DUELE LA TRAICIÓN

Al igual que con periodistas como Carmen Aristegui, Proceso fue de esos medios a los que sus lectores identificaban como proclives a la izquierda y a un proyecto alternativo de nación. Por eso esas audiencias les reprochan que ahora que está en la presidencia, golpeen a Andrés Manuel López Obrador cuando muchas veces lo defendieron como opositor.

El año pasado se filtró una grabación de una charla que sostuvieron en 2016 dos comisarios de la policía española con empresarios y el periodista Antonio García Ferreras, director de La Sexta, un canal de televisión orientado al público de izquierda que pertenece a Atresmedia, una cadena muy de derechas.

El Ferrerasgate fue un complot para incriminar al partido Podemos y, en particular, a su entonces secretario general Pablo Iglesias con acusaciones de estar recibiendo dinero del gobierno de Venezuela, el cual era supuestamente depositado en un paraíso fiscal. El politólogo y comunicador que llegó a ser segundo vicepresidente del Gobierno español, describió la estrategia propia de las guerras mediáticas que se libran en todo el mundo:

En la conversación filtrada, García Ferreras reconoce que, precisamente, “porque son una televisión de izquierdas y tienen cierto prestigio entre las bases culturales y electorales de la izquierda”, les pueden hacer daño a Podemos. Dijo, literalmente, “cuando nosotros les damos una hostia, les duele en el cojón”.

En México, ¿los golpes de Aristegui Noticias y de Proceso le duelen más a López Obrador por el prestigio que ambos medios ganaron entre las bases sociales de la izquierda?

En todo caso, ¿será esta la razón por la que el semanario ha perdido lectores al grado de enfrentar una crisis financiera por la reducción en la venta de ejemplares y suscripciones?

En el editorial del número 2407, correspondiente al 18 de diciembre de 2022, la revista atribuye esta merma a la distribución gratuita en PDF. Pero, ¿qué tanto le afecta a Proceso haber perdido la fidelidad de viejos lectores que, ante todo son lopezobradoristas, tras el distanciamiento con Andrés Manuel?

DERECHA ESPECTRAL

Proceso dejó en claro que no harían periodismo militante a favor de la Cuarta Transformación, ya desde que López Obrador se convirtió en presidente electo.

En el número 2192, correspondiente al 42º. aniversario de la revista, con fecha 4 de noviembre de 2018 sacó en la portada un retrato de López Obrador con semblante preocupado y un titular que reza: ‘AMLO se aísla. El fantasma del fracaso’.

El semanario hacía propia la descripción, en lugar de atribuírsela a las declaraciones de Gustavo de Hoyos, entonces presidente de Coparmex, que venían en interiores, donde hablaba de la ruptura con los medios, la polarización, el populismo tipo Trump, el autoritarismo y todas esas acusaciones a Andrés Manuel que se han vuelto lugar común.

Tampoco refería la portada el estudio del Consejo Coordinador Empresarial que criticaba el anuncio que hizo el futuro mandatario de cancelar las obras del NAIM en Texcoco.

Federico Arreola, director de SDP Noticias, dijo en Twitter que se trataba de un “golpe bajo, muy sucio, de Proceso”. Y Beatriz Gutiérrez Müller, en la misma red, llamó la atención sobre una circunstancia: “Todavía no toma posesión” y ya están diciendo que está ‘solo’ y a punto del ‘fracaso’.

BAJÓN, LA ESTRATEGIA

Desde su primera candidatura, López Obrador no fue el único en darse cuenta que la vocación crítica del semanario no haría concesiones con él, aunque planteara la alternancia.

El 16 de febrero de 2022, volvió a quejarse de Proceso exhibiendo dos portadas de 2006 que, según la revista, “aún hacen enojar” a AMLO después de 12 años.

Ese día, en la mañanera, el mandatario había dicho: “Recuerdo la portada del semanario Proceso titulada ‘El Estado soy yo’ (sic), que sacaron en vísperas de la elección del 2006”. Luego, “cuando hicieron el fraude, sacaron una donde estaba yo así [dijo inclinando la cabeza hacia abajo], derrotado”.

