YOUTUBEAR NO ES PERIODISMO

Están cambiando muchos de los parámetros y las referencias de la comunicación. Y un fenómeno muy claro de este escenario son las redes sociodigitales, señala Julio Hernández López ‘Astillero’.

Particularmente en México estamos viendo el trabajo de los youtuberos que, en algunos casos, ocupan espacios creados expresa y abiertamente para defender a la 4T. Ellos suministran información, analizan, critican y exponen posiciones con la oportuna advertencia de que son solidarios con el gobierno de López Obrador.

Ese tipo de comunicación, le pregunta a su invitada Daniela Pastrana del viernes de cubilete, 4 de diciembre de 2020, en el espacio digital de Astillero Informa (https://www.youtube.com/watch?v=Fvs_bxTxAG4), ¿es periodismo o no lo es?

Para la editora del medio digital Pie de Página, autora de la columna Miralejos e integrante de la Red de Periodistas de a Pie, “no es periodismo y, además, no creo mucho en ese concepto tan generalizado del periodismo ciudadano. Hay que tenerle más respeto a esta profesión”.

“El periodismo no consiste en pasar por un incendio, grabarlo y mandarlo a tus contactos. Hay que investigar las causas, quedarse a ver las consecuencias y preguntar a dónde llevaron a los heridos. Es un trabajo de tiempo completo.

“Y es una profesión que requiere estudiar mucho y todo el tiempo. Tienes que aprender de política, economía y, ahora, de epidemiología e infectología. Y tienes que actualizar esos conocimientos. No es un trabajo sencillo ni fácil.

“Con muchos de los [youtubers] que van a las mañaneras me llevo bien, pero siempre les he dicho lo que pienso. Cuando estaban en esta dinámica terrible de ver quiénes llegaban primero, porque esos entraban a la conferencia, había quienes se formaban en la fila a la una de la mañana. Pero yo no puedo llegar a esa hora, porque a la una apenas estoy cerrando.

“Y a diferencia de ellos que pueden estar en la mañanera, grabar al presidente y luego irse a dormir a su casa, yo después tengo que reportear en hospitales y, más tarde, cerrar la edición”, explica Daniela Pastrana.

LLENARON UN HUECO

“Nuestro trabajo requiere más esfuerzo que el de ellos. Pero también creo que los youtubers son la respuesta al abandono tan grande en que dejó la prensa a la sociedad. En México y en muchos otros países se han abandonado actividades socialmente necesarias. Y en el caso del periodismo comprometido, los youtuberos han venido a ocupar ese hueco.

“Son ellos quienes tienen interlocución, una relación más cercana con la gente. Por eso los ven, los siguen y les creen, aunque no tengan este rigor que a veces nosotros nos exigimos en el periodismo más profesional, más de escuela.

“Les creen porque los youtuberos contestan en sus redes sociales, porque hacen las preguntas que a la gente le interesa. Tienen una relación cercana que la prensa de élite no tiene.

“Hemos estado muchos años pegados a los poderes y muy alejados de lo que está pensando la gente. Y los youtubers llegaron a ocupar el hueco de una prensa que dejó de ver a los ciudadanos.

“Como resultado tenemos un exceso de información igual de sesgada a la que presenta Carlos Loret, pero en el otro lado, y con tonos alarmistas que no concuerdan con el contenido. Ya cuando entras al video, descubres que no dicen nada de lo que gritaba el título. Los youtubers carecen de herramientas para discernir, tener rigor y precisión en el uso del lenguaje.

“Es lo que tenemos, pero hay que asumir la responsabilidad de un gremio que ha estado por años lejos de la gente. Y ahora nos la van cobrar: por cualquier cosa nos fiscalizan, hasta por una falta de ortografía; nos mandan mensaje para decirnos si algo hicimos mal.

“Mas tampoco podemos ser rehenes de ninguna agenda, ni la de políticos ni la de empresarios ni la de gente que sólo oye lo que quiere oír. Estamos para decir lo que investigamos y logramos ver, no nada más lo que la gente desea. En este diálogo estamos, a ver cómo nos va.

