UN GOBIERNO QUE HACE POCO, ¿PORQUE HACE MUCHO?

Cuando se aproxima la fecha para que en la Consulta opinemos sobre la pertinencia de juzgar a los ex presidentes del neoliberalismo, se enraciman las opiniones de los antílopes (¿o debiera escribir, los anti López?) quieren convencernos de que el gobierno encabezado por López Obrador, muy poco ha hecho y además, de que lo hecho está mal hecho. Los antílopes se encuentran atrapados en su propio destino porque vamos a votar porque los juzguen. Y en tanto, al sentir que se les estrecha el cerco, no saben si decir a sus seguidores que voten para que no los juzguen o mejor, que no voten. Si no votan, la opción por el juicio será arrolladora, pero si votan, aunque de todos modos perderán, la consulta resultará vinculatoria. 

El gobierno nada ha hecho en su opinión, y sin embargo, en unos cuantos días se libró orden de aprehensión a Miguel Alemán Magnani (miembro de una dinastía, de una familia de las que sienten ser parte de la realeza), se declaró formal prisión a Luis Cárdenas Palomino, se vinculó a proceso a Ildefonso Guajardo Villarreal y otros nombres se integran al desfile de los caídos, como los de Roberto Sandoval Castañeda, Luis Ernesto Derbez o los de Víctor Hugo Guerra García, primo de Francisco García Cabeza de Vaca y otros vinculados a la estafa maestra en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, o el de Mauricio Toledo. Eso no resulta fácil porque cada uno de ellos tiene atrás amplios grupos de intereses, y cada uno de ellos puede decir muchas cosas que pueden implicar a muchos otros, como ya sucedió con Emilio Lozoya. Cada uno de ellos les significa un peligro potencial como consecuentemente, también lo significa para la integridad y la vida de Andrés Manuel. 

Particularmente llama la atención el caso de Ildefonso Guajardo, quien ahora se autoproclama perseguido político. Cada alto funcionario del pasado neoliberal tiene un pasado corrupto, pero los peores son los que traicionan a la Patria, como Guajardo y ese es el temor de este personaje y de otros. 

Ildefonso Guajardo fue uno de los secretarios favoritos de Peña Nieto y cómplice del mismo, muy enraizado en los grupos regiomontanos, quien mantiene una peligrosa cercanía con Luis Almagro, el golpista Secretario General de la OEA, Organización de Estados Americanos, que fue la mano que meció la cuna del golpe de estado en Bolivia, en contra de Evo Morales, y lo llevó a cabo con la cooperación del infame Mauricio Macri. La cercanía con alguien como Almagro, debe verse con mucha atención, sobre todo si se observan acciones que indiquen peligro inminente de traición a la Patria. Y Guajardo encendió esa alarma. 

Cuando se desarrollaban las campañas políticas por el Gobierno de Nuevo León, Samuel García, candidato de Movimiento Ciudadano que a la postre fue el ganador, acusó a Adrián de la Garza, candidato del PRI y del PRD, por sus excesivos gastos de campaña, y de la Garza, corrió a Washington a quejarse. Lo hizo ante Almagro y el camino para que lo lograra, le fue allanado por Ildefonso Guajardo. Eso es traición a la Patria y Guajardo lo sabe bien. Por eso se vacuna, es decir, se cura en salud. Si eso engrosa su expediente personal, las consecuencias pueden resultar desastrosas, y no sólo él lo sabe bien, sino también, todos los antílopes. 

Como podemos concluir, hay mucho desaseo entre los conservas y su actuación en el pasado ha servido para que hacernos saber todo de lo que son capaces por tal de conservar el poder y sus jugosos negocios. Los juicios sobre los que se nos consultará, deben proceder, sin ninguna duda. Y algo que debería probarse en muchos casos, es la traición a la Patria. Ese es el más grave delito que se puede cometer y muchos son culpables por haberlo cometido. La traición a la Patria no debe perdonarse a ninguno de los funcionarios del pasado, presidentes o sirvientes de los presidentes. 

La transformación marcha viento en popa, y lo hace a buen paso. No se puede ir a mayor velocidad porque las reacciones podrían ser de muchas y muy graves consecuencias. Habría que recordar que una ballena herida de muerte puede golpear con tal fuerza que es capaz de partir y provocar el naufragio de un barco. Despacio que llevamos prisa, diría Napoleón. Y los mexicanos y particularmente nuestro gobierno debemos ir con precaución. 

Como parte de las reacciones de los conservas, nos muestran ahora otro vídeo donde se aprecia al mismo David León Romero entregando ciento cincuenta mil pesos a Martín López Obrador. Trataron con ello de minar la popularidad de Andrés Manuel y no lograron su objetivo. Ese es uno de los costes de la alianza con el Partido Verde. Un coste que resulta necesario pagar por su alianza, y todo, por lograr sus votos en el Congreso de la Unión, necesarios para lograr la transformación. Es, por tanto, un costo menor. 

Por otro lado, el asesinato de Jovenel Moisse, Presidente de Haití, resulta preocupante. Queda en el aire la preocupación respecto a si se trata de un ensayo que luego puede replicarse en nuestro País, en Argentina o en otro sitio, sobre todo después de comentarios como el de Raymundo Riva Palacio. La Transformación no significa transitar por un camino pavimentado, tiene demasiados obstáculos. Pero por lo pronto, preparémonos para otorgar nuestros votos a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña el próximo primero de julio. Jamás pensé en juntar letras para promover votos para esos personajes, y héme aquí, haciéndolo. Ese es el destino. 

Si nuestro gobierno hace tan poco y lo que hace, lo hace tan mal como dicen, los antílopes no tendrían que preocuparse. Si lo hacen, por algo será. Pero su popularidad y aceptación se mantienen. Lo peor para los conservas es que hemos crecido y ya no nos engañan fácilmente. Eso se quedó en el pasado y no volveremos a ser como antes. El PRI quedó en la historia y el PAN le seguirá los pasos, y pronto. 

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana. 

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