TRISTE, LO DE PROCESO

A dos miembros del gabinete ampliado de López Obrador, Jenaro Villamil y Julio Scherer Ibarra, debe haberles dolido especialmente la portada del 44 aniversario de Proceso (No. 2296, 31 de octubre de 2020), asume Ernesto Ledesma.

Bajo una fotografía del subsecretario de Salud, el titular reza: “López Gatell, a costa de la tragedia, más poder”. Y dentro hay dos reportajes: ‘En medio de la pandemia, el protagonismo mediático de López-Gatell’; y ‘Los centuriones del doctor’.

Villamil, actual presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), fue reportero durante muchos años del semanario. Y el hoy consejero jurídico del Ejecutivo Federal, representó a los hijos de Julio Scherer García en el consejo administrativo de la empresa editora.

Para el director de Rompeviento TV, se trata de ‘una lamentable portada que no comparto ni tampoco el contenido, sobre todo por quienes fueron consultados para ese reportaje’. Y Villamil, su invitado en el programa Perspectivas del 5 de noviembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=Hw7AimqqVek), que bien podría compartir ese punto de vista, declina hacerlo:

“Preferiría no opinar. Estuve en Proceso y quiero mucho a la revista. De verdad, me gustaría que siguiera siendo una revista con mucha lectura y tiraje”. Pero no puede evitar la crítica profesional: “En general, no solamente en el semanario sino en muchos medios, estamos viendo esta prisa por dar el golpe”.

VOZ EN EL DESIERTO

Para Villamil, “Proceso era antes como el profeta en el desierto: el medio que golpeaba más y, a veces, de manera histórica. Como cuando llamó a Raúl Salinas ‘el hermano incómodo’, o cuando le pusimos ‘Ley Televisa’ a la reforma en Telecomunicaciones de 2006”.

Ahora que todo el mundo está instalado “en un tono hipercrítico”, ¿cuál debe ser el papel de Proceso como medio impreso o plataforma digital?, ¿defender causas o proyectos?, ¿ser contraponerte y mantener un espíritu crítico pero sustentado? Son muchas preguntas y, desgraciadamente, los periodistas no necesariamente “nos las estámos haciendo”.

Como presidente del SPR, a Villamil le corresponde hacer del canal 14 un medio público al servicio de causas como los derechos sociales, humanos e históricos. Y una de las banderas más importantes es el derecho a la información, dice.

Como Rompeviento TV que ha retomado puntualmente el caso de la violencia en el municipio de Aldama, Chiapas, “en el canal 14 debemos ir a los expedientes de corrupción y de tragedias. Es la línea editorial que estamos adoptando”.

“La misma pregunta se la tienen que hacer otros medios: ¿cuál es su línea?” Y tras responderla, “hay que decirlo a la audiencia”, sostiene Jenaro Villamil.

MONOPOLIO DE LA CRÍTICA

A raíz de los señalamientos del presidente López Obrador, Proceso se ha ganado la animadversión de muchos mexicanos, apunta el conductor.

De los que ahí escriben, a Ledesma sólo le interesa leer a Sabina Berman ya que el resto de los analistas están en una línea de derecha. Sin embargo, el trabajo de investigación que realizan en Proceso reporteros como Juan Alberto Cedillo, Jesusa Cervantes, José Gil Olmos o Rodrigo Vera, le sigue pareciendo invaluable.

Más allá de que, como con otros medios, Rompeviento TV eventualmente comparta líneas editoriales con Proceso, y que al canal de internet le pase que en ocasiones tampoco gusta a la gente de izquierda, Ledesma subraya la importancia de cuidar la información, hacer investigación y presentar el dato duro, tanto como la pertinencia de definir una línea editorial. Sin embargo, reconoce que cuando el presidente es tan crítico con la revista, le pega al medio en la relación con sus lectores.

“López Obrador siempre ha sido crítico con Proceso, lo fue antes y ahora como presidente –apunta Villamil–. Y eso es muy sano. Incluso, teniendo con don Julio Scherer una relación muy cercana, tiro por viaje López Obrador criticaba la revista.

“No es algo nuevo, se magnifica ahora porque es el presidente de la república. En algunos círculos se pensaba que Proceso era lopezobradorista, pero no, siempre ha sido una revista crítica y muy necesaria.

“La pregunta que los colegas periodistas de Proceso y sus lectores necesitamos hacernos, es: si ya no tiene el monopolio de la crítica audaz, ¿cuál es el papel que le toca? No tengo la respuesta, pero tampoco Proceso se ha planteado la pregunta.”

En el ecosistema informativo, están ganando las redes sociales y otros sectores de la prensa, por lo vertiginoso de los sucesos. También la mañanera está ganando en audiencias, basta ver lo que ocurre con el programa radiofónico de Carmen Aristegui. Ese segmento de los noticieros matutinos está siendo desafiado por la conferencia en Palacio Nacional.

“La nueva circunstancia nos obliga a todos a salir de la zona de confort. Pero si vamos a ser críticos, seámoslo de una manera que no nos reduzca al coro. No sabría yo decir todavía cuál es esa fórmula, pero estoy seguro que el equipo de periodistas que está al frente de Proceso terminará encontrándola.

