Si nada extraordinario sucede, la elección presidencial en 2024 se jugará entre dos mujeres:
La propuesta del Frente Amplio por México (FAM) será Xóchitl Gálvez, a menos que la tlaxcalteca Beatriz Paredes logre con las estructuras del PRI burlar el cerco que le ha tendido ese consorcio empresarial e intelectual que, por cuestión de marketing político, se decidió por la hidalguense.
Xóchitl y Beatriz son finalistas tras una serie de eliminatorias que dejaron en el camino a los perredistas Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, por no reunir más de 150 mil firmas en al menos 17 estados; al priista Enrique de la Madrid, por quedar último en la encuesta que siguió al registro de apoyos; y al panista Santiago Creel, quien declinó presumiblemente para no robarle votos a Gálvez.
En el oficialismo, Claudia Sheinbaum ha venido encabezando todas las encuestas. Y no parece que la tendencia pueda revertirse en la consulta definitiva ni en cualquiera de los sondeos espejo con los que culminará la contienda interna para acordar la candidatura presidencial de Morena y sus aliados.
De hecho, que el FAM haya descartado a los hombres que buscaban la candidatura hace todavía más difícil para Marcelo Ebrard romper la tendencia favorable a la ex jefa de Gobierno, pues Morena sólo cuenta con una dama para enfrentar a cualquiera de las dos mujeres que finalizan el proceso interno del frente opositor.
La única manera de que Claudia no sea postulada es que prosperen las denuncias que Marcelo Ebrard hizo ante el INE, y que este órgano electoral anule la candidatura de Sheinbaum para vengarse del gobierno de López Obrador. Por supuesto, sería una muerte cruzada: el excanciller quedaría moral y políticamente impedido de ser candidato por Morena.
OPCIÓN MASCULINA
La elección presidencial en 2024 podría incluir a un hombre en la ecuación si, como tercero en discordia, Movimiento Ciudadano presenta como candidato a un varón: ya sea el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, no obstante que éste ya advirtió que la presidencia (al menos el próximo año) “no es mi meta”; al gobernador de Nuevo León, Samuel García; o, como tanto se ha especulado, al mismo Marcelo Ebrard.
Sabina Berman le preguntó a Dante Delgado en una conversación de Largo Aliento sobre las posibilidades de sumarse a la competencia entre mujeres con un perfil como el de Patricia Mercado, pero el dueño de MC respondió lo que la misma senadora le dijo: ya vivió la experiencia de ser candidata presidencial y prefiere continuar su carrera política en cualquiera de las cámaras del Congreso de la Unión.
Tiene lógica, Mercado sabe que en la elección presidencial no hay premio de consolación. Pero, además, el astuto Dante Delgado puede estar pensando que ayuda más a construir una tercera vía el ofrecer una opción masculina a aquellos votantes no muy convencidos de que una mujer es capaz de gobernar el país.
POR MARKETING
En el gran montaje de la contienda interna del FAM, Creel Miranda usó trece minutos para explicar por qué se retiró de la competencia. Pero su discurso se puede resumir en una frase: “lo hago con plena convicción de que es mi deber”.
“El hombre Constitución” ya no aludió, como al inicio de la carrera, a la “campaña” adelantada de la hidalguense. Tampoco mostró su inconformidad con el hecho de que diversos sectores ajenos a los partidos que conforman el Frente consideren a Xóchitl la elegida para abanderar a la oposición. Ni mucho menos hizo eco de las palabras de López Obrador, quien denunció que el proceso para elegir a la persona que represente al FAM es una mera simulación pues la decisión de nominar a Gálvez se tomó a inicios de julio.
¿Por qué declinó Santiago? Sin duda porque la cúpula empresarial que impone a Xóchitl como precandidata vio con preocupación que, mientras el PAN iba a jugar con dos fichas, el PRI llegaría a la última etapa con una sola competidora. Le ordenaron bajarse a Creel luego que la nomenclatura del PRI expulsó a De la Madrid de la carrera.
