Radio Centro y su canal de televisión abierta, La Octava,fallaron en su apuesta de reunir un elenco de conductores que hicieran un periodismo si no más identificado con la 4T, por lo menos más ecuánime.
La familia Aguirre esperaba quizá que el presidente López Obrador buscaría a medios con los cuales hacer frente a la embestida de la derecha electrónica, pero la expectativa no se cumplió.
Si bien materializó su promesa de acabar con el chayote, el Presidente también redujo la publicidad oficial a la mitad y no necesariamente reorientó el gasto: Televisa se sigue llevando un alto porcentaje del presupuesto para comunicación social, y a la lista de consentidos con la publicidad oficial únicamente se sumó La Jornada.
Al asumir la dirección general de Radio Centro, Juan Aguirre Abdó–miembro de la tercera generación de esta familia de empresarios– hizo un cálculo que resultó acertado respecto a la audiencia potencial que representan los simpatizantes de López Obrador.
Con esa estrategia, a finales de 2018 Radio Centro hizo una asociación comercial con Aristegui Noticias.De esta manera Carmen regresó a la radio, después de pasar más de tres años refugiada en internet.
Radio Centro tenía noticieros matutinos en varias de sus estaciones y Juan Aguirre decidió concentrarlos en una sola señal. Como se privilegió a Aristegui, oficialmente Carlos Loret de Mola y Sergio Sarmiento no estuvieron de acuerdo con el cambio de horario y renunciaron.
EN BUSCA DE UN NUEVO MODELO
En enero de 2019, Aguirre contrató a Julio Hernández López ‘Astillero’ como conductor y director editorial. Su primer paso fue reforzar la propuesta periodística con figuras venidas de las redes sociales,como Vicente Serrano –quien antes hizo carrera en la televisión y la radio en español en Estados Unidos–, o del periodismo escrito, como Ricardo Raphael –que se forjó como conductor en Canal 11 pero llegó a ser subdirector editorial de El Universal–, Álvaro Delgado –reportero de Proceso– y Alejandro Páez Varela –director de Sin Embargo.
En noviembre de 2019, la familia Aguirre lanzó La Octava como señal de televisión abierta, que también se mantuvo como frecuencia radiofónica. Pero para diciembre se produjo la primera crisis con la renuncia al aire de Serrano, quien se quejó de censura.
Al regreso de sus vacaciones de diciembre, Julio Astillero anunció que había decidido quedarse pero a inicios de febrero de 2020 renunció a la dirección editorial. Para finales de marzo se despidió de La Octava, por desavenencias con la nueva gerente del canal.
Durante el tiempo en que se mantuvo esta propuesta periodística, La Octava se convirtió en un referente pero, como reconocería en su momento Julio Astillero, los niveles de audiencia (negados en un principio por la empresa que medía el rating de su competencia, Radio Fórmula) no ayudaron a atraer la publicidad comercial.
En el contexto de una migración constante de la inversión publicitaria de los medios tradicionales a la redes sociales, los grandes anunciantes privados mostraron en este sexenio que no les interesa tanto que el gasto en publicidad sea redituable, como usar ese recurso para financiar a los medios y conductores que reflejen la postura deese sector del empresariado enfrentado con el Presidente.
KARMA POR GUTIÉRREZ VIVÓ
Grupo Radio Centro (GRC) está en crisis financiera,no sólo porque no han podido encontrar un nuevo modelo de negocio distinto al de los ingresos por anuncios publicitarios y convenios oficiales, sino porque no han podido superar los problemas económicos que ha venido arrastrando desde hace muchos años.
Andrés A. Solís, en su columna Entre Periodistas recogida en Verificado (https://verificado.com.mx/radio-centro-se-cae-a-pedazos/), es brutal en su descripción: ‘Radio Centro se cae a pedazos’.
La situación actual contrasta con la de hace tres años, cuando el 3 de abril de 2017 Francisco Aguirre, principal accionista de Grupo Radio Centro, “parecía ser feliz porque había conseguido que el décimo segundo tribunal colegiado en materia civil del primer circuito”resolvió que “la desaparecida empresa Infored, propiedad del periodista José Gutiérrez Vivó, debía pagar 757 millones de pesos a uno de los grupos radiofónicos más grandes del país”.
Tras un largo proceso judicial (duró casi dos décadas), “el 29 de febrero de 2004 un juez había ordenado a Radio Centro pagar 21 millones de dólares por incumplimiento de contrato, esto luego de que la empresa de la familia Aguirre adquiriera a finales de los años noventa las estaciones de Radio Red (1110 de AM y 88.1 de FM), que transmitían desde 1978 el noticiario Monitor, creado, producido y conducido por el periodista José Gutiérrez Vivó”.
En su tiempo, Gutiérrez Vivó denunció la complicidad de la familia Aguirre con Vicente Fox Quesadapara desaparecerlo del espectro radioeléctrico, “por su línea crítica al primer gobierno panista de México”.
José “transformó la forma de hacer noticiarios para la radio”. Pero su gran pecado fue “la preferencia que en su momento le dio al primero candidato y luego jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quien una vez a la semana estaba en la cabina de Monitor hablando de sus logros como gobernante de la capital del país, donde además criticaba abiertamente al gobierno foxista”. En ese programa, el Peje anunció que iría por la Presidencia en 2006.
Aunque parece haberle ganado la batalla legal a Gutiérrez Vivó, la situación financiera de Radio Centro tiene ala cadena al borde de la quiebra. Desde 2019 ha venido cerrando estaciones de radio o, en el mejor de los casos, las renta.
