Una vez más, se encendieron focos rojos en Zacualpan. Los sucesos ampliamente conocidos, que tuvieron lugar el viernes por la noche, ponen a esa Comunidad en pie de guerra. Emitieron un muy interesante documento que muestra la indignación y la postura de la misma ante los hechos violentos que sufrieron. Quieren (y seguramente, con razón) la cabeza del Director de Seguridad Pública de Comala.
Vale la pena hacernos algunos cuestionamientos. Esa indignación existe no sólo en Zacualpan sino en el resto del municipio de Comala (y del Estado). Pasa lo que decíamos que nunca pasaría y muy pocas veces manifestamos nuestro sentir; pero la diferencia es que Zacualpan está organizado y los miembros de esa Comunidad se han empoderado. Eso, hace una diferencia muy importante, fundamental, con el resto del Municipio (y del Estado).
El gobierno municipal y el estatal no se han dado cuenta de la evolución de la sociedad comalteca en particular ni de la colimense en general. Actúan como lo han hecho tradicionalmente porque no han entendido (o mejor, no han querido entender) lo que sucede y porque no han evolucionado. Ellos se han montado en sus propios carruajes: en el de la veleidad, la autoridad estatal; en el de la fiesta, el municipal y ambos, en el de la irresponsabilidad política. El Gobierno estatal ya intentó sin éxito, intervenir en la vida interna de la comunidad de Zacualpan, mientras que el municipal, ha nadado de muertito. Ninguno ha tenido la capacidad para dialogar y entender a la población y aliarse con ella y trabajar con sus integrantes, para que, entre ambos, hacer posible el logro de sus metas.
Ellos han sabido organizarse y vemos miembros de esa comunidad en diversos lugares del área conurbada Colima Villa de Álvarez comercializando sus ciruelas, bonetes, flores de calabaza, nopales, camotes del cerro y tortillas, entre otros productos de su tierra y de esfuerzo; pero, otra de sus fuentes de ingreso, El Ojo de Agua, no ha prodigado sus beneficios para coadyuvar en el bienestar de la Comunidad. Muchas de las pugnas internas para disputar su turismo, han sido provocadas por el apoyo faccioso del Gobierno estatal a un grupo; y por dar a beber su agua a Colima y a Villa de Álvarez, la Comunidad no recibe contraprestación alguna. Trabajan duro y se esfuerzan, pero viven mal. ¿Y cuáles son las perspectivas de sus jóvenes?
Seguramente ya no puede aplazarse el momento para que los gobiernos municipal y estatal (y por supuesto, también el federal) se acerquen a la Comunidad, la entiendan y la atiendan, que se solidaricen con ella. Y que hagan lo mismo con el resto del Estado. Que Zacualpan es un polvorín, ya lo sabíamos al parecer todos, todos excepto el Gobernador y el Presidente Municipal. Que el resto del Estado es un polvorín también, ya lo sabemos todos, todos excepto las autoridades. Que algo deben hacer las autoridades, también lo sabemos todos, todos menos quienes deben actuar. Pero, como dijera el Presidente López Obrador, carecen de emoción política. Simplemente, ¿Qué sucedería si para hacerse oír, decidieran cerrar la llave del agua que beben Colima y La Villa?
Si bien entonces, no resulta una sorpresa que ahora se organicen los de Zacualpan y exijan, supondríamos que su postura ante los hechos recientes, debiera provocar la reacción inmediata de las autoridades. Ya que si oportunamente no tomaron cartas en el asunto, al menos ahora, debieran hacerlo. Deben desactivar el polvorín antes de que estalle. Si permiten que explote, correrá la sangre y habrá muertos y heridos. Ahora van tras el Director de Seguridad de Comala, después irán tras otros. No es necesario ser zahorí ni usar una bola de cristal para adivinarlo.
Don Aldo debiera estar preocupado porque, de seguro, se encuentra en la mira. Ha dejado muchos pendientes: Como la falta de atención a los heridos del accidente del autobús del DIF en La Caja (allí sólo hubo promesas incumplidas), o como los damnificados por las fiestas de la cabecera municipal (más por las últimas que por las primeras). Con su actitud, sólo ha provocado rechazo al gobierno que encabeza y ha enseñado incapacidad para gobernar y para organizar un gobierno que entienda a los comaltecos y responda a sus necesidades reales. Y a pesar de los fracasos, al parecer, sólo piensa en organizar más fiestas. El futuro no parece promisorio para los comaltecos en general y en opinión de este juntador de letras, su propia cabeza pudiera rodar. Y los aguerridos de la Comunidad de Zacualpan pudieran provocar su resbalón definitivo, porque pudieran provocar que el surgimiento de otros aguerridos. Y todos sabemos de lo que somos capaces los comaltecos cuando nos unimos.
En medio de tantos errores, por comisión y por omisión, sólo falta que alguien documente la corrupción municipal. Sabemos que existe, pero no tenemos datos que corroboren su existencia. Ese pudiera constituirse en el obstáculo definitivo, insalvable para el Presidente. Bajo la hipótesis de que esto sucediera, pudiera haber pasado por la Presidencia Municipal e irse sin saber por qué; pues si lo supiera, ya habría hecho algo para detener lo que tanto daño le causa. Y lo dicho no resulta improbable. Muchos comaltecos estamos preocupados por lo que sucede en nuestro Municipio.
Negros días por venir para don Aldo y para los comaltecos; ahora sólo falta que alguien alce la mano, documente la corrupción y se los empeore.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.