YA NO HAY CENSURA

Desde el arribo de la 4T hay más debate y más libertad de expresión en México, coinciden John Ackerman y Julio Hernández López.

Para el autor de la columna ‘Astillero’ que publica La Jornada, en este sexenio ya no hay presiones hacia los medios de comunicación. Y la ironía es que los directivos de los principales medios quisieran seguir recibiendo llamadas de la Presidencia, para poder negociar convenios de publicidad como los que se establecían en el pasado con base en una orden para silenciar o resaltar algún tema.

En la emisión de John y Sabina del martes 17 de marzo en  Canal Once (https://www.youtube.com/watch?v=oBVB_WgeeNQ), donde Ackerman y Berman tuvieron como invitado a Julio Astillero, se habló de lo bueno, lo malo y lo feo del nuevo escenario mediático.

Para quien todavía en ese momento era conductor de La Octava (anunciaría su salida el viernes 20), en este sexenio no hay censura ni veto a periodistas:

El caso de Loret de Mola no es equivalente al de Carmen Aristegui, porque su salida de Televisa no supuso el silenciamiento de quien comenzó siendo “un gran reportero”. A Carlos inmediatamente se le abrieron espacios en radio, expuso Astillero.

“Con Brozo hubo un problema de financiamiento. Al Aire Libre, esta estación de FM con proclividad a la buena música y las grandes ideas, no logró pagar lo que cuesta un programa como el de Víctor Trujillo”.

Y en el caso de su propia renuncia a la dirección editorial de La Octava en enero pasado, Julio Astillero aclaró que tampoco fue por presión de la Presidencia.

SERRANO IBA A VENDER

En lo que se convertiría en un elogio al fugaz paso de Julio Astillero por Grupo Radio Centro, Sabina Berman señaló que el periodista inventó “un canal totalmente distinto, con un reparto único en este país”, donde hasta el pantone de las pieles que se ven en el canal refleja la diversidad de este país. “Hay una cantidad de mujeres brillantes, universitarias, jóvenes, de izquierda la mayoría en La Octava”.

Si el proyecto estaba bien definido, ¿qué pasó?, por qué renunciar a la dirección editorial preguntó la escritora, sin pensar que la respuesta serviría para explicar su inminente salida de la cadena propiedad de la familia Aguirre.

“Se llegó muy rápido a una nueva etapa en la que las decisiones que se iban a tomar ya no eran congruentes con lo que yo creía, y preferí retirarme”, explicó Astillero. Pero no fue por la salida de Vicente Serrano, “un episodio que se debe ver con claridad porque en esos procesos de cambio hay choque personalidades”.

Para Berman, Serrano es una voz fresca y nueva en el sentido que es violento. Él adujo renunciar porque le estaban imponiendo temas, actitudes e invitados.

Sobre eso, Astillero recordó que fue él quien invitó a Serrano a dejar Chicago para venir a México y lo propuso para ser el conductor del programa estelar (que tomaría Julio y el cual dejaría dos meses después argumentando que no había condiciones para hacer un programa de televisión), aunque finalmente Vicente quedó en otro horario.

Horas antes de que renunciara al aire, Julio Hernández platicó con Serrano “y sus motivaciones para irse eran otras”. Pero ninguna se refería a que le impusieron una línea editorial, puesto que el periodista había firmado dos contratos:

Uno, del que el entonces director editorial no se enteró hasta después, en el que Vicente aceptó que habría una línea editorial en cuanto a contenidos, invitados y manejo informativo; y otro sobre la opción de venta a La Octava de su portal de internet Sin Censura Media.

“Con todo lo que sucedió, se frustró la operación. Y aunque se pagó una indemnización, la compra-venta habría supuesto un pago de más de dos millones de dólares”.

LOS NEOCHAYOTEROS

En una Videocharla Astillada previa a la emisión de John y Sabina, Julio Astillero se refirió a los neochayoteros: “aquellos que hoy viven de la monetización de los programas en YouTube y que son incapaces de hacerle una crítica al gobierno actual, al Presidente o a Morena” para no perder likes.

Como la acepción original de chayote es el dinero que proviene desde el poder, pagado a los periodistas para que hablen bien del poder, explicó el columnista, “acusar hoy a los críticos de López Obrador de chayoteros es una incongruencia”.

Chayoteros serían quienes recibieran dinero de este gobierno, que no está dando ni un centavo de chayote por cierto. “Pero neochayoterismo es el de quienes viven pegados al algoritmo de YouTube”.

