¿Y LA CASETA, APÁ?

En la última entrega de CON SAL Y LIMÓN me referí a las desventuras del gobernador Peralta y no fue la primera ocasión en que, para nuestra desgracia, junté algunas letras para compararlo con Mauricio Macri, el presidente argentino, porque nada puede salirle bien. En esa ocasión también se apuntaba al equipo de asesores y abogados del Ejecutivo como una parte visible de la ineficiencia gubernamental, la otra obviamente es la insensibilidad del gobernador, que se adereza con su nulo sentido de la política y por ello, muestra siempre, su carencia de oportunidad, sobre todo, cuando envalentonado, quiere mostrar su músculo ante el Presidente de la República.

Al Gobernador, no le bastó el numerito del martes de carnaval (5 de marzo) en Manzanillo y repitió la fórmula en Colima el 4 de junio. Tiene razón el pueblo con aquella conseja de que perro que traga huevo, aunque le quemen el hocico. No ha entendido su propia realidad política. Pero el Presidente de la República anunció en su última visita, que, a partir del día siguiente, los vehículos ligeros dejarían de pagar el peaje en la caseta de Cuyutlán y ésta noticia fue recibida con beneplácito por todos los colimenses. Ese anuncio significaba una medalla y el Presidente citó la importancia de las gestiones al respecto tanto de Indira Vizcaíno, Delegada de Programas Sociales del Gobierno Federal; como del gobernador Peralta.

Peralta, envidioso, soberbio y sin claridad política, quiere la medalla para él sólo. El que junta estas letras, ha afirmado que su intervención nunca fue decisiva para este logro, pues padece de cualidades esenciales como inoportunidad (como siempre), ineficiencia (como siempre) y oportunismo (como siempre, también): Si Peralta estaba convencido de la injusticia de prolongar la concesión, debió haber actuado como Subsecretario de Comunicaciones y no lo hizo. Y cuando actuó como Gobernador, fue cuando la causa electoral estaba perdida para su Partido y para su candidato, diríamos que perseguía las migajas cuando había perdido la oportunidad de quedarse con el pastel entero. Y a pesar de eso, su demanda no estuvo bien formulada y se desechó. Los abogados de su gobierno no dan una, pues, y ésta es nada más, otra raya al tigre.

La cargada oficial se decantó por mostrarlo como el gran triunfador de esta particular contienda y le colgó la medalla sin entender que la cita del Presidente era más bien como cortesía política pues en su oportunidad, en el mitin, Andrés había sido enfático en relación con el papel jugado por Indira, su delegada aquí (bueno, pero eso sólo para quienes resulten capaces de entender la política). Así que no nos queda duda de otra conseja popular: No hay peor ciego que el que no quiere ver. Mayor beneficio político pudo haber obtenido si hubiera optado por quedarse con parte del mérito y le hubiera otorgado a Indira el suyo, aunque no lo hubiera otorgado todo el que le corresponde a la Delegada.

El gobierno de Peralta es ampliamente cuestionado por los colimenses y los actos que se relacionan con sendas visitas del Presidente de la República a nuestro territorio quedan como escaparates del sentir popular. Ni con acarreados puede ahogar las expresiones del pueblo y lo peor es que el rechazo popular en vez de acallarlo con una acción que guste a sus gobernados, trata de repelerlo con otras acciones impopulares y mal planeadas como la del veto parcial a las modificaciones a la Ley de Movilidad aprobadas por el Congreso Local; es decir, trata de apagar el fuego lanzándole más leña y usando un fuelle para darle más aire. No se requiere ser un genio para entender que no sabe cómo actuar porque carece de emoción política y porque sus genios asesores son como sus abogados: No tienen ni idea de cómo hacer las cosas.

No debemos engañarnos: La medalla, el premio político que significa esta decisión del Presidente corresponde a Vizcaíno y no a Peralta. Al Gobernador le corresponde el fracaso, y no por este tema, sino por toda su labor de gobierno. No por la manera en que este juntador de letras aprecia su labor, sino por la forma en la que la aquilata el pueblo de Colima y lo digo, porque así se ha manifestado. En estos tiempos en los que ya no existe el temor para manifestarse, el propio Peralta y sus asesores han podido observar el rechazo del pueblo, pero quizás no hayan logrado entender las causas que la motivan, y si la razón me asiste, mala suerte; porque, además, no hay mucho qué puedan hacer para revertir esa opinión que les resulta desfavorable: El tiempo no les ayuda y sus acciones, menos.

Seguramente en los meses que siguen, veremos crecer la figura de Indira y al mismo tiempo, veremos cada vez más pequeña la figura del Gobernador Peralta. Y luego, llegado el momento de ir a las urnas, el pueblo se manifestará. Falta mucho para saber quién abanderará las causas tanto de Morena, como quién lo hará con la del PRI, pero ya sabemos, desde ahora, cuál será el resultado que arrojarán las urnas.

Cuando sepamos la opinión de los guías espirituales del Gobernador, seguramente nos dirán que Indira es otro peligro para el Mundo. Y nos preguntaremos quién significa mayor peligro para la humanidad ¿Indira o Vladimir? Y creo que en las semanas que siguen, la lista de políticos peligrosos seguirá creciendo, y todos serán morenos, de eso podemos estar seguros.

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.

 

 

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