Durante la jornada de protestas feministas del 14 de febrero de 2020 en la Ciudad de México, además de las enérgicas manifestaciones contra instituciones gubernamentales y servidores públicos, mujeres descontentas con la manera como fue publicada una imagen filtrada del cadáver de Ingrid Escamilla realizaron plantones frente a los diarios Reforma y La Prensa.
Estas protestas frente a medios impresos, dice Julio Hernández López, nos obligan a reflexionar sobre la nota roja y acerca de cómo se cubre la información policial en México. Y para ello, el columnista de La Jornada invitó el 17 de febrero a su espacio de Julio Astillero en La Octava a Luis Carriles, director de La Prensa (https://www.youtube.com/watch?v=IlQ-DTwejaU).
Para Julio Astillero, hay una “difícil frontera entre la cobertura de interés público de la nota roja y el sentido sensacionalista de este tipo de información”.
Al respecto, Carriles comenta que cuando hace tres años llegó a dirigir La Prensa buscó darle un giro a la nota policiaca para “volverla más humana, más apegada a las nuevas audiencias”, tratando que se entienda mejor el nuevo marco legal en el que los medios deben operar.
Asegura Carriles que todos los días en La Prensa se da una discusión editorial respecto a qué se puede publicar y cómo lo pueden publicar. Por ejemplo, “en el caso de Ingrid nosotros no pusimos nunca su nombre completo. También, por el nuevo protocolo de justicia “nunca pusimos el rostro del victimario, porque eso puede derivar en un problema al debido proceso”.
“Nunca revictimizamos a Ingrid. Nos mantuvimos siempre dentro de esa coherencia que te da una ley que es para todos, en el caso de los medios impresos”. En internet “es otra cosa, no hay una regulación, es como la selva. Por eso vimos que se publicaron datos, nombres y direcciones, fotos sin filtro, videos completos”.
Hay una entrevista que le hace primer respondiente al acusado, es la primera declaración del presunto responsable antes de ser trasladado de la escena del crimen al ministerio público, que “nosotros no publicamos, no está en nuestras redes ni estuvo en nuestro home nunca”.
Sin embargo, “hoy nos acusan de haberla divulgado cuando quienes mueven toda esa información son las redes feministas. Y se entiende, ellas no son un medio de comunicación. Nosotros sí, nuestra responsabilidad es diferente, nosotros estamos sujetos a la ley”.
LA PRENSA ES UN NEGOCIO
Luis Carriles viene del periodismo de negocios y La Prensa ha sido históricamente el diario más importante de información policíaca, con un gran tiraje y un gran volumen de ventas por publicidad, superior incluso al Esto, el diario deportivo que también es propiedad de Organización Editorial Mexicana (OEM), la famosa cadena de El Sol de México.
En un periódico con ese nivel de ingresos económicos y tanta circulación, ¿cómo conciliar las limitaciones que impone ahora el nuevo protocolo judicial?, pregunta Julio Astillero.
“Somos un periódico popular que no solamente publica nota policiaca. Las nuevas audiencias te piden información policial de mayor calidad, una mejor propuesta. Y nosotros hemos publicado, por ejemplo, mejores notas de marchas; hemos cubierto todos los eventos feministas de Ciudad de México en los últimos dos años. Bajo mi dirección, hemos publicado en los últimos seis u ocho meses como 18 portadas, derivadas de actos feministas. Y no sólo de protestas donde rompen cosas, sino también de cuando simplemente marchan.
“Yo no vengo de la nota policiaca, de ver el muerto. Mi valoración es que veamos todo en conjunto y hacia adelante, dentro del marco de la ley. Parece mentira pero, cuando nos apegamos a los protocolos, las cosas pueden funcionar mejor porque, además de estar cumpliendo la ley, estás dando un servicio.
“Hemos hecho mucho trabajo sobre feminicidios, somos los que más notas hemos publicado y más casos de feminicidio hemos seguido puntualmente. Y no sólo casos en la Ciudad o el Estado de México, hemos traído casos que vienen de muy lejos; no de Morelos o de Puebla, sino de Chihuahua, Durango, Chiapas o Michoacán.
