Y VUELVE LA BURRA AL TRIGO

Por un tiempo nos hemos olvidado en esta columna del Presidente de los Estados Unidos, pero Donald Trump, como la caravana Corona, está presente siempre en los grandes eventos. Mucho ha sufrido el poderoso presidente con la negativa de su Congreso para autorizarle fondos suficientes para su proyecto estrella, la construcción del muro fronterizo, el cual se constituye en una de las claves para su campaña de reelección, como lo fue también para su campaña original. Y, además, en las últimas semanas su figura se ha visto afectada y cuestionada por el informe de Robert Muller en relación con la trama rusa. Así que vuelve a pegarle a México, su piñata predilecta, y ahora amenaza con gravar con un arancel del 5 % a todas las importaciones que los gringos hagan de nuestros productos, con el pretexto de la cooperación pasiva de nuestro País en la contención de migrantes; un asunto magnificado por él, y que quiere que nosotros se lo resolvamos.

Inestable y veleidoso como siempre ha sido, en los últimos meses ha lanzado ofensivas importantes que han sido frustradas como la imposición de Juan Guaidó como sustituto de Nicolás Maduro al frente de Venezuela y la guerra comercial con China, con la cual ha afectado también a importantes empresas gringas: Su última expresión de furia ha sido desatada contra Huawei, el avanzado gigante de las telecomunicaciones que ha sido debilitado, pero ya responde el gobierno chino en apoyo a sus empresas. El final de este pleito resulta de difícil pronóstico. Parece que a Trump no le importa mucho afectar a empresas y consumidores gringos o de otras partes del Mundo, pues sus intereses personales (y el principal ahora es la reelección) son los únicos que parecen contar. Si el que junta estas letras fuera panucho, diría que Trump es un peligro para el Mundo.

El comportamiento del mandatario gringo es errático e impredecible (como siempre lo ha sido: Se retiran los aranceles a nuestro acero y aluminio (y se hace lo mismo con los canadienses) pero se grava nuestros jitomates; se impulsa la ratificación del T-MEC en los tres países y Trump se refiere a los grandes beneficios que el nuevo Tratado traerá a los tres países y apenas después, lanza su amenaza a México para imponer ese arancel a todos nuestros productos, hasta que a discreción y juicio de Washington hagamos lo suficiente para detener los flujos migratorios hacia los Estados Unidos e impongamos la ley y el orden en nuestro lado de la frontera. El peso, obviamente va hacia abajo y las bolsas hacen lo mismo. Hoy mismo (31 de mayo), la bolsa de Frankfurt abrió castigando acciones como las de Volkswagen y Mercedes, cuyos automóviles producidos en México se verían afectados por esa medida.

México se ha convertido en el principal socio comercial de los gringos, desplazando a China del primer lugar y eso le otorga dimensiones y repercusiones muy amplias a la medida que pretende adoptar Trump, y al mundo globalizado le afecta tanto la guerra comercial con China como los golpes a nuestro particular comercio con los gringos. Las consecuencias para nuestra economía, por supuesto, no podrían resultar positivas y como consecuencia, López Obrador ha respondido a las declaraciones de Trump diciéndole que México no desea la confrontación, pues las relaciones entre nuestros países se deben resolver con diálogo y actuando con prudencia y responsabilidad. Nuestro Presidente le cita las relaciones entre Juárez y Lincoln y entre Cárdenas y Roosevelt y le reitera las causas por las cuales la migración se genera, así como las necesidades de atacarlas desde su origen, invocando la urgencia de la cooperación para el desarrollo.

Los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas, sostiene Andrés Manuel y le dice al presidente gringo que la Estatua de la Libertad no es un símbolo vacío; y le propone profundizar en el diálogo para buscar alternativas de fondo al problema migratorio y que tenga presente que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato, sino que actúo por principios: creo en la política que, entre otras cosas, se inventó para evitar la confrontación y la guerra. Asegura López Obrador no ser partidario de la Ley del Talión y lo invita a buscar soluciones pacíficas a las controversias y a llevar a la práctica el ideal de la no violencia. Y ya van Marcelo Ebrard y otros funcionarios a dialogar con los gringos.

Las posturas de Trump y de nuestro Presidente han merecido numerosas reacciones por parte de los actores nacionales con una voz unánime a favor de México. Lo mismo se han manifestado los trabajadores electricistas que Slim para apoyar a nuestro Presidente. Habremos de estar pendientes de lo que suceda, pero algo nos queda claro y le queda claro al Mundo: Trump es como chivo en cristalería y su comportamiento resulta totalmente impredecible y dañino. Creo y confío que al final no se afectará tanto a México, como creo que no triunfarán los empeños por hacer que Huawei sea derrotada. La razón habrá de imponerse al final del camino. Pero mientras Trump sea Presidente y en tanto dure la campaña de reelección, la ofensiva se mantendrá, de pronto crecerá y de pronto cederá, pero no podremos estar en paz ni librarnos de sus locuras malintencionadas.

Y sí, Trump es un peligro para el Mundo.

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.

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