Escribo esta entrega de periodismo a las redes sociales, cuando a pesar de que ya pasaron meses de que se le ordenó al Ejecutivo del Estado que proceda a cobrar más de 500 millones de desfalco al ex gobernador Mario Anguiano, no se le ha turnado ningún requerimiento, que se sepa. Pero cuando el silencio mediático no resonaba al respecto, la Auditoria Superior de la Federación, ASF, dio a conocer avances de la auditoria aplicada al gobierno estatal donde mal gobierna Ignacio Peralta Sanchez, nieto del periodista Manuel Sanchez Silva, fundador de Diario de Colima, y la noticia tuvo, esta sí, un eco de bombazo, porque se habla de más de 4 mil millones de pesos.
La corrupción lleva muchas décadas de estar anidada en las instituciones públicas colimenses, y al inicio del nuevo milenio -ya van 20 años de este- la tradición de la deshonestidad pública prevalece ;no se ha podido enjaular o castigar a los delincuentes, que se han refinado para ello, y no lo digo yo por escribirlo nomás: es el órgano fiscalizador nacional en tiempos de la gran Cuarta Transformación la que lo consigna y la que le sigue el hilo a la delincuencia organizada que gobernaba en el régimen de la corrupcion del Prian.
Miren ustedes, estimadas lectoras y lectores, hasta ahora, hablando de Colima, ningún delincuente público ha resarcido los daños al erario, o ha pagado con cárcel su irresponsabilidad pública en el manejo de las finanzas o el patrimonio público de los colimenses. ¿A que se debe esto?. Son varios posibles orígenes de la nulidad en la aplicación de la ley. Es que tontos no son, dirían ustedes, con gran sentido común, y se podría respaldar esta aseveración. Pero hay otras, y vamos por partes.
Los dos últimos gobernadores que tienen ya expedientes formales de corrupción, son Mario Anguiano Moreno, que resultó Premio Peña Colorada de la Universidad de Colima, patito; porque los conocimientos no lo moralizaron, no actuó con ética , ni ejerció la función pública para servir y cuidar del patrimonio de los colimenses. Y en esta lógica, aunque desacreditado ese galardón, debería de retirársele. Y hay mas: también fue el responsable de la Contaduría Mayor de Hacienda en aquella legislatura histórica, la LII, la del empate, de cuya responsabilidad abdicó por cobardía e incapacidad para enfrentar a los legisladores de corte duro en el debate, como Enrique Salazar Abaroa(+), y algunos rudos del grupo del PAN. Huyó a refugiarse, por cierto a la tesorería municipal del gobierno de Rogelio Rueda en Manzanillo.
O sea, Mario Anguiano no era un improvisado en el manejo de la fiscalía y el tesoro del gobierno. Po lo que se sospecha de que no se le aplique la ley, por vericuetos legaloides que quizás supo aprovechar.El otro, vamos, a quien se le encontró una falla de más de 4 mil millones de pesos, es el gobernador actual Ignacio Peralta Sanchez, cuyo expediente de presunta corrupción se ha engrosado en fojas y la suma incrementado de millones a miles de millones de pesos. Y para decirlo en términos exactos, es un probable daño al erario por el orden de los 4 mil 513 millones de pesos, de acuerdo a la “tercera entrega de la Cuenta Publica del 2018”.
¡Qué barbaridad! Y tampoco era un improvisado, pues según eso, tiene estudios europeos que contar, y que realizó acosta del erario público, becado por personajes influyentes a través de sus relaciones de familia. Y miren en lo que está concluyendo: en que su gobierno está terriblemente relacionado con la corrupción.
Por lo que también debe abrirse un debate sobre si la formación en el extranjero ha contribuido para impactar positivamente en la función pública, o para medrar de los recursos. O sea, los estudios en el extranjero, prepararon a delincuentes públicos, como Salinas, Lozoya; aunque en el caso de Moreno, no estudio en Leicester, pero si en la Universidad de Colima. Otro nido de corrupción del que me ocupo enseguida.