Si nos atenemos a la narrativa del hallazgo milagroso de la virgen de las gelatinas y ante el supuesto fenómeno de popularidad que resultó Xóchitl, Paredes tiene pocas posibilidades de enarbolar la causa del FAM. Pero una cosa es el relato de los medios corporativos y, otra, lo que se desprende del análisis de los datos.
HERENCIA MAPACHE
Diversas encuestas demuestran que Beatriz es tan competitiva como Xóchitl, sin haber tenido la publicidad ni el grado de exposición en noticieros que tuvo la panista en su lanzamiento. Y, lo más importante, el PRI tiene estructuras más nutridas y mejor organizadas para movilizar a la militancia en una elección interna.
No vamos a entrar en consideraciones respecto a cuál de las dos precandidatas tiene mayor solidez intelectual o es más congruente ideológicamente. Lo que se oye, no se pregunta.
Tampoco la interrogante de cuál de las dos es más auténtica tiene sentido: ambas vienen de una clase social mucho más baja al nicho económico que ocupan ahora, y aunque siguen vistiendo ropa que recuerda a la que usaron en su niñez y su juventud, esos huipiles –como los barrios céntricos en algunas ciudades– han seguido un proceso de gentrificación.
En una elección primaria, Acción Nacional no podría contrarrestar la experticia del PRI para movilizar votantes y, de ser necesario, alterar el contenido de las urnas. Pero para acordar en una mesa de negociación la postulación de Xóchitl, el blanquiazul cuenta con un argumento incontrovertible: el PAN gobierna en cinco estados, el PRI apenas en dos.
Es decir, es mayor el número de mexicanos que tienen como autoridad estatal a un panista, en relación a los que tienen a un gobernante local emanado del PRI. Con todo, la ecuación es tramposa porque varias de esas gubernaturas se ganaron en coalición.
Con base en esa superioridad en el número de gobernados, en la cúpula de los partidos se acordó desde hace meses que la candidatura presidencial la aportaría el PAN. En ese sentido, la persistencia de Paredes sólo se explica por la necesidad de legitimar un proceso que se anunció democrático cuando, en realidad, es una imposición del poder económico sobre las estructuras políticas que conforman el frente opositor.
NARANJA DULCE…
Una ventaja que cree tener Xóchitl es el poder de jalar a Movimiento Ciudadano al FAM. En julio, uno de los liderazgos de MC, el coordinador del partido naranja en el Senado, Clemente Castañeda, ya había asegurado que Gálvez, a diferencia de Santiago Creel o Enrique de la Madrid, sí era una opción atractiva para sumarse al bloque opositor.
Casi enseguida, el Frente Cívico Nacional –uno de los muchos membretes de la derecha– invitó a Dante a unirse al PRI, PAN y PRD para enfrentar al “populismo autoritario”, pero la respuesta del máximo dirigente emecista fue tajante al señalar que no es viable una alianza con el Revolucionario Institucional: “con el PRI ni a la esquina”.
En el marco de su visita a Guadalajara hace unos días, la senadora Gálvez declaró que, para arrebatarle el poder a Morena y Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2024, está dispuesta a invitar hasta a Marcelo Ebrard y a todos los ciudadanos que se sientan desencantados con la 4T.
Lo de Ebrard fue una más de sus ocurrencias, pero el amarre que Xóchitl buscó hacer en Jalisco es con la vertiente del partido naranja que controla el gobernador Enrique Alfaro. “Yo sí me veo con MC”, dijo Gálvez. Mas, para que la frase no pierda vigencia, la senadora de lista nacional tendría que cambiar la redacción a: ‘Yo sí me veo con Alfaro’, porque el gobernador de Jalisco anunció esa misma semana su inminente salida de la formación naranja por las diferencias que tiene con Delgado Rannauro.
En su más reciente columna para Sin Embargo, Jorge Zepeda Patterson advierte que MC es clave para la elección presidencial:
Si presenta su propio candidato, MC dividirá el voto de la oposición, lo cual sería especialmente útil al régimen si la intención del voto para Morena llega a bajar del 50 por ciento.
Y si se une al FAM, podría inclinar la balanza y contribuir a un empate técnico en el potencial de votos que [sumado a la acción de los órganos electorales para encubrir delitos en la materia, agregaría yo] se traduciría en un triunfo de la oposición.
