HARFUCH O CLARA

Todo aquel que aspire a ser candidato de Morena a un cargo de elección popular debe aprobar un curso de formación política, y Omar García Harfuch –dice Rafael Barajas El Fisgón, director del INFP, la escuela de cuadros del partido– está tomando esos cursos.

“Un poco tarde”, acota Sabina Berman durante la conversación de Largo Aliento que sostuvo con el monero en la televisión pública. En la emisión del 13 de octubre de 2023, la dramaturga tuvo además como invitados al escritor Paco Ignacio Taibo II (quien es también director de la editorial Fondo de Cultura Económica) y al periodista Vicente Serrano.

En la charla dedicada a analizar el dilema ‘Harfuch o Clara: la 4T se abre o se cierra’, se habló de lo que implicaría postular al exsecretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX a jefe de Gobierno, habiendo otras propuestas más comprometidas con el ideario de la izquierda como son el exsubsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, o la alcaldesa de Iztapalapa con licencia, Clara Brugada.

Tarde empezó la conversión ideológica de García Harfuch, consideran también las 25 mil personas que firmaron la petición en Change.org para que no sea “el candidato de las izquierdas al gobierno de la CDMX” un policía de carrera, heredero de una tradición de orden público que empezó con su abuelo, el general Marcelino García Barragán, y continuó con su padre, Javier García Paniagua.

El primero fue secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Díaz Ordaz y, el segundo, entre muchos cargos gubernamentales y partidistas ostentó la titularidad de la Dirección Federal de Seguridad, la policía política en el sexenio de López Portillo. Un hermano ya fallecido de Omar, Javier García Morales, fue por su parte consultor de temas de seguridad para empresas privadas e instituciones públicas, entre ellas el gobierno de Colima.

CHILANGOS ZURDOS

Según la petición iniciada por ‘chilangoszurdos CDMX’ y dirigida a la cúpula de Morena, una eventual nominación de García Harfuch “resulta innecesaria, inconveniente y dañina para los proyectos progresistas”. Sería, “sobre todo, una candidatura agraviante en un país de víctimas no resarcidas”. Y dan cuatro razones:

1.- Harfuch “se ha limitado a repetir que no participó en el caso Ayotzinapa”, pero no ha explicado por qué no reveló “lo que sabía sobre los policías federales a su mando y sus complicidades con el crimen organizado”; por qué no denunció “la falsificación de la investigación en proceso, cuya planeación él atestiguó”; por qué no investigó “a Tomás Zerón y a sus cómplices, cuando lo relevó al frente de la AIC” [Agencia de Investigación Criminal]; y por qué no aportó “toda la información en su poder al GIEI [Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes], la fiscalía especial y la CoVAJ” [Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia].

Su silencio lo vuelve impresentable, subrayan. Harfuch pudo haber intervenido a favor de las víctimas, pero le faltó empatía, aseguran las personas que se identifican con “los proyectos progresistas y de izquierda, incluyendo a movimientos estudiantiles, sociales, de trabajadores, ambientalistas y culturales” firmantes del manifiesto.

2- Aunque no es responsable por lo que hicieron su padre y su abuelo, Omar García no se ha deslindado ni mucho menos condenado “los crímenes de sus familiares”, reiteran.

3- Tampoco se ha deslindado contundentemente “del entonces director de Seguridad Regional, Luis Cárdenas Palomino, brazo derecho de Genaro García Luna”. El hoy reo del delito de tortura le dio su apoyo a Harfuch para que ascendiera con rapidez al interior de la Policía Federal, no obstante que, en 2009 y 2011, “reprobó en tres ocasiones los exámenes de control de confianza al fallar en el polígrafo”.

4- Si bien se reconoce su eficiencia como jefe de la policía de la Ciudad de México, “aunque la reducción de la inseguridad es multifactorial”, García Harfuch no tiene un discurso sobre la realidad diversa que la capital del país requiere. Además, “ha sido incapaz de presentar un mínimo diagnóstico que demuestre su compromiso social y una convicción ética desde la izquierda a toda prueba”.

Para los suscribientes, la contienda por “el principal bastión político de las izquierdas en nuestro país no puede reducirse a un cálculo electoral, ni puede prevalecer la concesión pragmática de lo inmediato”. Por lo demás, no faltan cuadros destacados “con fortaleza e ideas para recuperar el apoyo de sectores sociales distanciados, ganar las elecciones con márgenes satisfactorios y capacidades para diseñar y seguir implementando las políticas que requiere una visión compleja para nuestra metrópolis”.

