AQUELLA PORTADA DEL HOLA

La portada del escándalo, con la boda de César Yáñez y Dulce Silva reseñada por la revista ¡Hola!, “no es el triunfo del amor sino de la incongruencia en aquellos que forman parte de un gobierno que pregona la austeridad y la justa medianía juarista”, dijeron los moneros Hernández y Helguera en el tercer programa de la segunda temporada de El Chamuco TV (https://tv.unam.mx/portfolio-item/el-chamuco-tv-temporada-2-programa-2-2/).

El derroche de la fiesta en Puebla “es una contradicción”. Y luego los conductores de este programa que realizan en TV UNAM quienes hacen la revista El Chamuco y los hijos del Averno –en una emisión en la que faltó Rappé–, se enfrascaron en una réplica de la polémica que se entabló en los medios a raíz de que empezó a circular ese número de la revista el 11 de octubre de 2018:

El tema no es si la fiesta la hicieron con su propio dinero (es decir, con el dinero de la esposa de Yáñez Centeno), sino que “desde el momento en que eres figura pública tu vida privada ya no lo es tanto, y menos si la publicitas de esta manera. En política, la forma es fondo”. No por nada, en una de las fotos, López Obrador tiene cara de ya quererse ir, coincidieron los moneros.

Buscando mediar la discusión, decidieron llamar a un especialista en medios, Jenaro Villamil, reconocido analista de la comunicación social aunque –bromea Hernández– lo acusen de “pejezombi” y “chairo”.

FUE UNA CONTRADICCIÓN

Para Villamil, dicho con sorna, la portada es un buen inicio de “la Cuarta Transformación… de César Yáñez. Es el cumplimiento de un deseo largamente anhelado” de aparecer en la prensa de corazón, “no sé si de él, de ella o de los dos”.

El gran tema es que quien manejaba la imagen del entonces presidente electo, le pegó un golpe tremendo a la imagen del presidente electo. Pero, ante todo, fue un golpe a la imagen de César:

“El personaje que ha acompañado a López Obrador ininterrumpidamente los últimos 12 años, y fue responsable de transmitir el mensaje de un político austero que no se fija en cuestiones frívolas y que no sólo no las promueve sino que ganó la Presidencia precisamente por el hartazgo de mucha gente ante ese tipo de conductas, protagonizó una historia de banalidad, estulticia y simulación”.

Según Villamil, lo que una revista como ¡Hola! presenta (“y qué astutos, siempre están en el ojo del huracán”) es una simulación, porque no es una gran historia de amor la de Yáñez y Silva. Tampoco es un logro social aparecer en la portada para mostrar al mundo su cariño y afecto.

“Desde la cobertura de la historia de Peña Nieto y La Gaviota”, quedó en claro que todo lo que se ha promocionado en la revista ¡Hola! es simulación.

Paradójicamente, la revista salió a la venta en la misma semana en que se confirmó que el ahora ex presidente y la actriz “iban a terminar el contrato, es decir, a acabar con el matrimonio. No habrá segunda temporada”.

De este modo, señaló Villamil, “terminó un contrato que comenzó cuando Angélica Rivera fue elegida para presentar los promocionales del estado de México”.

QUEDÓ COMO WANNABE

Experto en Peña Nieto, Jenaro Villamil ha escrito cuatro libros sobre el mexiquense y su relación con Televisa: Si yo fuera presidente: el reality show de Peña Nieto (2009), El sexenio de Televisa (2011), Peña Nieto, el gran montaje (2012) y La caída del telepresidente (2015), todos en Grijalbo.

En esos libros, comentan los moneros, aprendimos que de lo que se gastaba Peña Nieto como gobernador en una obra de infraestructura, invertía cinco veces más en promocionarla:

“Todo era una construcción mediática, incluyendo las portadas de este tipo de revista. Estaba tasado, perfectamente bien planeado el advertising: la venta de publicidad disfrazada de entretenimiento”.

Sin embargo, en el caso de la boda fifí de Cesar Yáñez, “fue un advertising fallido porque ni César ni su esposa estaban buscando un cargo público. Más bien, estaban abollando la marca de la Cuarta Transformación, al reproducir un modelo que yo estuve documentando una y otra vez que es un engaño: simular con dinero público”.

El paquete de fotos que ellos le compraron a la revista ¡Hola! no fue como el de las campañas mediáticas de Peña que Villamil documentó, aunque Aguilar Camín le reclamara “¡tu papelito!” al echarle en cara que a eso se redujeran las pruebas del gasto en imagen presidencial.

“Al final, demostramos que teníamos razón. Y ese tipo de cosas provocaron en alguna medida la caída del PRI y la insurgencia de este movimiento que le dio un triunfo tan contundente y legítimo a López Obrador”.

Aparecer en la portada de la revista no fue casualidad, subraya Villamil. Lo que nos lleva a preguntar: ¿El mensaje que quiso mandar Yánez fue que ya somos parte de la élite del poder, de la clase privilegiada del dinero y el poder?

Para el entrevistado, el verdadero mensaje es que “sales en esa revista porque precisamente no eres de la élite, aunque quieres serlo”.

Y tampoco es una toma de la revista a favor de las clases menos pudientes, acotan los moneros:

“Es un absurdo. Es ser wannabe. Es no entender que ¡Hola! es la revista de los monárquicos y aristócratas españoles que durante muchos años sostuvieron esta posición en contra de la República, y que fue el instrumento ideológico del franquismo”, remata Jenaro Villamil.

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