Unas horas después de que Walter Oldenbourg pidiera licencia como regidor capitalino, se confirmó el rumor que se había venido manejando, cuando el gobernador Ignacio Peralta le entregó su nombramiento como Secretario de Fomento Económico, una dependencia que ha vegetado desde el arranque de la presente administración, y en la que Walter tendrá un reto mayúsculo.
La percepción social indica que el crecimiento económico es paupérrimo en nuestro estado, sino es que nulo, y la percepción dentro del círculo rojo (aquellos cercanos a la política) no es muy diferente. La SEFOME, renombrada en sorna como la “SEMEFO” (muy ad hoc con el reciente Día de Muertos), transmite poco, pues las inversiones en nuestra entidad son poco visibles. La minería y el Puerto siguen siendo los índices que levantan la estadística y que adornan los informes de gobierno; pero sin duda, a tres años del gobierno peraltista, Colima sigue siendo una entidad poco industrializada y con escaso crecimiento tangible. El mejor ejemplo: la cantidad de “empresarios” que buscan convertirse en asalariados, sumergiéndose en la política o en el quehacer público.
Uno de los retos que recibirá Walter, una vez que asuma el control total de su despacho, es el estancamiento inexplicable del Tecnoparque. Un proyecto con inversiones millonarias, que pudiera ser una vertiente a explotar dentro de las pocas opciones no logísticas que flotan en nuestra entidad. En los últimos tres años se ha desconectado, tal vez en solidaridad con la Secretaría que debió impulsarlo.
El Puerto funciona solo y forma parte “del otro Colima”. Hay una barrera económica desde la costa hacia el valle de Colima, y si a eso debe sumarse que la alcaldía de Manzanillo ya no es más un apéndice de Gobierno del Estado, no cabe duda que habrá dos agendas, la de la comuna porteña y la del gobierno estatal, ambas conviviendo desde su trinchera, con la API.
Sin duda, el reto es mayúsculo para Walter. La SEFOME ha involucionado en los últimos tres años, y habrá por verse si la cercanía del actual Secretario con el Ejecutivo estatal le devuelven la categoría a este despacho, porque al menos en lo mediático parece que sí tendrá dichas facilidades; aunque el lucimiento personal no deberá sobrepasar el trabajo, o los resultados.