La visita oficial del presidente López Obrador a Estados Unidos, del 7 al 9 de julio de 2020, cambió por completo las coberturas televisivas a los viajes internacionales de un mandatario mexicano, señala el crítico especializado Álvaro Cueva:
“En términos mediáticos, fue como pasar de una telenovela mexicana a una película de Hollywood. Ahora sí tuvimos algo qué contar: en viajes anteriores, los comentarios eran acerca del lujo en el avión presidencial y de las vacaciones pagadas que se tomaban muchísimos periodistas (había también historias truculentas de moches); ya en tiempos de las redes sociales, los comentarios eran sobre lo bonita que se veía la primera dama; veíamos al maquillista tomándose selfies, para que a todos nos constara que le estábamos pagando.
“Ahora no: tuvimos algo muy distinto desde el momento en que Andrés Manuel López Obrador toma un avión de línea comercial, con escalas, para llegar a Washington; y luego todos estos actos de congruencia editorial, donde el Presidente fue cumpliendo lo que prometió. ¡Realmente un gran momento!”
Entrevistado por Hernán Gómez en La Octava, el 11 de julio de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=8jUr0L5zqA0), Álvaro Cueva habló del espectáculo informativo que nos ofrecieron en su cobertura los medios de comunicación.
“Tuvimos al principio mucho rencor, muchas burlas. Pero durante el viaje ocurrió algo precioso: los medios públicos mexicanos se volvieron a unir para ofrecernos un espectáculo. En sexenios anteriores los medios públicos ni siquiera jugaban, todo se le entregaba al medio privado para que hiciera negocio. Y los medios públicos, a pesar de su posición estratégica, no existían”.
Se está recuperando ciertamente el papel de los medios públicos en este gobierno, coincide Hernán Gómez. Están pasando cosas importantes con ellos. Lástima que falte de dinero, porque con un poquito más de presupuesto esos medios harían verdaderas maravillas, señala el anfitrión.
DONDE MANDA PATRÓN…
En contraste con las críticas previas, “después de la visita vino la avalancha de elogios, de reconocimientos al éxito. ‘Todos salimos ganando’, dijeron los medios. Álvaro Cueva tiene una teoría de por qué.
“Al principio todos estaban en su papel: un grupo muy enemigo y uno muy amigo. Pero resulta que los empresarios que fueron con el presidente a la Casa Blanca son los dueños de los medios, los patrones de los periodistas enemigos de López Obrador. ¡Y ni modo que hables mal del viaje del patrón! Tuvieron que morderse la lengua y elogiar lo que antes ni en broma hubieran destacado”.
Hubo un tuit de Ciro Gómez Leyva risible, se mofa Hernán Gómez.
Y el entrevistado coincide: “Fue burdo, demasiado obvio el cambio. Ahí es donde te das cuenta quién es el poder de los medios. Donde manda patrón, no opina comunicador”.
Se ha dicho que fue una visita sencilla pero digna, sin séquito. ¿Cómo se logró esto?, pregunta Gómez Bruera.
Para Álvaro Cueva, “Andrés Manuel López Obrador es un genio de la comunicación. Y cuando tiene que sacar la casta, nos sorprende a todos. Acuérdate del Grito de Independencia”.
“Hay que recuperar ese discurso en Estados Unidos, compartirlo porque es muy valioso. Todo cambia en él, incluso el ritmo al que habla. Este señor domina la materia y, si lo juntas con Donald Trump que también domina la escena, el resultado es épico: ¡una película de Hollywood!”
Por lo demás, es un misterio quién escribió el discurso, señala Hernán. En Cancillería dijeron que lo escribió el propio Presidente. Quien lo haya escrito, son discursos muy cuidados éste y otros como el que pronunció en el Estadio Azteca cuando cerró campaña o el de la toma de posesión, opina el conductor.
Al invitado le parecen “unas joyas”.
CRISIS DE CREATIVIDAD
En un artículo reciente, Álvaro Cueva escribió que la pandemia hizo evidente que el público pone hoy mucho mayor atención a las redes sociales que a la televisión, y señaló que la conversación pública está mucho más influida por esas mismas redes. Incluso, mencionó que mientras en Facebook, Tick Tock o Twitter se están haciendo maravillas, en la televisión están hablando de cosas muy tontas. ¿Desde cuándo la televisión entró en crisis y se desplazó frente al mundo digital?, pregunta Gómez Bruera.
“La televisión es un reflejo poderosísimo de la realidad de todos los países, y en el caso mexicano ha ocurrido algo catastrófico: la televisión está cayendo por su propio peso, porque un alto porcentaje de la industria mediática de nuestra nación no ha sido una verdadera industria mediática, ha sido un negocio contaminado por la corrupción”, explica Álvaro Cueva.
“No es un discurso de la 4T. Es verdad que en los últimos sexenios nuestras televisoras dejaron de trabajar para el público, dejaron de crear contenidos, de vender publicidad y de hacer lo que tenían que hacer, porque todo les llegaba gratis y en automático por parte del gobierno. Nadie entendía cómo entraba el dinero, pero entraba. Los vendedores no tenían que crear nada, simple y sencillamente se paraban en las oficinas de gobierno y conseguían contratos de gobiernos estatales para menciones de turismo en los noticiarios.
