CAMPO CUATRO: “LA MORENA MÁS MORENA”

Al concluir la reunión con algunas de las aspirantes a la candidatura a gobernadora de Colima, el lunes 21 de diciembre de 2020 en la sede del comité ejecutivo, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, dio a conocer que Indira Vizcaíno Silva ganó la encuesta.

Por el avance que hay en el proceso local, la legislación electoral permite llamar a la abanderada de Morena “precandidata” a la gubernatura, y no de manera provisional, como ocurrió en otros estados, coordinadora estatal de la Defensa de la 4T. Indira ya es, como dijeron sus simpatizantes en las redes sociales, “la morena más morena”.

Vizcaíno Silva dijo estar “muy agradecida” con los colimenses que le han manifestado “su cariño y su confianza”, sobre todo con los que están depositando en ella “la esperanza y la fe que les queda” para llegar a ver “un mejor estado”.

Contenta, honrada y comprometida, con alegría, pero a la vez con gran responsabilidad, Indira señaló que con este anuncio se “está dando un paso más en ese nuevo capítulo de la historia de Colima”.

Ponderó el método de las encuestas como “el más acertado, pues permite escuchar, atender a lo más valioso que tenemos que es nuestra gente”. Y recalcó que esta medición no la ganó “una persona”, sino todos los colimenses que soñamos con el cambio verdadero.

En un estado diverso hay que poner “en el centro nuestros valores, nuestros principios”. Colima tiene en su diversidad “la respuesta a los grandes problemas que está enfrentando nuestro pequeño estado”, declaró Indira.
 
ES LA HORA DEL CAMBIO

Por su parte, Mario Delgado envió un mensaje claro a quienes han cuestionado el proceso: “En Morena no se lucha por cargos, se lucha por la transformación del país”.

Explicó que en Morena “es la gente quien decide”. Y, por lo tanto, llamó a “respetar nuestros estatutos y cuidar a Morena. No podemos denostarnos entre nosotros, eso sólo le sirve a la derecha. Puede haber inconformidades, pero no podemos traicionar a nuestro proyecto”.

De Indira Vizcaíno dijo que, en los últimos dos años, realizó un “trabajo extraordinario llevando los programas del Bienestar en el estado de Colima. Eso es lo que la gente le está reconociendo, se ve claramente en la medición que se realizó el día de hoy”.

Delgado Carrillo expuso que, en Colima su tierra natal, “nos duele mucho el espiral de violencia en el que ha caído. Era un estado pacífico, que se ha visto envuelto en una ola de criminalidad”, en los que los malos gobiernos no han permitido el desarrollo “al haber gobernado el mismo partido por 90 años”.

Y remató: “es la hora del cambio en Colima, queremos que llegue la transformación, para que se ponga por delante a los que más necesitan”.
 
GUERRA SUCIA

Consciente que las campañas de desprestigio se intensificarán durante la precampaña y campaña, durante la rueda de prensa que dio la mañana de el martes 22 de diciembre Indira reiteró su convocatoria a la militancia y los simpatizantes de Morena, para mantener la unidad.

De paso, Vizcaíno invitó a la civilidad política y a una campaña con altura de miras, que eleve el nivel de debate ante los ojos del electorado colimense.

Una petición imposible para sus adversarios, quienes, desde el momento en que fue nombrada delegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el estado, no han escatimado calumnias para tratar de bajar los niveles de aceptación de la morenista, no obstante que luego de cada andanada Indira salió fortalecida.

El resultado de la encuesta para definir la candidatura de Morena en Colima es una muestra clara de lo endebles que eran los argumentos, y lo infructuosos que resultaron los ataques contra Indira Vizcaíno y el gobierno de López Obrador.
 
A CERRAR FILAS

De las otras participantes en el proceso interno de Morena (la senadora Gricelda Valencia; la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez, la diputada federal Claudia Yáñez y la diputada local Blanca Livier Rodríguez) la edil porteña no estuvo presente, pero de inmediato felicitó a Indira Vizcaíno.

Martínez Martínez demostró, así, no sólo civilidad política sino institucionalidad a un partido que está siendo objeto de una campaña de desprestigio en la que, cuadros del propio movimiento y algunos externos, como el senador Joel Padilla, sirven a los fines de la reacción.

“Los colimenses han elegido. Convoco a la unidad de militantes y simpatizantes de Morena y a los ciudadanos colimenses a trabajar en unidad a fin de conseguir un Colima donde quepamos todos. Felicidades a la compañera Indira Vizcaíno quien encabezará los esfuerzos por la Cuarta Transformación en el estado de Colima”, escribió la alcaldesa en sus redes sociales.