Ciertamente la memoria traicionó al presidente, porque las portadas –que en esa misma mañanera presentó López Obrador, luego que las localizara su vocero Jesús Ramírez– afirman otra cosa:

La primera es del 30 de abril de 2006 (No. 1539): ‘Ante el bajón. La estrategia soy yo’. Según Proceso, la cabeza está “sustentada en un texto que daba cuenta de la disminución en las preferencias por su candidatura durante el proceso electoral, tras un intenso bombardeo del spot en su contra ‘Un peligro para México’. López Obrador avisó a sus más cercanos colaboradores que no modificaría su estrategia de campaña y continuaría dirigiéndola personalmente”.

Y la del 17 de septiembre de 2006 (No. 1559), ‘En la encrucijada’, alude a ‘Entre lo histórico y lo trágico’, un texto escrito por Juan Villoro en el que señala que, ante los retos de la izquierda mexicana en este momento poselectoral sin precedente, “López Obrador se debate entre atender a la misión que se asigna a sí mismo como líder o mantener unida a una izquierda más amplia que sus corazonadas… López Obrador se deja aconsejar por una sola entidad: su intuición”. Y aunque “es imposible saber lo que le dicta en estos momentos… no es aventurado decir que confunde lo trágico con lo histórico”.

NO CONTRIBUYEN AL CAMBIO

Para la revista, “visiblemente molesto y en medio de una discusión nacional por la confrontación de López Obrador contra el periodismo”, el presidente arremetió contra Proceso por esas portadas, implicando a la revista de participar en una confabulación mediática para ocultar el fraude de Calderón.

A AMLO no le extraña, dijo en la mañanera, el periodismo ejercido por Proceso frente a su gobierno, y negó que la revista haya contribuido al cambio en la vida pública del país: Ni lo de Proceso ni “lo de Carmen Aristegui, ¡qué me va a extrañar!”

Y negó la independencia de ambos medios: “…por eso se equivocan y se desesperan, insultan… porque ya hay más medios, ya no son los únicos, ya no es lo mismo y por eso sí vale la pena enfrentarlos”.

En la reseña de esa mañanera, el semanario le reprochó por su parte que López Obrador olvide que, al finalizar la elección de 2006, “fue justamente Proceso quien recurrió al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos para frenar la destrucción de las boletas electorales, luego de que el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó que las papeletas utilizadas en las elecciones federales de 2006 y 2012 fueran eliminadas”.

POLÍTICA ROBALERA

Los mutuos reclamos comenzaron mucho antes del 7 de febrero de 2022 cuando, según Proceso, AMLO refrendó sus críticas a Aristegui por la publicación en su portal del reportaje sobre la casa gris de José Ramón López Beltrán, afirmando que: ‘el periodismo independiente es el que más nos daña’.

El reportero Ezequiel Flores Contreras (‘AMLO refrenda críticas a Aristegui y afirma: el periodismo independiente es el que más nos daña’; https://www.proceso.com.mx/nacional/2022/2/7/amlo-refrenda-criticas-aristegui-afirma-el-periodismo-independiente-es-el-que-mas-nos-dana-280468.html) citó al presidente López Obrador cuando advierte que no guardará silencio cuando sea calumniado. Y aunque sostuvo sus críticas en contra de la periodista Carmen Aristegui, afirmó que su gobierno garantizará el derecho a disentir.

“Desde luego, esto no significa pensamiento único”. Hay que “garantizar el derecho a disentir, pero basta de simulación y de hipocresía porque eso es parte del conservadurismo… lamento que se enojen, pero … yo encabezo junto con millones de mexicanos un proceso de transformación que a lo mejor no gusta, pero nosotros queremos … acabar con la corrupción”, indicó.

Tras disertar acerca de lo que, en su opinión, debe ser el periodismo, AMLO recalcó que antes los medios de comunicación “destruían”; una campaña mediática con menos intensidad que la que enfrenta su gobierno, acababa con la autoridad; pero ya no, porque el pueblo “está muy consciente”.

Parafraseó a Salvador Nava, candidato a la gubernatura de San Luis Potosí, cuando dijo que entre dos periódicos, uno abiertamente gobiernista y otro, “así como El Reforma, supuestamente plural, independiente”, el segundo hace más daño. Del primero, la gente ya sabe que es opositor. Pero el “supuestamente independiente, el de la política robalera, ese confunde y engaña a muchos”. Ya lo dijo el doctor Nava: “Hay que seguir con la revolución de las conciencias”; y, tratando estos temas, “fuera máscaras”.