A algunos, chiquitas se le hicieron las finanzas públicas para proporcionarles el confort que su vejez reclama. Y por eso, algunos ex rectores defienden como echados en la carnicería, el hueso nominal, descifre esto el lector. El campus de la UdeC, es una galería de deshonestidades, de donde han salido millonarios individuos que trafican con ese fiat de la corrupción pública colimense. Uno ya se murió pero al partir, antes de ello, alcanzó a hacer señalamientos de corrupción a los que le siguieron en el cargo. Se apelliden Nakay, Salazar, Moreno, Aguayo. Que vegetan algunos en jugosos negocios y otros a la sombra de una jugosa y aquilatada pensión a costa de las becas de los estudiantes universitarios pobres.
Cosa curiosa, pero fíjense ustedes que nos leen en las redes, que estos dos núcleos de poder en Colima, que han caminado juntos en los últimos 80 años, es decir, el PRI-Gobierno y la Universidad de Colima, tienen ahora en el banquillo de los acusados, por presunta delincuencia y daños al erario, a dos de sus miembros, o sea dos gobernadores, y un rector actual al que se le siguen investigaciones por una estafa de cientos de millones, a la que han calificado de “estafa maestra”, no porque haya sido el robo del siglo -que lo es- sino, porque implicó universidades públicas, se podría añadir.
O sea, corrupción ha habido y hay en Colima, como para que la Cuarta Transformación, proyecto de grandes reformas sociales y de gobierno, pueda doblar a estos exponentes de la corrupción que hoy, aliados con medios, y mafiosos de otras entidades, atacan de día y de noche al gobierno liberador de AMLO. Estos exponentes de la corrupción, se dan el lujo incluso de señalar por todos los medios que el presidente bajó unas décimas en su grandiosa aceptación que le tiene el pueblo mexicano a su gobierno. Brincos dieran porque perdiera nuestro presidente su enorme proyección que no es otra cosa que la respuesta del pueblo a sus programas, acciones que hacen justicia a millones de mexicanos.
PUNTO Y RAYA
PARO DEL 9, MOVIMIENTOS PROGRESISTAS A LA CABEZA
Lo que desde la óptica y perversa estrategia de la derecha, los conservadores, se planeaba una acción de protesta contra el gobierno progresista de Andres Manuel López Obrador; se ha ido moldeando hacia una aceptación positiva de la manifestación de lucha de las mujeres. Voces progresistas, personalidades de la función publica, ven justa la expresión de lucha feminista, porque se ha quitado la bandera de ser un movimiento propanista derechoso contra el gobierno de la República.
Los argumentos de la razón, los análisis históricos sobre el feminismo, han contribuido a que los oportunistas, sean dejados de lado y que millones de mexicanas y mexicanos asuman una actitud libertaria y positiva de la dos máximas expresiones de lucha feminista, como son los días 8 y 9 de marzo, esta última, surgida por una situación que efectivamente es insoslayable y que exige que se ponga un alto al crimen contra las mujeres.
El debate sobe el paro del 9 de marzo, muy pronto fue un asunto recuperado por activistas que siempre han luchado a favor de las causas libertarias, y en particular de los derechos de la mujer a una vida libre de violencia, a decidir sobre su libertad. De hecho, porque la derecha nunca lo va a reconocer, y porque se define feminista de un día; hay que recordarles que el actual gobierno federal tiene un gabinete donde la mayor parte de los funcionarios ejecutivos, son mujeres.
Y no es casualidad, si creían esos derechosos que podían afectar al gobierno progresista de AMLO, se llevaron un chasco, porque en la mañanera de ayer, el presidente les recordó a los derechosos desmemoriados, que él siempre ha sido solidario de la lucha de las mujeres, y que de 14 miembros de su gabinete cuando fue Jefe del gobierno de la Ciudad de México , 8 eran mujeres. ¿Cómo la ven? Así que si creían que podrían hacerle mella esos derechosos, colgándose de la lucha feminista y sobre todo del acto del 9 de marzo; fracasaron una vez mas, porque a estas alturas, ya se les arrebato la bandera de la perversidad.¡Hasta la próxima!