“Entre el descrédito de los viejos partidos (integrantes del Frente) y el desgaste natural del ejercicio de poder por parte de Morena”, mantenerse como una fuerza política singular “es, a la larga, una meta política mucho más rentable que la venta coyuntural de sus apoyos”, opina el columnista.
Presentar una candidatura propia sirve a los propios intereses de MC. En cambio, “la narrativa que intenta construir definiéndose como una tercera vía resultaría lastimada al fusionarse a los partidos tradicionales en apoyo de la candidata del Frente”, resume Zepeda Patterson.
¿LA NUEVA POLÍTICA?
La entrevista con Berman es reveladora de la estrategia de Dante Delgado. Si en esta coyuntura se suma al frente opositor, aun en el hipotético caso de que los cuatro partidos lograran derrotar a Morena, Movimiento Ciudadano sería –y con el partido, su presidente nacional– “cola de león”.
Dejar pasar esta oportunidad para seguir siendo “cabeza de ratón” le permitirá no sólo disputar el mercado de los inconformes con López Obrador, sino apostar a convertirse en una oposición más fresca a la ideológicamente desdibujada formación tricolor, blanquiazul y negro-amarilla.
La verdad es que tampoco MC tiene una doctrina reconocible. Los partidos que surgieron en Europa cuando las fuerzas políticas tradicionales se pulverizaron –un fenómeno que atestiguó Dante como embajador de México en Italia en el último año del gobierno de Salinas, y que le sirvió de inspiración para lanzar un nuevo partido a su regreso– se reparten a lo largo del espectro ideológico.
Van desde el fascismo de Fuerza Italia fundado por Silvio Berlusconni y del partido Servidor del Pueblo que encumbró en Ucrania a Volodímir Zelenski, a la izquierda progresista de Podemos que en España fundaron Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias. Lo único que tienen en común esos partidos es que en su momento retaron a lo que Dante llama “la vieja política”.
El propio Movimiento Ciudadano nació como Convergencia, dice Delgado, buscando acercarse al PPS para reivindicar el enfoque popular de Vicente Lombardo Toledano –mas no el mote de socialista. Pero hoy MC es una versión moderada del PAN.
Cuando en una columna anterior señalamos que Dante Delgado pretende construir con Morena el bipartidismo del siglo XXI, varios lectores nos comentaron que esto nunca ocurrirá. Pero, según su dirigente, el naranja no se resigna a ser un partido satélite sino que pretende convertirse en la oposición que, en 2030 (él afirma que desde el próximo año, pero es mera retórica), aprovechando el desgaste de Morena reestablezca la lógica del péndulo sexenal.
CASA DE LOS ODIOSOS
Todavía no está claro qué papel jugará MC en 2024. Como un partido hegemónico en Jalisco y gobernante en Nuevo León, el emecismo creía estar llamado a ser la fuerza creciente que se dividirá con el FAM el voto opositor. Para ello, se fue nutriendo de expanistas y expriistas, y todavía espera captar a los simpatizantes de Morena molestos porque Marcelo no será el candidato.
Eso lo entiende bien la cúpula del Frente y de ahí su insistencia en absorber a MC. No han conseguido convencer a la dirigencia nacional, pero sí al gobierno de Alfaro. Con lo cual conjuran en parte la amenaza de que el voto opositor se pulverice, y anulan el discurso triunfalista de Dante.
Ya con un MC dividido, para el joven Luis Donaldo Colosio es menos tentador todavía postularse a la presidencia. Incluso con un partido unido no tenía la menor oportunidad, pero aun en condiciones adversas competir ahora le daría al alcalde regiomontano la visibilidad nacional suficiente para empezar a construir una candidatura viable en seis años.
Si no va Colosio ni logra jalar a Ebrard, para la presidencial todavía le queda al MC de Dante Delgado la ficha de Samuel García. Sin embargo, el “fosfo” gobernador debe estar pensando que si Poncho de Nigris no le pudo ganar a Wendy Guevara en La Casa de los Famosos… él nada podría hacer en una elección entre mujeres.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com