Lamentable como siempre la actitud del ejecutivo estatal, como lamentable su decisión de emitir la Declaratoria de Emergencia para nuestra entidad. Se trata de un documento elaborado, aparentemente con los pies, pero que más bien pareciera haber sido hecho con alguna parte más cercana a la mitad del cuerpo. La decisión pareciera haberse emitido con ligereza y eso nos da lugar para escudriñar desde otros puntos de vista y apoyados en todo lo que este gobierno nos ha enseñado a lo largo de su ejercicio.
Entonces, ¿tiene el Ejecutivo estatal una preocupación legítima por la salud de los colimenses? ¿Se trata de ganar puntos políticos por anticiparse? ¿Por primera vez en su vida, desea saber qué se siente ejercer el poder? ¿Es un vil negocio? ¿Es una demostración de que el Estado carece de Secretario de Salud y/o de gobernador? Quizás debemos pensar que lo hecho es producto de un gobierno ineficaz y que su decisión es producto de varias o todas las interrogantes anteriores, o de éstas y algunas más.
Cuando se emitió la Declaratoria había poco más de noventa contagiados en el País, es decir uno por casi medio millón de mexicanos y en Colima se había detectado un caso que todavía no era oficial y, se trata de un caso importado que se usó como resorte para lograr el objetivo del ejecutivo. Y en el País, no se había registrado todavía la primera víctima fatal.
Ya Adalberto Carvajal nos enumeró las contradicciones de la Declaratoria, apenas se había emitido, en su columna Estación Sufragio, que se publicó aquí mismo. Avalo sus conclusiones y por eso, no voy a repetirlas. Mejor preguntémonos si el brillante economista que preside el Ejecutivo, habrá calculado el efecto de sus medidas en los negocios de los colimenses y en la economía, sobre todo del colimense común. Debe haberlo hecho, porque es economista y en ese caso, es un irresponsable. El desarrollo de la pandemia significa un largo ciclo y la anticipación de las medidas, causará mayores estragos sobre todo, en quienes menos tienen.
Todo en la vida tiene un tiempo para hacerse. ¿Usted tomaría ahora una aspirina por si dentro de tres meses le duele la cabeza? ¿O llevaría un tratamiento de antibióticos pensando evitar la infección que puede llegar el próximo año? Todos sabemos que no son vacunas y esos medicamentos han de ingerirse cuando son necesarios y entonces, hacerlo sin titubeos. Tampoco se vale tomarlos ahora porque tuvimos algún padecimiento el año pasado. Las decisiones deben tomarse cuando deben tomarse, no antes ni después, porque se trata de decisiones basadas en cuestiones científicas que este señor y su gabinete no entienden y así, improvisan con otras intenciones.
La clave de la motivación pudiera estar contenida en el artículo 3 fracción VII del Decreto, que autoriza la adquisición de equipo médico y otros insumos evitando la licitación correspondiente, es decir, el ingreso al paraíso soñado de la opacidad que tanto gusta a los políticos neoliberales y que justifican como compras de emergencia, para protegernos. Esa pudiera ser la urgencia y trasfondo de la irresponsable Declaratoria.
También, aunque no aparece y no podría aparecer en la Declaratoria, tuvo que mencionarse que una cadena de tiendas de conveniencia garantiza el abasto. Todos sabemos a cuál cadena se refieren y lo dicen en vez de recomendar el apoyo a los pequeños negocios cuando éstos son los que pueden quebrar, ninguna cadena lo hará. Debemos proteger los negocios populares porque son fuente de sustento de muchas personas que no tienen otra forma de vida. La solidaridad entre los mexicanos y entre los colimenses en general, debe imponerse. De eso no puede haber dudas.
Llama la atención que se reconozca la intervención de Carlos González Palomino porque fue el convocante del Comité y el ejecutivo estatal no es de reconocer méritos a nadie fuera de su equipo y su pequeño círculo. Carlos no lo parte de esos grupos, pues se trata de un funcionario federal y es, probadamente cuatroteísta. Quizás lo hayan hecho para tratar de demostrar que no se trata de una cuestión política.
Este hecho me recuerda lo sucedido cuando por primera vez en este sexenio actuó la policía local para perseguir un supuesto secuestro y se trató de un operativo federal del que no se avisó al ejecutivo colimense, porque aquel gobierno federal desconfiaba del estatal. Es decir, tenemos un gobierno que nunca actúa y cuando por excepción lo hace, lo hace mal. Lupita Nodoyuna, decía un antiguo anuncio que aquí cabe muy bien.
No por mucho madrugar amanece más temprano, dice el clásico, pero la Declaratoria está emitida y publicada. Ojalá el análisis de este juntador de letras, falle.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana desde su confinamiento que ya han hecho obligatorio.