En su carrera electoral, Andrés Manuel López Obrador tuvo más derrotas que victorias. Contendió para gobernador de Tabasco en 1988 y 1994, y en las dos acusó fraude. Pero ganó la jefatura de Gobierno del Distrito Federal en 2000, sin que nadie denunciara robo en las urnas.
En 2006 y 2012 se presentó como candidato a la Presidencia. En la primera ocasión “acusó que fue despojado del triunfo por un nuevo fraude en su contra. Perdió apenas por el 0.56 por ciento”. Y la duda persigue hasta la fecha esos comicios.
De hecho, “es difícil encontrar a alguien que defienda el que no hubo fraude”, escribe José Antonio Fernández en “Campaña, AMLO. A una cámara sin cortes”, un análisis detrás de cámaras publicado en la revista Pantalla Profesional. Telemundo/Cine, agosto-septiembre, 2018.
Recientemente, Diego Fernández de Cevallos confesó que en 2006 sí hubo un complot contra AMLO, de quien “no pocos se habían burlado por creerlo fantasioso”.
En la elección de 2012, el candidato de izquierda quedó a seis puntos del ganador, pero “la sombra del fraude de nuevo manchó la elección”, con evidencias de que se habían comprado votos con tarjetas.
En 2018, AMLO alcanzó la Presidencia con mucho más de la mitad de la votación, demostrando ser un político capaz de reconstruirse después de tantas derrotas.
“A López Obrador lo han tildado de loco, de obsesionado por el poder”. En las dos coyunturas anteriores, no pocos presentadores de noticias azuzaron a la población en su contra coreando consignas: “Es un autócrata, no es demócrata, hará mal uso del poder”.
Esas campañas, dice el también director de la revista que tiene varias ediciones digitales en el portal RevistaPantalla.com, “fueron ideadas como guerra sucia muy maquiavélica”.
Lo afectaron en cuatro ocasiones pero nada le hicieron en 2018. “El efecto bumerang terminó por ser un gran aliado de AMLO, cada vez que lanzaban un ataque eran millones los que no creían en el mensaje ni en el mensajero”.
La gran pregunta desde la comunicación política es: ¿Cómo le hizo AMLO para ganarse la confianza de la gente y hacer que un partido (en plena crisis de credibilidad de los partidos) obtuviera más de 30 millones de votos, para hacer ganar a López Obrador y a incontables candidatos de Morena?
Por eso AMLO es caso de estudio en universidades de todo el mundo. Se convirtió en un personaje muy interesante para la ciencia política, la mercadotecnia electoral y la comunicación.
¿Qué hizo en su campaña para tener tanto jalón entre el pueblo? Porque indudablemente “no compró votos. Ganó en buena lid”.
Fernández Fernández se arriesga a dar algunas respuestas al por qué tuvo AMLO ese punch electoral (es el político mexicano más popular desde Lázaro Cárdenas) y esa trascendencia internacional sin haber participado jamás en organismos como la ONU, la Unesco o la OEA.
Las claves de la campaña
He aquí algunas características clave de su campaña:
– Es un ideólogo que llevó sus pensamientos, sus análisis del país, a todas las plazas públicas de grandes y medianas ciudades, pueblos y rancherías.
– No habla sólo de sí o sólo de los demás, sino de lo que le interesa simultáneamente a la audiencia que lo escucha. Tiene un nivel de comunicación absoluto que normalmente no consiguen los políticos, tan afectos a ser chocantes publicistas de sí mismos.
– Produjo videos sencillos de una sola toma, sin cortes, buscando que fueran veraces. Lo mismo hizo en sus “curiosas y larguísimas conferencias de prensa. Su mensaje: no hay maquillaje”.
– La campaña “Ya sabes quién”, fue un acierto total que consiguió “una alegría absolutamente empática”.
– La creatividad política de AMLO es mucho mayor que la de sus adversarios, quienes fomentaron la imaginación comunicacional del Peje al hablar obsesivamente de él desde 2000.
– Los videos mostraron el apoyo popular que nunca se vio en televisión, y eso le dio un gran punto a su favor.
– “López Obrador ha sido el reportero número uno de la política nacional. Le explicó al pueblo de México su versión del quién es quién, qué hace quién, quién gana con qué y cuánto ganan, quién manda a quién y quién es el que manda a todos sus adversarios. Lo curioso del caso es que los señalados no lo desmienten. Además, todo lo que dice de uno y de otro es comentado por columnistas políticos y también por reporteros de todos los medios”.
– “AMLO no siguió las recomendaciones de hacer videos cortos, chistosos o producidos con mucha parafernalia. Sus videos son de una toma sin cortes y pueden ser larguísimos. Todos son explicativos en serio. Cine verdad”.
– “Clave fue el trabajo de la cuenta ‘Abre más los ojos’, dirigido por Tatiana Clouthier. Tampoco hizo caso a las reglas de especialistas, ella y su equipo produjeron largas explicaciones gráficas muy bien diseñadas de los temas polémicos. Apagaron cualquier cantidad de fuegos”.
José Antonio Fernández le da el crédito de su propia campaña a López Obrador, a quien señala como “director general y personaje”. Al colimense César Yáñez como director de Comunicación. Y a Carlos Salce como creador de la campaña (“Yo voy a votar por”) “Ya sabes quién”.
La lealtad de Belinda
En otra sección de la revista (“Hombres y Mujeres”), Fernández sugiere que Carlos Salce, como creativo, “tendría que ser aprovechado en el equipo de Alejandro Frausto, la propuesta por AMLO como secretaria de Cultura de su administración”.
Y también habla de Belinda, quien acaba de librar la amenaza de ser expulsada del territorio nacional por haber, como extranjera (es española de nacimiento), intervenido en política interior.
La cantante, dice el editor, “fue una espectacular flor de un día en la campaña de Andrés Manuel López Obrador, lo apoyó abiertamente en todo”.
Es importante “decir que ya AMLO había conectado con la nueva generación”. Sin embargo, Belinda “entró al terreno de juego a la manera de los equipos especiales en el fut americano: llamó a los reflectores y mostró todo el entusiasmo al dar su apoyo en una sola jugada. Esa actitud franca y natural sin duda fue un granito de arena que sumó votos a López Obrador”.
En las redes sociales trataron de descalificar a la cantante diciendo que Belinda buscaba una reducción en sus impuestos. El tiempo disipará o confirmará las sospechas.
“Artistas y famosos que explican sus razones cuando hacen público su voto, necesitan pasar siempre por la máxima prueba de fuego: el tiempo explica la lealtad”, concluye José Antonio Fernández.
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