Está claro ahora que Griselda Martínez entró al proceso interno no sólo para engordar la caballada, sino para legitimar un proceso en riesgo de credibilidad porque una aspirante, Indira, casi monopolizaba las intenciones del voto.
 
AL SERVICIO INDISCRETO

En cambio, Claudia Yáñez no sólo apostó por la fractura de Morena, sino que terminó evidenciando que, durante todo este proceso, estuvo sirviendo a los intereses de un régimen prianista, como el que, anticipándose a la coalición Sí por México, representa mejor que ninguno el gobierno de Ignacio Peralta.

Minutos antes del anuncio de quien había ganado la encuesta, la diputada federal por el primer distrito abandonó la reunión con la directiva nacional para leer ante los medios un mensaje en el que fijó postura en contra de la decisión tomada por su partido.

Pero en la víspera fue innegable la coordinación de la prensa oficialista y los troles del gobierno estatal que actúan en las redes sociales, con las acciones de Claudia Yáñez y los autodenominados Fundadores de Morena.

Voceros oficiosos del grupo que se niega a entregar el poder, intentaron durante meses magnificar la posición de la diputada Yáñez como aspirante a la gubernatura, tratando de crear una narrativa en la que Morena estaba dividida entre los seguidores de Claudia y los simpatizantes de Indira.

Sin embargo, ese escenario nunca se dio. Tampoco la hipótesis de que Yáñez representaba al auténtico morenismo, mientras Vizcaíno era uno de esos cuadros supuestamente arribistas que llegaron a apoderarse del partido.

Lo que hizo perder a Claudia en las encuestas, es que los colimenses la vieron siempre como un instrumento del grupo gobernante para evitar que Morena tuviera una candidata competitiva. Yáñez perdió la carrera por la nominación, en su empeño por aparecer como la rival más débil.
 
PERDIÓ SU OPORTUNIDAD

Entre amenazas de que impugnará la encuesta, Yáñez Cabrera criticó la estructura paralela de los siervos de la nación y sus comandantes, los superdelegados, que dice ella tenían que haber prestado sus servicios desinteresadamente.

No hubiera dicho lo mismo de haber sido ella la delegada. No lo fue porque, cuando le confiaron la dirección política del partido a través de su personero Sergio Jiménez Bojado, desperdició la oportunidad.

A ella le debe Morena las candidaturas que llevaron al Congreso y a los ayuntamientos a varios de los diputados y regidores electos como cuatroteístas que, escandalosamente, hoy están alineados con el gobernador Peralta.

Claudia no supo elegir a los ciudadanos que habrían de convertirse en los cuadros de la 4T. Decidió las postulaciones en función de la incondicionalidad que le mostraron o con base en algún otro criterio inconfesable.

Luego le confiaron la articulación de una estructura de promoción del voto, y perdió el tiempo intentando disimular su falta de experiencia. Cuando el candidato presidencial vino a verificar los avances, trataron de engañarlo con listas incompletas o incluso falsas.

En su mensaje, la diputada federal habla de un proyecto en el cual ella participó a titulo personal, pero debió decir que lo hizo como familia. Aunque se habló de su hermana Bertha como posible candidata de Morena a la gubernatura en 2015, la verdad es que Claudia Valeria no fue una figura del lopezobradorismo en Colima hasta que regresó, después de muchos años de ausencia, para asumir el control del partido en el estado.
 
LAS PUERTAS ABIERTAS

El mismo papel de esquirol lo quiere seguir desempeñando ahora Joel Padilla, con la salvedad de que el senador del PT ni siquiera es militante de Morena sino de un partido aliado a nivel nacional pero no en el plano local.

La actuación de Padilla confirma que hubo una conspiración del grupo gobernante, no sólo con la expresión local del Partido del Trabajo sino con otros liderazgos nominalmente identificados con la 4T, para intervenir en el proceso de Morena.

Tenían un solo objetivo: pulverizar la causa lopezobradorista en Colima y restarles a sus candidatos competitividad electoral.
Fracasado el intento, Joel ofrece hoy abrir las puertas de la coalición ‘Juntos por un Colima Mejor’ (PT-PVEM) a “la gente de Morena” que rechaza la imposición de candidata.

Si no fuera patética, sería divertida su excusa de que el PT y el Verde van por la “alternancia verdadera” luego que Morena abandonara el proyecto “por intereses de grupo”.

Esta claro que los intereses de ese grupo al que obedece Joel, están en otro lado, en el opuesto a la 4T.

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