelaciones que hizo en la entrevista con Max Cortés y luego en la rueda de prensa, no por ser ya conocidas dejaron de lastimar la endeble credibilidad de la administración de Nacho.
Empiezo por la última denuncia, que MAM puso como ejemplo de que el Congreso ni el Osafig miden con la misma vara a Nacho: Mario convirtió en tema político la denuncia que la periodista Heidi de León publicó hace meses sobre la opacidad en la adquisición del predio de la antigua zona militar.
Aunque ya se explicó que fue una permuta y que los 200 millones se usaron para pagar la diferencia en el avalúo de ese predio con el terreno en Loma de Juárez, en los papeles se solicitó un préstamo para la compra de una superficie en Calzada Galván, la misma que fue entregada a título gratuito por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Segundo, a Mario lo persiguen porque ya de salida endeudó al estado, cuando Nacho tendrá que hacer lo mismo pues en 2021 no le van a volver a prestar los bancos a corto plazo, porque ya no podría garantizar el pago pues dejará de ser gobernador.
En este punto, Mario dio una de las estocadas más finas de esta escaramuza: aceptó que él dejó una situación financiera complicada, porque así la recibió él de Silverio Cavazos, gobernador sustituto del malogrado Gustavo Vázquez que así recibió de complicadas las finanzas de Fernando Moreno.
Ya no fue más atrás, y con ello Mario Anguiano afirmó que el déficit financiero en el Gobierno del Estado comenzó con FMP. Lo que, por otra parte, debería orientar el debate a la pregunta: ¿por qué diablos al administración pública en Colima – a juzgar por el gobierno estatal y todos los ayuntamientos– es deficitaria?
El primer señalamiento a Nacho fue el más incisivo: reveló que también a él le ofrecieron el predio de La Campana, pero que no lo quiso adquirir pese al magnífico negocio que suponía para el estado la explotación de una franja de terreno de 17 hectáreas sobre la ribera del arroyo Pereyra, que ya fue liberado por el INAH y tiene vocación comercial e inmobiliaria.
Cuando estaban a punto de cerrar el trato, los negociadores del gobierno descubrieron que el terreno estaba en litigio y que no sería fácil destrabarlo. De ahí la sorpresa de Mario cuando Nacho anunció la adquisición, pese al embrollo jurídico, a un precio mayor (80 millones adicionales) del que ya habían negociado, y sin la franja de terreno que no se sabe quién se la quedó, aunque la imputación es obvia.
MAM ESTÁ EN CAMPAÑA
Aparte de no pagar los 515 millones y postularse a un cargo público en 2021, aunque asegura que su ciclo político personal ya terminó, ¿qué busca Mario con esta puesta en escena?
La teatralidad de la marcha de este jueves debe verse, no como un espectáculo sino como un manifiesto político:
El ex gobernador que actuó discretamente –en contraste con la notoriedad de la campaña que ha venido desplegando otro ex gobernador, Fernando Moreno– se revela finalmente como cabeza de una corriente política que buscará colocar a amigos suyos en el gobierno estatal, el Congreso y los ayuntamientos, sea cual sea el partido político por el que jueguen.
¿Al mismo tiempo con AMLO y contra AMLO?, es la pregunta.
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