“Más que nada por una razón de mercado, no solamente ideológica o periodística. Si no encuentras la fórmula, te dejará de comprar la gente. La mayoría de la población no tiene ya 50 pesos para gastarlos en una revista que te aporta lo mismo que las (gratuitas) redes sociales, incluida la infodemia.”

LA MAÑANERA, DIVERTIDA:

¿Cuál es el balance que hace Jenaro Villamil, quien escribió más de un libro sobre la telepresidencia de Enrique Peña Nieto, de las mañaneras?, cuestiona Ernesto Ledesma.

“Las mejores mañaneras han sido las que fueron enfocadas a un tema: anunciar, explicar, revelar o informar sobre un asunto. Esas mañaneras han sido fantásticas.

“También se vuelven divertidas cuando domina la pasión del personaje principal de la conferencia, cuando la pasión del presidente de la republica se desborda.

“Quienes vemos las mañaneras a diario, vamos en una montaña rusa: pasamos de una emoción a otra, de la alegría al coraje. Es parte de esta sociedad del espectáculo de la 4T y, sinceramente, lo hace muy bien Andrés Manuel López Obrador. No es fácil encontrar alguien con esa habilidad de sacarse de la manga un dato que nadie sabe, o de ir dosificando la información.

“Hay muchas cosas que se pueden mejorar en las mañaneras, evidentemente: la definición de la naturaleza de cada conferencia, como ya dije, y por supuesto urge el acercamiento a periodistas más diversos; a veces parece un circuito de los mismos periodistas.”

Que la participación de otros periodistas enriquece la mañanera, se comprueba cuando los reporteros increpan al presidente, lo obligan o lo retan a profundizar en la información. Como hizo Ledesma cuando debatió con el presidente sobre el caso de Altamirano, Chiapas, apunta Villamil.

Por el contrario, “las mañaneras se debilitan cuando, de repente, se vuelven gestorías o caen en la autoalabanza. Es una ecuación de dos o tres factores. Ojalá y un día la mañanera (eso se lo he dicho a Jesús Ramírez) tenga un público digital que pueda preguntar, como en Facebook Live. Sería difícil operarlo, pero el modelo de comunicación política da para eso y más”.

Ledesma pregunta si la conferencia de prensa, dirigida a medios, se debe abrir al público en general:

“Puede ser, ¿por qué no? Claro, hay que acostumbrar al público a hacer preguntas, que no sean gestiones. Y no tendría que ser definitivo: un día a la semana o al mes”.

Hasta para los periodistas sería de utilidad. “Tenemos que escuchar otro tipo de voces”, comenta Villamil.

LAMENTABLE, NOTIMEX

Finalmente, como experto en periodismo de medios, pero también como funcionario del sector: ¿qué papel juega el SPR en el caso Notimex?, pregunta Ledesma a Villamil.

“Papel directo, ninguno. Notimex tiene un estatuto legal muy similar al del SPR. Sanjuana Martínez dirige una agencia de Estado (no un medio de Estado, a veces se confunde medio con agencia).

“La agencia es una plataforma informativa para varios medios, mientras el SPR coordina medios: televisión, radiodifusión y plataformas que tienen concesión pública de radiodifusión, o sea, una concesión del Ifetel.

“En el SPR tenemos un esquema mucho más vinculado a la Ley Federal de Telecomunicaciones y de Radiodifusión. En tanto, Notimex tiene su propio estatuto jurídico.”

Aun sin autoridad para influir en Notimex, Villamil considera “lamentable que, a estas alturas, las partes en el conflicto laboral no hayan podido construir un punto de encuentro”.

¿Pero cómo construirlo si la propia directora ordenó a su representante legal que se levantara de la mesa de negociaciones, en presencia del Consejo de Administración de Notimex al que pertenece el propio Jesús Ramírez y la titular de la Secretaría del Trabajo?, objeta Ledesma.

Eso por un lado y, por otro, cómo construirlo cuando se han dado despidos entre el grupo de periodistas que no eran sindicalizados. Por no olvidar eventos como el video que presentó “esta chica”.

Estamos muy lejos de tener la agencia de noticias del Estado que nos prometió la 4T, reprocha el entrevistador.

Para Villamil, “es muy lamentable el conflicto y no construyes instituciones públicas a partir del conflicto. No puedes construir algo que perdure si te atoras en el conflicto. Incluso, combatir la corrupción [que era lo que se propnía Sanjuana] significaba poner un punto final y continuar construyendo.

“Si yo me hubiera atorado en el conflicto con la administración pasada o en el pleito con Televisa y TV Azteca, tras haber sido un periodista crítico de ese modelo (lo sigo siendo, pero ahora me corresponde una función pública), no habríamos logrado, por ejemplo, Aprende en Casa, una alianza público-privada para alcanzar un bien superior: dar educación a distancia.

“La reflexión que haría frente a todas las partes, porque no son sólo dos (la patronal y el sindicato) sino varias, es que en un conflicto permanente nadie gana. Pierde la agencia, la directora, los sindicalizados, los trabajadores de confianza, la audiencia y los suscriptores.

“Los medios [que contrataron sus servicios] deberíamos tener en estos momentos una agencia reportándonos, minuto a minuto, lo que está sucediendo en Estados Unidos con la elección. Notimex tiene la capacidad para eso”, sentencia Jenaro Villamil.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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