“En eso te ha ido bien, Julio Astillero. Deberías dar unos cursos de cómo llevarla bien con las redes sociales. Me sorprende cómo le haces para contestar tantos mensajes, yo soy muy lenta”, comenta Pastrana.

SESGO A AMBOS LADOS

Si a fin de cuentas lo que busca el periodismo es comunicar y los youtuberos comunican, a cientos de miles de personas en una emisión o a millones en el acumulado, cuestiona el anfritrión, ¿están siendo ellos sustitutos del poder de la prensa tradicional?

“Todavía no, esta prensa tradicional se construyó y se constituyó durante años”, expone Daniela Pastrana.

“Cuando estábamos preparando el mecanismo de protección de periodistas y defensores de los derechos humanos, habíamos tres periodistas involucrados y todos los demás eran activistas. Y yo les pedí paciencia porque nuestro periodismo independiente tiene una historia corta. Cuando los activistas estaban siendo asesinados en los setenta, los periodistas abrazábamos a los presidentes.

“Ese poder tan grande de la prensa se construyó durante tantos años que todavía es muy fuerte. La historia de la prensa en México ha ido en paralelo de la evolución política. Y así como hubo una transición fallida en 2000, cuando lo más que generamos fueron gobernadores virreyes que ya, sin la cabeza principal, hicieron y deshicieron, también los medios pasaron de estar bajo el control completo de un jefe máximo, el presidente de la república, a tener muchos jefes.

“En la competencia por la publicidad comercial, nacieron muchos feudos. Pero los medios son todavía poderosos, no han perdido totalmente el poder.

“Las redes son un contrapeso que tampoco ayuda, porque igualmente manejan información equivocada y a la gente la dejamos en la indefención. Entre uno que está equivocado y otro que también lo está, ¿a quién creerle?

“Cuando estaba a debate la reforma energética, teníamos a Felipe Calderón diciéndonos por un lado que en nueve años nos íbamos a quedar sin energía y volveríamos a andar en carros tirados por caballos si no se aprobaba la iniciativa. Y, por el otro, teníamos a López Obrador diciendo que había un complot mundial para llevarse nuestro petróleo.

“Pero nadie había que nos explicara la situación con palitos y bolitas, sin poner por delante la ideología ni los prejuicios. Ambos, Calderón y López Obrador, estaban equivocados: ni nos quedamos sin energía como ya vimos, y tampoco había una conspiración internacional.

“La realidad era un poco más compleja. Es el problema cuando tiene dos extremos y las dos equivocados.”

NO LE DA ENVIDIA

¿Qué sucede con la práctica periodística cuando el profesional vive en la angustia económica, con ingresos bajos, exceso de trabajo, precariedad de recursos y falta de prestaciones o seguridad laboral, mientras otros muchos periodistas se hinchan de dinero y lo presumen abiertamente?

¿No flaquea la vocación ante el deseo de tener lo que tienen esos otros periodistas?, increpa Julio Astillero.

“No –responde tajante Daniela Pastrana–. Estoy muy contenta como estoy y no quiero ser como muchos de esos periodistas que tienen dinero. Como nos dijo Alberto Salcedo Ramos en un curso en la Fundación Gabo, el periodismo te da otras cosas además de dinero.

“Lo que no se puede permitir uno es trabajar con gente a la que no respetas. En esos casos, lo mejor es irse a otra parte o intentar algo propio. Es lo que estamos tratando de hacer con Pie de Página y con todos los medios que estamos en la Red de Periodistas de Pie.

“El problema de la profesión no es sólo la precarización sino la frustración. Puedes publicar tu mejor trabajo y no pasa nada. Y está también la depresión que sufrimos quienes nos ha tocado cubrir esta violencia tan terrible. Después de estar tocando el dolor todo el tiempo, de pronto ya no le encuentras sentido a tu trabajo.

“La precarización es un costo profesional, pero es como cuando decides poner una tortería: van a ser cinco años de inversión antes de poder cosechar el fruto del trabajo.

