El pasado sábado 24 de abril después del mediodía, las redes se desbordaban, entre risas, burlas, críticas y especulaciones, como consecuencia del error cometido por Sergio Jiménez Bojado, presidente del Comité Estatal de Morena, quien en un acto, presentaba a Mario Delgado como presidente del Comité Nacional del PRI, en vez del de Morena, lo cual es lo correcto.
El que junta estas letras supone que no haya nada que especular. Lo que sucedió a Sergio es simplemente un lapsus linguae o, dirían otros, un lapsus brutus, de esos que cualquiera puede sufrir. No hubo ninguna traición de subconsciente como algunos especulan y menos, confirma la existencia de un supuesto Primor, como otros especulan. Más bien, lo que pasa es que quien siembra vientos, cosecha tempestades.
Recuerdo a Johann Wolfgang von Goethe quien afirmaba que Nadie puede saltar por encima de su sombra, o a Georg Wilhelm Hegel, quien dijo que Nadie puede saltar por encima del espíritu de su pueblo, como no puede saltar por encima de la tierra. Eso lo ignoran muchos políticos, sobre todo los aprendices.
La mediocridad de Sergio es ampliamente conocida y criticada, es un lugar común que está más allá de cualquier discusión, y su papel al frente de Morena ha sido desastroso, para decir lo menos. Los morenos no están contentos con su desempeño y tienen muchas facturas que pasarle. Y aunque es un personaje con muchas limitaciones y hasta mal intencionado, tarado no es, como para que, a propósito, hubiera cometido un error de tal magnitud.
Su actuación al frente del Partido ha dejado suficientes sinsabores para los morenos y ha lesionado la implantación de la cuarta transformación en Colima, de eso tampoco puede haber duda. Es culpable también de que la acción de Morena haya sido inexistente durante todo el período entre la elección anterior y la actual. Y los procesos de selección de candidatos locales, tanto del 18 como de este año, presumen desaseo y en muchos casos, traición a los auténticos militantes del Partido. Este año, además, se combinó con el papel desempeñado por el Delegado del Comité Nacional, un tal Hirepan Maya, el tristemente célebre Rey del Churro, que vino sólo a ganarse a pulso, el desprestigio y el desprecio de los morenos locales, por ser operador torpe y porque le otorga mayor valor a un churro que a su palabra. En fin, otro niño héroe, igual que Sergio.
Resulta imperdonable que se hayan entregado candidaturas (así, en plural), otra vez, a personajes infiltrados, evidentemente infiltrados del prianismo, después de lo vivido hace tres años. Eso es pasado y presente, pero el futuro ha de ser distinto. Así, las culpas de Sergio resultan evidentes. Un objetivo de Morena debe ser cerrar el paso a los pianistas y estos personajes se las entregan mientras se enredan en la bandera antes de lanzarse al vacío.
Estos son los pendientes y, espero que muy pronto, los morenos colimenses, que en su gran mayoría son cuatroteístas, solucionarán y encaminarán al Partido al cauce que nunca debió perder.
Sergio también ganó puntos negativos entre los militantes del Partido, cuando, al parecer, se impuso en el primer lugar de la lista de candidatos a diputados de representación proporcional pues al parecer, se le había asignado la posición número cuatro. Estos rumores cobran mayor vida si se considera que la primera posición, teóricamente correspondía a una mujer. Ojalá se ponga orden en este renglón y que entonces, Catalina Suárez Dávila, que es un activo valioso del morenismo, tome el primer lugar en vez del segundo que ahora ocupa.
Además si Sergio, Candidato a Diputado pluri continúa al frente del Comité Estatal del Partido, se configura un prevaricato y obviamente, nadie desea ser señalado como prevaricador.
Morena será el gran vencedor en la elección que viene y requerirá apoyarse en un partido vivo, lo cual hace urgente la necesidad de suplir a Sergio en la Presidencia del Comité Estatal, pero, insisto, no por su error del sábado, sino para corregir el error cometido con su nombramiento en el cargo que ocupa.
Ante los males del País, se requiere democracia, democracia y más democracia y ante los males de Morena, de igual modo, se requiere democracia, democracia y más democracia. Lo dicho es la opinión muy personal del escribidor, pero seguro, es compartida por muchos morenos y hasta no morenos pero simpatizantes del Partido.
La lucha está muy lejos del final. La prioridad es la elección constitucional que debe ganar, las cuentas internas habrán de venir después y la corrección del camino, enseguida. Y recordemos que el paisaje siempre se ve mejor cuando formamos parte del mismo.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.