En su libro La democracia como problema (Colmex-UNAM, 2015), el politólogo José Woldenberg, “a quien acaban de correr de Reforma”, explica que de la calidad de la información que reciben las personas, de la calidad de las fuentes y de la calidad de la narrativa que usan los reporteros, depende la calidad de la prensa en una nación. Y esa calidad periodística contribuye en forma importante a la cultura de las personas.
“Si logramos constituir medios críticos e interesantes para los lectores radioescuchas o televidentes, generaremos una cultura de la crítica, de estar informado. Y al final de cuentas eso define una manera de ser ciudadanos”, dijo en la Facultad de Letras y Comunicación (Falcom) el joven periodista Cristian Rodríguez Pinto.
Para el dos veces ganador (2016 y 2017) del Reconocimiento a Estudiantes dentro del Premio Estatal de Periodismo en Jalisco: “La moraleja es que entre mejores periodistas seamos, mejores ciudadanos van a ser nuestros lectores, y eso dará como resultado una mejor democracia, que es el sistema político en el que estamos inmersos”.
En la conferencia magistral sobre los “Retos para los egresados de las carreras de periodismo”, con la que abrió el Coloquio de Periodismo, Letras Hispanoamericanas y Lingüística que se realizó en la Universidad de Colima el 17 y 18 de septiembre, el reportero de Canal 44, la televisora de la UdeG, hizo un recuento de trabajos periodísticos que han sido útiles para la sociedad local o nacional, y de paso han hecho historia.
El día del temblor
Aquí mismo en Colima, como escuchó narrar Cristian en una conferencia siendo estudiante de Periodismo en el Centro Universitario del Sur (Ciudad Guzmán) de la Universidad de Guadalajara, el día del temblor del 21 de enero de 2003 los productores y conductores de Universo, la emisora de la U de C, se quedaron en cabina.
La radio universitaria sirvió de enlace entre la población y las autoridades. En esa época no había redes sociales, pero el personal de la estación orientó la transmisión a tranquilizar a la gente. Y recibieron información de sus reporteros respecto a dónde había emergencias, fugas de gas o personas que rescatar de los escombros.
“Es un ejemplo icónico de cómo los periodistas, verificando la información y proporcionando información útil, lograron generar lazos de solidaridad que permitieron el rescate de personas o evitaron que hubiera otras tragedias por las explosiones”, expuso Rodríguez Pinto.
Obligación de estar al día
Colimense de origen, Cristian Rodríguez ofreció también ejemplos nacionales de buen periodismo, como la investigación de “La Casa Blanca de Peña Nieto” que publicaron los reporteros de Aristegui Noticias en 2014, y la de “La Estafa Maestra” que hicieron los colegas de Animal Político en 2016.
“El reportaje en el micro sitio de la página web Animal Político es una cátedra del uso de las herramientas digitales. Les sugiero a los estudiantes que por cultura general consulten estos dos trabajos, porque el resultado -para quienes dudan si el periodismo sirve para algo- fue que ambos reportajes tuvieron injerencia en la elección del 1 de julio.
“’La Casa Blanca’ salió un mes después de Ayotzinapa, cuando el gobierno vivía una crisis por los desaparecidos. Y lo que los reporteros hicieron fue documentar que el Presidente vivía en una casa que construyó el empresario que obtuvo la licitación para construir el tren México- Querétaro. Obra que por cierto, se suspendió a raíz de este escándalo.
“A partir de ese momento, la imagen y reputación de Peña Nieto vino en picada, como lo documentó mes a mes Reforma al medir la aceptación de Peña que llegó a caer al 12% antes de las elecciones.
“Hoy, gracias a ‘La Estafa Maestra’, somos más conscientes que las secretarías de Estado son corruptas, especialmente Sedatu y Sedesol. La investigación también involucró a universidad públicas que creíamos intachables y que hasta hace poco no eran auditadas”.
Tras resumir estos ejemplos, Rodríguez Pinto apuntó que “la primera responsabilidad de los egresados de una licenciatura en Periodismo, es mantenerse actualizados, estar constantemente consumiendo información para estar al día”.
Aparte de periodismo que tumba la aceptación del presidente, evita mega-construcciones y genera en el imaginario mexicano la certeza de que hay corrupción en el gobierno mexicano, “La Casa Blanca” y “La Estafa Maestra” son trabajos de largo aliento.
“Pero en la cobertura diaria que a muchos nos da flojera, el trabajo reporteril ha contribuido desde 2006 a documentar las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y otros delitos cometidos por la policía, el ejercito o la marina”.
Este seguimiento informativo generó después de mucho tiempo leyes anticorrupción y comisiones de la verdad o de atención a victimas, añadió el reportero.
Complejidades del oficio
Para Cristian Rodríguez, “las condiciones laborales adversas es una información que debemos tener en cuenta a la hora de dedicarnos a la profesión periodística. Y los riegos también”.
En Colima han sido asesinados personas que se dedicaban a la información en redes sociales y en la radio de entretenimiento. Y si bien no ha habido periodistas asesinados, sí hay violencia contra la prensa en el estado de Colima.
En 2017 la organización Artículo 19 documentó diversos ataques contra la prensa en el estado. Agresiones en Colima hubo: dos amenazas y, ataques físicos, uno. No son tantos como en Tamaulipas, pero sí hay condiciones para que se ataque a los periodistas.
Además, hay leyes estatales que inhiben o son un obstáculo para el ejercicio periodístico. Por ejemplo, se siguen tipificando los delitos contra el honor. Y es uno de los pocos estados donde está vigente esa legislación. De ese modo, cualquier funcionario a quien no le guste una nota puede denunciarnos porque atentamos contra su honor.
En contraparte, hay una comisión estatal de protección a periodistas, no hay leyes anti-protesta y el gasto en medios por publicidad oficial en 2015 fue de apenas 33 millones de pesos.
En Jalisco, para darnos una idea, en lo va del sexenio de Aristóteles Sandoval (2013 a 2018) el gobierno del estado gastó mil millones de pesos en publicidad oficial, recursos que derivó a Televisa, TV Azteca e Indatcom, una consultora de comunicación digital que también le llevó la campaña en redes a Enrique Alfaro, el gobernador electo, resumió Cristian Rodríguez.
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