“La precarización no es un problema particular de esta profesión. La vemos en el periodismo, pero también en los maestros del Colegio de Bachilleres o en los médicos. En un país tan desigual, la precarización laboral es enorme.

“Lo que realmente me genera angustia es que mi trabajo, al final, no tenga esa visibilidad o esa potencia que debería tener. Ernesto Ledesma, con Rompeviento TV, ha hecho un trabajo importantísimo para documentar casos de violencia en Tamaulipas o en Chiapas, pero uno lo ve batallando diariamente para sacar adelante el proyecto de su canal de internet.

“No está bien que tenga mucha audiencia alguien que cuenta mentiras, y no tenga esa misma proyección alguien que arriesga el pellejo. Eso les pasa a muchos de los medios que pertenecen a la Red, y es frustrante, no sólo por la precarización, sino porque vas siempre a contracorriente de quienes le meten mucho dinero al internet para engañar.”

VOLVER A EMPEZAR

Si Daniela Pastrana pudiera volver a entrar como reportera a un medio, ¿en cuál empresa pediría trabajo?

“En Pie de Página. No es broma. Yo les digo a mis compañeros que quiero que me asciendan a reportera, porque ser directora sólo implica más trabajo y no necesariamente mucho más que eso. Más responsabilidad y de cosas que no me gustan, como la parte administrativa.

“No me gusta ningún otro medio en México. Comencé en Reforma [fue del grupo de reporteros que fundaron el periódico] y estuve en La Jornada nueve años.

“Le tengo mucho cariño y tengo ahí a gente que aprecio. Aprendí mucho pero no me gusta lo que veo ahora. Como cuando veía tantas portadas de Peña Nieto hace dos años, hay cosas de La Jornada que ya no me gustan.

“Y no te digo de Reforma. Vi una nota que hablaba de una manifestación de los maestros de telebachillerato, y me pregunté desde cuándo ese periódico ya no critica los problemas de tránsito que provocan las marchas magisteriales.

“Justo por eso estamos haciendo Pie de Página, porque ni Alberto Nájar [el otro editor] ni yo sentimos que podríamos estar a gusto en algún otro de los medios mexicanos”.

MACHETAZO A CABALLO…

En el juego de cubilete, donde quien saca la mejor jugada pregunta a su interlocutor, toca el turno a Daniela de cuestionar a Hernández López acerca de cómo ve La Jornada, donde publica su columna Astillero y de cuya franquicia en San Luis Potosí ha sido director.

‘La veo con los ojos de alguien que pertenece a esa familia, sin que deje de tener una visión crítica, como es necesario tenerla en todos los casos’, apunta Julio Astillero.

‘Veo un periódico que acompañó, de una manera absolutamente necesaria, el proceso de transformación del país. Si no hubiera habido La Jornada en los momentos más difíciles de la vida política nacional, no se habrían tenido muchos de los avances y de la resistencia que ahí se planteó.

‘Lo que hoy tenemos con la llegada de López Obrador al poder, tiene sustento en la continuidad de una relación intencionalmente clara de La Jornada con las expresiones de izquierda y, particularmente, con Andrés Manuel.

‘Cuando el personaje al que impulsa un periódico llega al poder, puede ser difícil para el medio porque se complica la capacidad de criticar a un régimen que, en el fondo, tú quisieras que siga adelante y al que sigues impulsando.

‘La Jornada tiene una definición ideológica clara, es un diario de izquierda que quiere cambios. Y ha luchado por mantenerse dentro del esquema tradicional de política y periodismo.

‘Soy fundador de La Jornada y accionista, pero hace dos años y medio me separé del consejo de administración para dedicarme sólo a hacer mi columna. No me meto en nada de la vida interna del periódico.

‘Me gustaría que no hubiera tantas expresiones favorables a quien hoy tiene el poder. Tenemos que hacer un esfuerzo para que La Jornada sea un espacio crítico. Me esfuerzo en mi propia columna por generar y postular opiniones que vayan en un sentido distinto a lo que el poder político quiere en este momento’, concluye Julio Astillero.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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