EL NUEVO JUANITO

Para El Fisgón, con cualquiera de los cuatro prospectos que serán medidos en la encuesta Morena gana. Sin embargo, las bases disparan fuego amigo contra Harfuch buscando minar el posicionamiento que logró en sondeos previos.

Por su buena apariencia, por ser hijo de la actriz de telenovelas María Sorté, por haber sobrevivido al atentado que sufrió días después de asumir la Secretaría de Seguridad Ciudadana y, la verdad, por los golpes que les dio a los grupos delincuenciales dedicados al contrabando, la piratería, el cobro de piso, el secuestro, el robo de automóviles, la trata de mujeres y el narcomenudeo en Ciudad de México, Harfuch ha recibido en los últimos cuatro años una publicidad que a cualquier otro político le habría costado millones de pesos.

Para convertirlo en jefe de Gobierno y, presumiblemente, en 2030 impulsarlo a la presidencia de la república, los medios corporativos han tratado a Omar García con delicadeza: nunca mencionan como negativos sus antecedentes familiares ni aluden al espinoso tema de la noche de Iguala. Por el contrario, la petición en Change.org y las opiniones de casi todos los periodistas progresistas y medios de izquierda apuntan a bajar a Harfuch en la encuesta por venir, y a subir a Brugada.

Por su carácter local, por haber gobernado una alcaldía que ha sido estigmatizada como una zona miserable y peligrosa donde todas las políticas públicas están destinadas a fracasar, Brugada no recibió en los dos años que gobernó Iztapalapa la misma atención mediática que tuvo Harfuch.

Clara Marina ya había sido entre 2009 y 2012 jefa delegacional, designada por la Asamblea Legislativa tras la renuncia de (Rafael Acosta) Juanito. Sesubsanó así la trastada que hizo el Tribunal Electoral de la Federación al anular su candidatura y hacer competir a su suplente con el nombre de Brugada en la boleta. Antes y después, fue diputada federal (dos veces), diputada constituyente y diputada local.

Tras el episodio que dio origen a la práctica de las juanitas (nominar a una mujer para cumplir la cuota de género y, luego, hacerla renunciar para que pudiera llegar a la titularidad el suplente varón que había sido marginado por la acción afirmativa), Clara no volvió a tener encima la mirada pública.

LA FAVORITA DE PALACIO

La CDMX, como entidad federativa, tiene 16 demarcaciones territoriales y de todos los alcaldes de este trienio la más renombrada –por infame– es la de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas. Pero sin duda la gestión más exitosa y encuadrada en el ideario de “primero los pobres” es la de Brugada.

Para Berman, Clara responde a lo que está pidiendo la izquierda: un gobierno de avanzada, del siglo XXI, feminista, popular y obrerista. Brugada “bajó de la ideología a los hechos”. Y con un proyecto cultural, añade Barajas. El modelo de ‘las Utopías’ es “francamente conmovedor”. Los teleféricos son impresionantes y se abatió de raíz la inseguridad en Iztapalapa.

Según la Alcaldía, “las Utopías son espacios donde las personas pueden soñar, estar, disfrutar y convivir”; espacios recreativos al alcance de todos, donde se promueve “el cuidado del medio ambiente” y se ofrecen “desde talleres de creatividad, arte, diseño digital y teatro, hasta clases de natación, box o judo; pasando por círculos de lectura, ciclos de cine-debate, torneos deportivos o recorridos temáticos de cultura ambiental, identidad y memoria histórica, ciudadanía y derecho a la ciudad”.

Unas pocas semanas para dar a conocer la exitosa gestión de Brugada son insuficientes para cambiar la tendencia en las encuestas. Y la clase gobernante busca remontar esa desventaja con mensajes políticos muy claros: José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente, se tomó la foto en Iztapalapa; Daniela Cordero, la esposa del jefe de Gobierno interino, Martí Batres, apoya a Clara, y eso habría provocado un reclamo del propio Harfuch según la prensa anti-obradorista.

El plan para bajar a Omar García sin que éste pueda reclamar juego sucio como lo hizo Ebrard, y sin que parezca que AMLO recuperó el bastón de mando y le quiere imponer a Sheinbaum la compañera de fórmula en la capital, es apelar a la disposición electoral que considera la equidad no exclusivamente como “un asunto aritmético (igual número de precandidatos), sino también de piso parejo”, explica Jorge Zepeda Patterson.

Los varones no pueden encabezar más de cuatro o cinco de las nueve candidaturas a un gobierno local, aunque en Morena esto contradice el criterio de nombrar abanderado a quien gane la encuesta. Por eso, “al terminar los procesos internos, en caso de existir un conflicto entre los dos criterios, prevalecerá el de la paridad de género”. Si llegaran a ganar hombres en siete entidades, “al menos dos de ellos (quizá tres) tendrían que dejar su lugar a la rival interna que hubiese conseguido el mejor segundo lugar”, escribió el columnista en su colaboración para Sin Embargo del 8 de octubre de 2023.

