Durante la mañanera de ayer lunes diez, el Presidente López Obrador expresó que hace algunos años cuando se hablaba que México era un narcoestado, él no lo creía, pero ahora, con lo que conocemos, puede afirmar que nuestro país sí fue un narcoestado, porque quien ejercía el cargo de Secretario de Seguridad Pública, refiriéndose a Genaro García Luna, trabajaba para uno de los carteles más importantes de la época.
Poco más tarde, se refería a la posibilidad de llevar a la cárcel a expresidentes y reiteró su conocida posición de proceder como el pueblo se lo indique, aunque él mantiene su opinión de no hacerlo y en vez, mirar hacia adelante, pero remató diciendo Yo no odio, pero no olvido. En la situación que vivimos ahora, la frase sonó como látigo.
Conocida es la enemistad existente entre Andrés Manuel, el Presidente y Felipe Calderón, el expresidente y los motivos de la misma. Y también que con la detención de algunos personajes que enfrentan juicios tanto en nuestro país como en los Estados Unidos, se espera que continuarán las revelaciones extraordinarias que desnudan aún más a diversos personajes políticos, otrora encumbrados como el propio Calderón. Inclusive, es mucho lo que se ha especulado sobre el potencial canto de García Luna, quién por disminuir sus penas, pudiera colaborar con la justicia gringa y hundir a su antiguo jefe, protector y, por lo que se dice, algo más, pues según se ha afirmado, fueron compañeros de juegos. Y es que, claro, terminadas las glorias e iniciadas las desgracias, las cosas se ven y se sienten de manera diferente, las perspectivas son otras. Poco importa ahora que hace un puñado de años se hubieran declarado amor eterno entre ellos.
También se ha especulado sobre el daño que pudiera ocasionar a Calderón, lo que ya ha empezado a declarar Emilio Lozoya, el otro cantante de gran moda. Y es que, por supuesto, la cola de Calderón es, al parecer, tan larga como su borrachera. Convertido en un consumado twittero, el expresidente ha alternado períodos de silencio con otros de sobre actividad en esa red social, donde también ha exhibido poseer una bien nutrida granja de bots. Pero también ha realizado apariciones en televisión, radio y prensa tradicional, donde continúa gozando de la simpatía y protección de diversos personajes de los medios, que continúan arropándolo.
Y así, poco después de lo dicho por Andrés Manuel, Felipe de Jesús apareció en el noticiero radiofónico de Cir(c)o Gómez Leyva para referirse, sin referirse, a lo que Andrés Manuel sí se había referido. Dijo que el Presidente ataca a la prensa, como si hoy lo hubiera hecho por primera vez, y a él, para desviar la atención de los más de 52 mil muertos por causa de la pandemia y que actúa como lo hace, con miras a las elecciones del año próximo. Calderón siente ser ahora, virgen y mártir.
Como si las muertes esas a las que se refiere fueran responsabilidad de Andrés Manuel, cuando el propio Felipe de Jesús es de los que desmantelaron el sistema de salud, independientemente del préstamo por varios miles de millones de dólares conseguidos poco después de la pandemia de 2009 para construir hospitales, que nunca construyó. En realidad, si se quieren buscar culpables de las muertes por la COVID-19, hay que levantar la vista al pasado neoliberal del cual, Calderón es uno de sus más acabados personajes y actores. Es como los muertos de Andrés Manuel por la violencia y la inseguridad son más producto de la guerra de Calderón y de sus tratos con algunos narcos como los que ya sabemos, y que le pagaron.
Y es que para las elecciones de 2021, Calderón quiere a su México Libre en las boletas, y lo quiere bien votado. Y en este caso, malas noticias para Calderón, si obtiene el registro para su partido, no podrá lograr un buen resultado, y menos, si cuando llegue el día de la votación, le corresponde ser observador tras los barrotes, como no deja de ser probable que suceda. Es una cuestión de prestigio y el suyo, ya sabemos cómo se encuentra y por eso, no deja lugar a dudas ni a la imaginación ni a la especulación.
Afirmó Calderón en la entrevista radiofónica que Andrés Manuel busca involucrarlo en casos de corrupción, pero que le van a hacer los mandados, pues él no ha cometido ningún ilícito. Que está tratando de asustarlo con filtraciones ilegales, dijo, pero a él, los señalamientos en su contra no le preocupan, sólo le molestan. Ya veremos si más adelante, continúa sosteniendo lo mismo, pues las evidencias no van en la dirección que pudieran resultarle deseable, y eso, pudiera acabar con la valentía que ahora trata de demostrar para encubrir sus miedos.
Y como resulta lógico, el tapabocas como símbolo de la lucha de los neocones contra Andrés Manuel, tuvo que ser usado por Felipe de Jesús refiriéndose al Presidente, que a su dicho, carece de la decencia para usarlo por respeto a los mexicanos. A falta de argumentos, vayan pues, sus dichos. Como que siente que es el único poseedor de la verdad y que tiene calidad moral para decir lo que quiera y que eso, tenga efecto político. Mueve a la risa el expresidente.
No cabe duda, las enemistades, sobre todo cuando son profundas, ni aparecen ni desaparecen en un día. Y haiga sido como haiga sido, el juego favorece ahora a Andrés Manuel por muchas razones, y además actúa como banca, pues él tiene el mazo (de cartas). Así que a Felipe le tocó bailar con Margarita.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.