En pocas palabras, si alguien que tiene un programa en YouTube se hizo famoso por apoyar la candidatura de López Obrador, ahora critica a la 4T, pierde público y eso afecta su monetización. “Y son millones de pesos los que se ganan en esa plataforma”.

Por lo demás, Astillero coincide con Ackerman en que los mismos que antes tenían contratos publicitarios del gobierno de Peña, ahora reciben cantidades millonarias del sector privado para atacar a López Obrador.

Pero, viendo el otro lado de la moneda, Ackerman considera que YouTube es un mercado y está bien que los vloggers cuiden su negocio. Si bien Hernández López cuestiona que un periodista venda su opinión, a favor de la corriente que sea.

“Más grave todavía es que muchos videos se están produciendo, intencional y concienzudamente con mentiras y distorsiones de la información”, sentencia Astillero.

LA APUESTA MEDIÁTICA

El contexto, expone Berman, es que hay una prensa que antes recibía dinero del gobierno y ya no fluye ese presupuesto. Por otra parte, hay una fuga de las audiencias hacia YouTube que, por lo general, emite información muy barata y poco controlada.

En consecuencia, el descenso en la objetividad de nuestro periodismo ha sido brutal, agrega Berman. “Ya es difícil distinguir entre una propositiva fake news y una auténtica pieza periodística”, porque no se está practicando el reportaje, nadie sale a la calle a recabar la realidad que, cada vez, está más lejos de la narrativa del periodismo”.

Astillero sostiene que “estamos viviendo una situación peculiar: a los anunciantes del sector privado adverso a López Obrador no les interesa la audiencia sino la posición política de los medios”.

Y puso como ejemplo a La Octava, cuya alta audiencia no se refleja en el número de anunciantes empresariales que estuvieran deseosos de invertir en un medio exitoso, porque esa línea periodística no les gusta “y prefieren pagarle a otros medios con muy poca audiencia pero que esté haciendo labor de zapa contra el gobierno”.

La apuesta de esos empresarios no es presionar a la 4T con la promesa de silenciar a los medios que patrocinan, la apuesta mediática del sector privado es esperar a que, en la próxima elección presidencial, haya un cambio de rumbo que los reinstale en un sentido muy vengativo, porque el regreso de esos grupos en otros países ha sido excluyente, resume Astillero.

CON DIOS O CON EL DIABLO

Sabina y Julio coinciden en que Twitter es un sueño perdido, una decepción. John reconoce que el entorno ahora es mucho más violento que antes, porque los tuiteros de derecha están pagados. Pero Berman y Astillero replican que hay plumas pagadas en ambos bandos:

“Haces una crítica al gobierno –dice la dramaturga– y te tupen. Y basta ver cuántos seguidores tienen esas cuentas para saber que fueron creadas recientemente”.

Para Astillero, “hay un segmento genuino de gente que siente su obligación de defender a la 4T, al Presidente y a Morena. Ellos, de manera auténtica, pelean en la arena tuitera contra la gente que critica al gobierno. Y se distinguen porque su argumentación es distinta” a la de bots y troles.

En ese sentido, hay un segmento inequívoco de tuiteros que parecen ir en un bote de remos, con un vocero al frente que va marcando el ritmo:

“Detecto fraseos, inflexiones verbales, palabras concretas”. Al principio, al columnista y tuitero le preocupaban esas críticas que, además, siempre usaban las mismas descalificaciones: “qué bajo has caído”, “qué lamentable”, “traidor”. Pero eso ha ido evolucionando a un lenguaje mucho más ofensivo”.

Le pasa no sólo con los lopezobradoristas, sino también con los calderonistas. Y en el caso de los francotiradores del ex presidente, Astillero detecta otra argumentación: “me llaman guerrillero”. Como sea, los dos bandos tienen jefes de información que les dicen por dónde ir.

Para conductores e invitado, Twitter dejó de ser una conversación sabia, ingeniosa e inteligente, para llenarse de contenido basura. Facebook es ahora un lugar más amable porque la gente pone su nombre. Por algo es la segunda fuente de información en este país, apuntan.

Sabina Berman recuerda que a promesa de Twitter era crear narrativas. “En los inicios de la red social tuve verdaderos debates, muy enriquecedores en conocimientos nuevos. Pero lo que estamos viendo ahora es una polarización: estás con o en contra de López Obrador, y si estás en contra necesariamente estás a favor de Calderón”.

Finalmente, John Ackerman lamenta que se hayan permitido imágenes en una plataforma que fue pensada para decirlo todo en 140 caracteres. 

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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