No se trata, pues, de que Clara logre alcanzar y rebasar por la izquierda a Omar, sino que se acerque lo suficiente en la encuesta para que el reconocimiento a su segundo lugar, más que un despojo, resulte un acto de justicia.

FALTA UN IZQUIERDÓMETRO

El dilema que encarna Harfuch es paradigmático de la situación que vive Morena en los estados donde se elegirá gobernador, y de la que se vivirá en el proceso para nominar candidatos a los cargos de elección que se disputarán el próximo año.

Berman recordó que, en 2018, la 4T le abrió la puerta a “toda una fauna de sapos, tepocatas y alimañas”, en una estrategia para “conquistar el territorio aunque se perdiera un poco la pureza”.

El objetivo se logró: Morena gobierna 22 estados de los 32 de la República. Sin embargo, muchos piensan que es hora de cerrar la entrada a derechistas y oportunistas, pues lo contrario entraña el peligro de ganar la hegemonía pero perder el proyecto de izquierda.

Para Taibo, el problema es el mecanismo de censura. Si quienes han estado en la izquierda desde la prehistoria lo hubieran aplicado “desde el rigorismo”, no habrían aceptado ni a López Obrador “que venía del PRI”.

Se debe “valorar la trayectoria de la gente, no tanto de dónde viene”: si el personaje ha estado involucrado en la represión del movimiento social, eso lo descalifica totalmente; lo mismo que si ha estado vinculado a fenómenos de corrupción o de abusos de poder. Sin embargo, en un partido con tanta tensión electoral como es Morena, “los accesos al poder se vuelven rutinas”, comenta el novelista e historiador.

Barajas señala que la historia de México “está llena de estos procesos” de asimilación. Algunos de los próceres de la Reforma, empezaron como conservadores y se volvieron liberales. Lo importante es el proyecto alternativo de nación, y la revolución de las conciencias pasa por convencer a la gente de que la Cuarta Transformación es el camino.

A la 4T entró mucha gente que “venía de otras agrupaciones políticas y que ha hecho muy buen papel”, como Manuel Bartlett quien participó en el fraude del 88 pero ha hecho una gran defensa de la soberanía eléctrica. Cuando estableces una política de alianzas, siempre hay riesgo de traiciones. Fue el caso de Lilly Téllez y Germán Martínez, pero no se pueden nombrar tantos más, apuesta el caricaturista.

Con una audiencia de izquierda en su canal de televisión por internet Sin Censura, Serrano percibe que su público “está ávido de debate pero cansado de los ataques”. El debate sobre quiénes deben ser los candidatos “se debe dar de manera frontal” y sin tantos “ataques infundados sobre las personas que están participando en estos procesos internos”.

No hay un izquierdómetro, ¿quién puede certificar qué tan de izquierda es alguien más?, opina el periodista. Pero si el debate se da con base en ataques, al final se va a complicar la operación cicatriz. Por su trayectoria, es posible reconocer a los potenciales candidatos que han aplicado políticas de izquierda y a los que han realizado acciones propias de la derecha. No obstante, hay algunos que podrían no ser vistos tan de izquierda pero que están dispuestos a trabajar en el proyecto de Claudia Sheinbaum, de aportar y cerrar filas, resume Serrano.

PERTENECER NO TIENE PRIVILEGIOS

Con la base de Morena pidiendo un examen oral de lo que significa la palabra ‘izquierda’, al menos cinco años de militancia y una prueba de honestidad, es decir, que sus bienes sean proporcionales a los puestos y trabajos que han tenido, señala Berman, Claudia Sheinbaum se tomó la foto con el clavadista Rommel Pacheco.

Pero incluso Serrano, quien llamó “traidor a la patria” al entonces diputado panista por votar en contra de la iniciativa de reforma eléctrica que presentó López Obrador, entiende que “el momento político, el momento histórico, ha cambiado. Si realmente quieren llegar al Plan C, hay que abrirse”.

Luego de admitir que, paradójicamente, “estamos trabajando en un debate interno de la militancia dirigido a los que van a votar en la encuesta” a población abierta, Taibo responde por los periodistas a los que les preguntan qué van a decir de Pacheco ahora que ya está en la 4T: “Que cargue Rommel con su pasado, no Vicente”.

Y cuando Berman insiste en el escozor que causa el hecho que Rommel, por dar el brinco a la 4T, tenga privilegios sobre gente que ha militado seriamente, Barajas sentencia: militar “no te da privilegios”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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