SIMULACIÓN E HIPOCRESÍA

Para López Obrador: “Nada de que somos objetivos. Habría que preguntar si hay objetividad en el periodismo. ¿Por qué no tomar una decisión? Eso no significa convertirse en aplaudidor del que está en el gobierno, pero no engañar”. Y expresó que en la mayoría de medios de comunicación existe “mucha simulación e hipocresía”.

“Cobraban en el gobierno, ya no cobran; no pagaban impuestos; algunos periodistas cobraban un millón de pesos mensuales, ni en sus mejores tiempos de periodista Gabriel García Márquez llegó a cobrar eso”.

Pero estos periodistas justifican sus ingresos millonarios argumentando que a ellos les paga el sector privado. “Y sí, pero ese dinero es porque los jefes de tu medio hacen jugosos negocios al amparo del poder público, si no, no te pagaran eso que es una inmoralidad”.

Ya no es tiempo para simular, insistió. La neutralidad en un proceso de transformación, “no aplica”. Aseguró que la polémica que se generó al señalar a Carmen Aristegui es “porque ejercí mi derecho de réplica”. Ella “mantiene con sutileza la máxima del hampa del periodismo: la calumnia cuando no mancha, tizna”. En el reportaje sobre el hijo del presidente, Aristegui llegó a decir que la de Houston “era el equivalente de la casa blanca” de Peña Nieto. En pocas palabras, Carmen hoy “tiene esa actitud” porque simuló “por años”.

En un proceso de transformación, enfatizó el presidente, “el periodismo se tiene que definir a favor de la verdad, la ética, la honestidad y la libertad”. Como El Quijote, por la libertad y la dignidad ‘se puede y se debe ofrecer hasta la vida’. Este debe ser un referente para el periodismo y la política.

“¿Por qué me voy a quedar callado cuando me calumnian? ¿No soy libre? ¿Voy a aceptar que mientan y calumnien? ¿Que dañen el proyecto de transformación?”

Y al periodista de ese equipo que escribió: “ya hemos pasado por situaciones así”; le dijo: “La verdad, no. Actualmente se tienen libertades plenas”. En su gobierno no se reprime a nadie y no es lo mismo que en las administraciones pasadas.

“El proceso de transformación es ir también definiendo con mucha claridad posturas, porque si se saqueó al país como se llevó a cabo en el periodo neoliberal fue por la simulación, no sólo por el apoyo abierto de mercenarios del periodismo, sino también por el silencio de muchos que nunca cuestionaron al régimen de injusticias, represión y privilegios; que simularon, engañaron”, aseguró López Obrador.

TODOS TOMAN PARTIDO

Ya en la mañanera del 22 de julio de 2019, AMLO había impugnado a Proceso porque, como el resto de los medios, no reportaron la política de saqueo del periodo neoliberal. El semanario “no se portó bien con nosotros”, le dijo al reportero Arturo Rodríguez.

Ante el señalamiento, el periodista le respondió que “no es papel de los medios portarse bien con nadie”. Sin embargo, para el presidente, si bien esto es cierto, también lo es que “estamos buscando la transformación, y todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones”.

Ejemplificó su comentario con los hermanos Flores Magón y Francisco Zarco, y contra la réplica de Rodríguez en el sentido que hay 150 años de distancia, López Obrador insistió: “los mejores periodistas que ha habido en la historia de México, los de la República Restaurada, todos han tomado partido”.

“Es muy cómodo decir yo soy independiente, o decir que el periodismo no debe tomar partido o apostar a la transformación. [Eso] es analizar la realidad, criticar la realidad, pero no transformarla. Es editorializar para afectar las transformaciones”, dijo el mandatario.

El reportero de Proceso reviró diciendo que “editorializar es también tomar partido y que [AMLO] pide sólo hacerlo en favor de él”. Visiblemente incómodo, describe Proceso, el presidente dijo que este semanario, al que aseguró leer poco desde la muerte del fundador Julio Scherer García, sí editorializa pero para que permanezca el conservadurismo, no para transformar.

EXPULSIÓN DE AGENTES

Poco más de un año después, Proceso rompería definitivamente sus nexos con la 4T al sacar de su lista de colaboradores a aquellos analistas, cronistas y moneros identificados con el proyecto de López Obrador.

De eso hablaremos en la siguiente entrega.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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