YA NO HAY CHAYOTE

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, muchas cosas en la relación prensa-poder de nuestro país cambiaron. Los beneficiarios del chayote dejaron de recibirlo y los montos de la publicidad oficial bajaron a la mitad.

“Nosotros no repartimos sobres, ya no hay chayote”, sentenció AMLO en una mañanera. Y ese es uno de los principales motivos del descontento de los grandes medios con la Cuarta Transformación, subraya Inna Afinogenova en la emisión de fin de temporada del podcast español La Base.

El programa del 21 de julio de 2022 (https://www.publico.es/podcasts/la-base/la-base/1017207/la-base-96-fin-de-temporada-la-crisis-del-periodismo) trató sobre la crisis que está viviendo el periodismo en España, pero la excorresponsal de Russia Today (RT) en América Latina dedicó su colaboración a México por varios motivos, entre otros para acentuar las similitudes que hay entre la forma viciosa de ejercer la profesión periodística en un país y otro.

“Al asumir la presidencia, López Obrador introdujo el formato de las mañaneras: esas ruedas con periodistas a primera hora, para aclarar las decisiones gubernamentales sin dejar lugar a especulaciones, aunque siempre las hay. Son horas y horas de mañaneras que hemos padecido cada día quienes cubrimos la información de ese hemisferio, porque ese señor no es que las haga precisamente cortas”, señala en son de broma la reportera rusa en su español perfecto.

Tras salir de RT en junio pasado, molesta por la censura en esa cadena a las noticias sobre la intervención militar rusa en Ucrania, Afinogenova se incorporó al elenco del programa que conduce Pablo Iglesias, exsecretario general del partido de izquierda Podemos y exvicepresidente del Gobierno. También escribe una colaboración semanal en Público, el periódico que auspicia el podcast.

PERIODISMO DESCONTENTO

Sobre lo dicho por Inna respecto a la extensión de las mañaneras, Iglesias acota que los millennials se quejan igual de todos los políticos que, como él, hablan mucho. Ya no hay respeto a las canas, dice en sorna.

Pero su contertulia aclara que esas horas de las mañaneras son mucho menos que las publicaciones que las cuestionan, con preguntas del tipo ¿tienen sentido las mañaneras? o transmisiones de YouTube en directo de periodistas del Grupo Fórmula, por ejemplo, cuestionando su utilidad y cosas por el estilo”.

En 2019, precisamente en una de las mañaneras AMLO presentó la lista de medios y periodistas que más publicidad institucional han recibido durante las administraciones anteriores. El gesto fue más de una vez tachado de señalamiento, pero reveló los millones que cobraban del dinero público los periodistas más reconocidos del país.

El mejor pagado era Joaquín López Dóriga, con más de 250 millones de pesos. Le seguían Federico Arreola con 150 millones de pesos y Enrique Krauze con la misma cantidad, unos 7 millones de dólares, desglosó Afinogenova.

Y por supuesto, comenta Iglesias, esos son ahora mismo los intelectuales más críticos con AMLO.

MIDEN CON DOBLE VARA

“En otra de sus mañaneras, el presidente de México mostró una caricatura de López Dóriga con la leyenda: ‘AMLO, malote, /regrésame el chayote’. Y no te imaginas la oleada de solidaridad en redes y medios, entre ‘los periodistas de bien’, que ha generado eso.

“Te puede parecer más o menos elegante esa forma que tiene López Obrador de exponer al periodismo. Pero el problema no es ese, sino que los mismos profesionales que denuncian al presidente por señalarles, luego no se pronuncian cuando el blanco de los ataques es algún miembro de la familia de Andrés Manuel.

Para esos periodistas, “los memes contra la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, entran dentro de la libertad de expresión. En cambio, los memes contra López Dóriga son calificados de difamación, calumnia e indignante ataque a la profesión”.

“El periodismo es una herramienta que protege a los supuestos profesionales que lo practican, en una doble dirección: si eres periodista, puedes difamar e insultar, puedes bromear o incluso mentir sobre la familia de un político, por ejemplo; pero de ti no se puede hablar, no se te puede criticar, aunque lo que se diga sobre lo que haces sea verdad, porque eso es señalamiento.”