“Usamos toda la fuerza de la OEM, que tiene periódicos en todo el país. Ello no obstante que la Organización decidió no publicar nota roja en Morelos, porque el periódico que se edita en Cuernavaca tiene otra textura, otro proyecto y otro tipo de periodismo.
“En La Prensa nos apegamos a lo que somos y de dónde venimos. Somos un diario popular que escribimos sobre la ciudad, pero que también escribe sobre la oposición. Y publica, por ejemplo, una página a la semana de la Universidad; también tenemos desde hace 15 años una página de ciencia. Nuestra información no es únicamente policía”.
SÓLO SE VIO LA PIERNA
Con todo, La Prensa sí ha publicado fotografías en portada que han generado desagrado. ¿Se consideró necesario reproducirlas?, pregunta Astillero.
Carriles explica que el criterio se establece caso por caso. Y para explicarlo se remite a una polémica con Marco Lara Klahr, periodista especializado en derechos humanos y enemigo de los linchamientos mediáticos, quien escribió un tuit donde reconoce que La Prensa es un referente de la nota roja pero, en el marco del 90 aniversario de esa publicación, “es necesario repensar la forma en que los colegas han hecho de la tragedia un espectáculo que poco aporta al derecho a la información” (https://twitter.com/mlaraklahr/status/1034991613850910720).
Lara Klahr cita lo que él mismo escribió alguna vez sobre el desafío del nuevo periodismo judicial: “Prevalece el modelo mental de la nota roja, según el cual el periodismo es el oficio de buscar tragedias, sopesar su dosis de brutalidad, maquilarlos en el conocido cúmulo de clichés y publicarlos, todo con supuestas motivaciones como ‘denunciar a los delincuentes’, satisfacer ‘el morbo’ o [porque] ‘es mi chamba’”.
Carriles no discrepa de esa línea de Lara que está en contra que se publique algo que vaya contra la dignidad humana. Es más, La Prensa trabajó con Marco en su papel de coordinador académico de la Fundación Prensa y Democracia, en la que ellos elegían la foto y hacían el texto. “Nosotros queremos exactamente lo mismo: no revictimizar. Para ello no publicamos la cara de la persona ni los datos completos, es parte de este protocolo”.
Ya bajo la dirección de Carriles, difícilmente La Prensa ha llevado fotos en portada, asegura el entrevistado. “Tiene que ser un caso muy específico. Con Ingrid era muy claro que, dado el tamaño del crimen, el feminicidio tenía que ser publicado en portada”.
Pese a la protesta de las feministas, La Prensa no publicó en portada la fotografía tan descarnada que circuló en redes sociales:
“Publicamos un fotografía del edificio [donde ocurrió el crimen]. Y como no podemos publicar de frente, lo mostramos de lado. Publicamos al victimario con sus ojos blureados, de modo que no se pueda reconocer. Y publicamos las piernas de Ingrid, con el cuchillo ahí. Publicar una foto más escandalosa es revictimizar y está fuera del protocolo. Fue otro periódico el que lo hizo y [las feministas] ni siquiera fueron para allá”. Ese otro rotativo fue Pásala, y las activistas ni siquiera sabían dónde está ubicada su redacción.
De las cosas extrañas que ocurrieron ese 14 de febrero, detalla Carriles que 50 personas fueron a patear la puerta mariana de Palacio Nacional, pero de esas 50 fueron 30 activistas “a tomarse la foto con el director de Reforma”. En cambio, “vinieron, según los conteos de la policía, entre 950 y mil mujeres a La Prensa” a protestar de manera airada.
“Nosotros nunca hacemos chistes en las portadas ni en las cabezas. Para nosotros, el asunto de las muertas es un asunto de respeto. No hicimos nosotros una broma sobre el muerto, de verdad eso no lo hacemos. Puede ser que nos parezcamos más a la historia negra del teatro negro, que seamos más duros, pero no hacemos bromas o chistes sobre eso”, resume el director de La Prensa.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.