“Veíamos las sospechosas apariciones de los retratos de gobernadores en las telenovelas de noche. Cosas muy puercas que inyectaron fortunas a nuestras televisoras y generaron un bache creativo monumental: vendedores, escritores, actores o comunicadores dejaron de entender en qué consistía su trabajo.
“Hoy que ya no les llega todo facilito, porque el gobierno no está cooperando, tienen que volver a hacer su chamba”.
NO HAY INNOVACIÓN
¿Pero realmente lo están haciendo?, pregunta Hernán Gómez. Se ven muy pocos formatos nuevos en la televisión, se repiten las viejas fórmulas. La televisión mexicana no está innovando. La innovación está más bien en el mundo digital. Tampoco hay mucha inversión.
“Nuestra televisión está divorciada del público, por eso le va tan mal –sentencia Álvaro Cueva–. Hay baches gigantescos generacionales y raciales de todo tipo. A la hora que pones eso en la pantalla, nadie se siente identificado. Al contrario, cualquier persona con dos gramos de dignidad se siente ofendida ante esas historias que fueron diseñadas en los años 50, cuando los roles sociales eran otros; ante esos noticiarios que no te dan noticias; ante esas mesas de análisis que no analizan.
“Por una genuina necesidad todos nos estamos yendo hacia otras plataformas. Y la pandemia puso en evidencia esta crisis. En estos momentos de franca desesperación era cuando las televisoras tenían que crear más y mejores contenidos, cuando tenían aque reencontarse con las familias. Pero huyeron, lo primero que hicieron fue bajar costos, correr gente. Eso no es televisión, son finanzas.
“Como todos tenemos necesidad de conectarnos, buscamos donde hacerlo. Y a veces lo encontramos en Twitter y, a veces, en Tik Tock. Ahora los verdaderos actores diseñan espectáculos en Zoom”.
PEQUEÑO GIGANTES
El divorcio de la televisión y el mundo digital es una realidad mundial. La gente cada vez ve menos televisión programada y más contenidos en streaming, tipo Netflix; videos en las redes sociales. Eso se suma a la realidad específica de México. ¿Qué le hace falta a las grandes cadenas televisoras para poder innovar, para salir del impasse en el que están, de este momento de tan poca creatividad e innovación?, cuestiona Hernán Gómez.
“Lo mismo que le hace falta a nuestros políticos, empresarios y líderes religiosos: humildad. Pensar en el otro, dejar la vanidad y el ego. Aprender, observar qué es lo que necesita la gente y cumplirle. Así de fácil”, responde Álvaro Cueva.
“Duele ver a estos productores que en lugar de ver qué proponen los jóvenes creadores, corren a Argentina a comprar historias como si aquí no tuviéramos escritores y algo qué decir. ¿Que nuestros dramas no venden?
“Nuestros productores de televisión abierta piensan más envidiando a Netflix, en lugar de pensar en las verdaderas necesidades de una televisión abierta, de una televisión dinámica, de una televisión para todos.
“Nuestras conductoras mujeres son las primeras en acabar con la figura de la mujer. Hay aberraciones terribles, situaciones que me afectan muchísimo como el hecho de que México sea la capital mundial de la pornografía infantil. Ocupamos la posición número uno en ese crimen pero, cuando pones la tele, te dan Pequeños Gigantes donde a los chiquitos les enseñan que mover las nalgas es chistoso, que ese es el camino hacia el éxito”.
BBC A LA MEXICANA
Este gobierno nos prometió una BBC. ¿Los medios públicos puedan ser una alternativa a la televisión privada?, inquiere Gómez Bruera.
“Hay pasos muy interesantes hacia un cambio. No necesariamente hace la creación de una BBC, porque es muy complejo. La televisión británica es el monstruo que es, porque los ingleses pagan un impuesto altísimo anualmente por cada televisión en casa.
“Pero sí hay un contexto de unidad y congruencia, una búsqueda de una fórmula que permita compensar el daño que se hizo en sexenios anteriores, sobre todo en términos ideológicos. Sí hay libertad de expresión, pero no hay dinero. Y es que saquearon a los medios públicos.
“Por ejemplo, Canal 22 tendría que tener mucho dinero porque es el único canal público que puede vender publicidad por ley, ya que está constituido de una manera distinta. Pero en los sexenios anteriores no vendieron un solo anuncio”.
Ojalá esto pueda cambiar, expresa Hernán Gómez, porque la televisión pública juega un papel muy importante. Tenemos que tener buena televisión privada pero también buena televisión pública, porque ésta puede guiarse por criterios distintos al lucro y eso hace la diferencia.
Álvaro Cueva da un último dato: “Hoy los canales privados no producen contenido infantil porque, como cambiaron nuestras leyes, ya no se pueden anunciar los alimentos chatarra que estaban engordando a nuestros niñitos”.
“Los únicos medios que están generando contenidos para niños, son los públicos”. Once Niños es un canal completo, más la barra que tiene el Once regular. Tienen en Canal 22 y en el 34 otros espacios infantiles, lo mismo que en los canales de los estados de la república.
“Es algo que nos dan los medios públicos, ahora que los medios privados están en agonía. Por eso tenemos que defenderlos: hay que pensar en los niños, en el análisis político y en muchas otros contenidos que son parte de nuestros derechos como espectadores”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.