“Radio Red AM dejó de transmitir a principios de 2019 con el argumento de mejoras en su transmisión. Sin previo aviso decidieron cancelar Formato 21, la primera estación en transmitir 24 horas noticias, con mini noticiarios de 21 minutos”, expone Solís, autor de Manual de autoprotección para periodistas y Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia.
CONGRACIARSE CON AMLO
“Quizá en aras de recuperar su imagen ante el presidente, al que tanto criticaron durante décadas–sigue diciendo Solís–, la empresa decidió despedir a los periodistas más críticos de Andrés Manuel López Obrador, como Sergio Sarmiento, Guadalupe Juárez y tantos y tantas más que hicieron carrera e historia en este grupo radiofónico al que con bombos y platillos se unió Carmen Aristegui para conducir el noticiario matutino y estelar, aunque con el formato de broker; es decir, la periodista compra el tiempo aire a Radio Centro y no es empleada de la empresa.
“En aras de agraciarse con el nuevo régimen es que llegaron a sus filas periodistas de gran renombre como Ignacio Rodríguez Reyna y Julio Hernández López ‘Astillero’, con quienes Francisco Aguirre arrancó también su proyecto en televisión abiertaLa Octava.
“Ni un mes estuvo ‘Nacho’ Rodríguez como director de investigación de Radio Centro, porque no le dieron los recursos ni las facilidades prometidas para hacer el periodismo de investigación que este experto investigador sabe realizar”.
Aquí parece que Solís confunde a Nacho Rodríguez con Vicente Serrano. Aunque también el bloguero tabasqueño conocido como El Chapucero era invitado frecuente de Julio Astillero, junto a Rubén Luengas y otros periodistas que se reinventaron profesionalmente en YouTube.
Mientras no apareció La Octava, Astillero organizó en Radio Centro tertulias de periodistas, como la llamada mesa de las mosqueteras con la columnista Marcela Gómez Zalce y las reporteras de televisión Elisa Alanís y Carolina Rocha.
Volviendo a lo que dice Solís, “Julio ‘Astillero’ no duró ni medio año conduciendo el noticiario vespertino ni tres meses como director editorial de Grupo Radio Centro, ante las evidentes diferencias ideológicas y precisamente de manejo editorial de la información que se transmitía”.
“En pocas palabras, Radio Centro se desmoronó por dentro como un referente del periodismo radiofónico en México y esa falta de confianza no le ha servido para mantener sus ingresos por publicidad en un mercado de por sí deprimido.
“A esto debe sumarse el cierre, la renta e incluso la venta de sus estaciones musicales que dejaron de ser también referentes en el gusto de la audiencia, pese a tener perfiles para cada sector socio económico. Radio Centro parece que tiene los días contados como un gran conglomerado radiofónico”, sentencia Andrés A. Solís.
NO ES POR LA PANDEMIA
En su espacio en Radio Fórmula, Abriendo la Conversación, del 14 de mayo de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=EfN9RcqduzM), Joaquín López Dóriga hizo la glosa del comunicado de prensa que Radio Centro había emitido horas antes:
Dentro de la crisis, Grupo Radio Centro (GRC) propuso un nuevo plan para reestructurar su deuda y extender el plazo de sus vencimientos hasta el año 2029 luego de que incumpliera, el 12 de mayo, un pago de 330 millones de pesos a tenedores de certificados bursátiles.
Según GRC, dicha propuesta se pondría a consideración de los tenedores de certificados para ser votada en la asamblea que se celebraría el 11 de mayo, pero se pospuso para el 14 de mayo.
El total de los certificados bursátiles que Radio Centro debe es de mil 650 millones de pesos, de los cuales la empresa amortizaría el 50 por ciento del saldo de los seguros en 36 meses, con un calendario de pagos de 20 por ciento en mayo de 2020; 330 millones de pesos, 20 por ciento, en mayo de 2021; y un 10 por ciento en mayo de 2022, 165 millones de pesos.Pero “ya incumplió el primer pago”.
La medida implementada se da por la crisis sanitaria, explicó Radio Centro, pero López Dóriga insiste en que “ya trae la crisis de mucho antes”.
Para GRC, la pandemia se ha traducido en caídas drásticas de los ingresos de la compañía. La crisis sanitaria y la económica provocada por el Covid-19hanafectado de hecho a diversas empresas del mundo.
Tras el aplazamiento y la ausencia de subastas de bonos corporativos en el mercado de deuda privada, las últimas cinco semanas al menos dos emisoras encontraron una ventana de oportunidad.El hecho es que el incumplimiento de la amortización parcial anticipada obligatoria de las emisiones de Radio Centro 16, 17 y 17-2, ensombrece su futuro, reconoce GRC.
No sólo eso, acota López Dóriga, Radio Centro vendió la estación de FM 97.7 al grupo MVS “y no avisó ni a los accionistas ni a la bolsa”. Ya no es la misma empresa “donde invirtieron los bonistas”. Además, “apagó cuatro estaciones de AM” y “perdió la que rentaba al Grupo 7”.
López Dóriga se extraña que la situación en Radio Centro no haya provocada que “la autoridad intervenga, porque tiene apagadas cuatro estaciones de AM, violando la ley”.
La crisis de Radio Centro, sentencia López Dóriga, “no es por la pandemia. Esto lo vienen arrastrando desde hace años, pero ahora, ya sabe, la pandemia es la culpable de todo”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.