Eso, advierte Iglesias, incluso cuando hablamos de periodistas millonarios, de periodistas que ganan muchísimo más dinero que el presidente, los ministros o cualquier miembro del Poder Legislativo. El parecido entre México y España es sólo fruto de vuestra imaginación, ¡malditos rojos! Como si en algún manual deontológico se dijera que no se puede criticar el trabajo de un periodista, incluso cuando está mintiendo, sabiendo además que está mintiendo.

O como si dijeran los manuales que no se puede hablar de la financiación a los medios por parte de poderes económicos, sostiene el politólogo y expolítico. Es decir, los periodistas de Antena 3 o La Sexta no pueden decir que Grupo Planeta tiene intereses económicos en Atresmedia. Ni se puede contar que Mediaset es de Silvio Berlusconi y que, por lo tanto, difícilmente los medios de ese conglomerado (Telecinco o Cuatro) podrán informar de algo que perjudique a las empresas del magnate italiano. Exponer eso es señalamiento, ironiza Pablo Iglesias.

SIN AUDIENCIA NI CREDIBILIDAD

“Hace un año, en el marco de las mañaneras –recuerda Inna–, AMLO introdujo una sección para desmentir las calumnias en la prensa: ‘¿Quién es quién en las mentiras de la semana?’

“La propuesta fue sometida a numerosas críticas: la tacharon de estrategias de señalamiento a periodistas y medios que sólo hacen su trabajo. Salieron todos los periódicos ‘de bien’ con titulares tipo: ‘Ataque de AMLO contra la prensa’, ‘Ofensiva gubernamental que amenaza la libertad de expresión y la pluralidad’.

“Claro, publicar falsedades, por ejemplo, que uno de los hijos de AMLO compró un equipo de fútbol; acosar coordinadamente a su hijo menor en redes sociales por su físico; atacar a su mujer desde cuentas de periodistas con miles de seguidores, todo eso sí forma parte de la libertad de expresión.

“Sólo cuento una parte menor y poco significativa del panorama mediático mexicano, pero lo cotidiano son esas noticias falsas. No son críticas a la gestión, aunque también las hay. La situación del periodismo en México se puede resumir con algo que dijo AMLO recientemente:

‘Aprovecho para hacer un llamado a los radiodifusores, en especial los de la Ciudad de México: están completamente ladeados, nada más de un lado, no hay equilibrio. Todas las estaciones de radio, en contra de nosotros. Buscas en el cuadrante y todos los conductores de radio, hombres y mujeres, en contra de nosotros.’

“Lo curioso es que todos estaban a favor de Peña Nieto –acota Inna–, pero eso no pudo hacer que ganase el candidato de la derecha en las elecciones presidenciales. Ahora están todos en contra de AMLO, pero la aprobación de su gestión está sobre un 54 por ciento, según una reciente encuesta de El Financiero, un medio de derechas. Más de la mitad de la población parece que ya no escucha esas emisoras de radio, o las oye tomando la distancia necesaria con respecto a aquello que le cuentan.”

…PERO NO TROMPUDOS

“Volviendo al tema de los señalamientos a profesionales que sólo hacen su trabajo, nadie niega el derecho de los medios a criticar las medidas del gobierno o a no estar de acuerdo con ellas. Evidentemente, los grupos controlados por grandes oligarcas difícilmente van a mostrarse a favor de medidas económicas redistributivas, por razones obvias, porque van a en contra de sus intereses.

“Eso no tienen nada de malo, entra dentro del funcionamiento habitual de la prensa y no incurre en faltas éticas graves. Pero este nuevo periodismo funciona de otro modo y, en México, es igual que en España. No es que los medios no quieran escuchar a aquellos que no piensan como ellos, es que son capaces de todo: mentir, inventar, falsificar y difamar con tal de tumbar a sus enemigos políticos. Porque, queda claro, no son adversarios sino enemigos”, concluye Inna Afinogenova.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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