La obra literaria de Jorge Volpi es espectacular y fascinante, opina John Ackerman, porque está haciendo gran narrativa, novela histórica en un momento en que las grandes narrativas ya están pasadas de moda. ¿Cómo mantiene el escritor ese espíritu histórico profundo, en este momento del colapso neoliberal?
Entrevistado por Ackerman y Berman en la emisión del martes 2 de julio de 2019 de John y Sabina por el Canal 11, el autor de En busca de Klingsor y Una novela criminal responde:
“Para mi generación, todavía el modelo era el de los grandes relatos del boom latinoamericano. Eso, en efecto, no es ya lo que está de moda. Esas grandes novelas que se pretendían relatos que sustituían al mundo, con sus propias leyes, con la pluralidad enorme de voces y de registros, han pasado, sí, un poco de moda frente a relatos mucho más intimistas, más centrados en problemáticas particulares. Pero lo que caracterizó todavía a mi generación es la admiración hacia los grandes maestros del boom”.
UNA NOVELA DE LA JUSTICIA
El más reciente libro de Volpi, Una novela criminal –juzga Berman–, es una gran nostalgia por la verdad y una rebelión contra esta época de la post-verdad. El novelista busca ahí encontrar la verdad. De hecho, todo el estilo es también como un regreso de la ficción a algo más documental.
“Esta novela y En busca de Klingsor son dos narraciones sobre la verdad y la búsqueda de la verdad, sobre la imposibilidad de encontrarla por razones distintas”, coincide Volpi.
“Una novela criminal es también, sobretodo, una denuncia del sistema de justicia mexicana. Trata sobre el caso de Florence Cassez e Israel Vallarta, sobre la manera como fueron juzgados en un proceso arreglado, entrampado, manipulado por las propias autoridades que debieron haber buscado la verdad y que, en realidad, la destruyeron.
“Para mí, es también la confirmación de lo que me parece lo más grave de lo que pasa en nuestro país: la ausencia de un sistema de justicia eficaz, confiable e independiente.
“Y eso es lo que más me preocupa de este momento: la gran misión de este gobierno, lo que ha prometido y que es tan importante y que creemos en ella, es terminar con la violencia y con la corrupción, pero ninguna de las dos cosas se pueden lograr si no se cambia drásticamente el sistema de justicia.
“Eso estaba en la campaña, estaba en muchas de las ideas de la ex ministra Olga Sánchez Cordero todavía en campaña, pero ya en el gobierno han desaparecido del relato. La Fiscalía General de la República autónoma y la Guardia Nacional, no son suficientes.
POLÍTICA DE ESTADO
Para John Ackerman, el nivel de descomposición al que se había llegado la PGR, produjo un desmantelamiento total del proceso de investigación. Llegaron al grado de descabezarla, hubo una reforma constitucional pero nunca nombraron al nuevo fiscal.
Ya por fin tenemos un fiscal que está enfrentando una situación terrible, pero al fin de cuentas es autónoma. Tenemos que exigirle, no a Andrés Manuel sino a Alejandro Gertz Manero porque la Fiscalía es la que va a resolver la impunidad, no la Guardia Nacional sino realmente los policías investigadores, sentencia Ackerman.
“Sin embargo, no hay propuesta general de reforma del sistema de justicia –deplora Volpi–. El sistema de justicia en México está hecho añicos, no hay justicia. La justicia sólo la tienen, precisamente, quienes tienen poder o quienes tienen dinero. Son los únicos”.
Es como si el Presidente hubiera decidido que no es una urgencia, coincide Berman.
“Sí, cuando es la mayor urgencia en este momento, porque es la única que puede ayudar a este doble combate que López Obrador tiene contra la violencia y la corrupción. De otra manera, la impunidad seguirá siendo absoluta.
¿Justicia para atrás?, pregunta Berman.
“Cada vez que se detecte, sí. En el régimen anterior la corrupción fue una política de Estado. Tenemos que convertir en justicia eso que se hizo durante los seis años anteriores”.
EL MERCADO Y LA POBREZA
El programa ‘John y Sabina – Desenmascarando los relatos del (Neo) Liberalismo (Jorge Volpi)’ (https://www.youtube.com/watch?v=TB7tc71xl9Y), estuvo todo dedicado a explicar la pretensión del gobierno lopezobradorista de declarar el fin del neoliberalismo.
En la nota informativa sobre el tema, se explicó cómo la actual administración habla mucho de acabar con el neoliberalismo en nuestro país, pero hace falta un marco teórico para entender el término.
En teoría, el neoliberalismo sería una versión actualizada del liberalismo del siglo XIX, que defendía la libertad de los individuos, las empresas y los ciudadanos en contra de las restricciones del Estado.
Sin embargo, para el teórico David Harvey el neoliberalismo sería una nueva filosofía de dominación y control de los pueblos por los oligarcas del mundo. Al apostar por el mercado por encima del Estado, se debilitan los controles democráticos sobre los poderes económicos y financieros.
Desde ese punto de vista, el ideal liberal de maximizar la libertad de las personas no se realizaría con el neoliberalismo porque, al mercantilizar todo (los servicios de salud, la educación, el agua, la energía y hasta la cultura), se incrementa la pobreza y la vulnerabilidad de millones de personas, limitando así su libertad de acción.
Entre 2008 y 2016 el crecimiento de los ingresos en nuestro país fue muy disparejo. El grueso de la población no se benefició, el ingreso real promedio en México disminuyó 5% mientras que la élite mexicana, el 0.01% más rico de la población, duplicó sus ingresos: lo que equivale a un aumento de 400 mil pesos mensuales.
Mario Delgado, diputado de Morena, declaró sobre el Plan Nacional de Desarrollo que pretende mejorar la situación de nuestro país:
“Este Plan lo que pretende es cerrar la larga noche del neoliberalismo en México, que ha traído más pobreza, ha traído mayor polarización del ingreso, ha traído una falta de crecimiento económico en los últimos 30 años, y ha traído una ola de violencia que nunca habíamos vivido”.
Para el 2016, en México el 43.6 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza, lo que es un claro indicador de los resultados del modelo económico que ha sido vigente desde los años 80 nuestro país.
De ahí la pertinencia de preguntarnos si existe alguna alternativa al modelo neoliberal en un mundo globalizado, ¿y en qué consiste exactamente el enfoque que propone el presidente López Obrador?, concluye la nota informativa.
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