No pocos periodistas latinoamericanos vieron “como un peligro”, como una verdadera “amenaza a la democracia” las “bravatas del magnate Donald Trump en su frenético segundo arribo a la Casa Blanca”, pero no las vieron como “señal de una guerra inminente”, apunta Mónica González, corresponsable del Consultorio Ético de la Fundación Gabo para el nuevo periodismo iberoamericano.
‘El presidente Donald Trump y su círculo de hierro nos declararon la guerra’[1], es la primera entrega de una serie de cuatro columnas en las que esta periodista y escritora chilena, Premio Nacional de Periodismo 2019, fundadora y presidenta de la Fundación CIPER y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabriel García Márquez, explora ‘cómo la nueva geopolítica refundacional —a la que nos enfrentan algunos de los gobiernos más extremistas y poderosos del mundo— empieza a impactar en el ejercicio del buen periodismo y en las democracias ya tambaleantes de nuestra región’, señalan los editores del Consultorio Ético que creó en la entonces FNPI el finado Javier Darío Restrepo.
Muchos llamaron a “mantener la calma”. “Ni siquiera hubo luz roja cuando se hizo evidente que esta vez Trump gozaría del poder total que no tuvo antes: mayoría republicana en la Cámara de Representantes y el Senado; y en el Tribunal Supremo, con seis jueces conservadores, la mitad nombrados por el mismo Trump en su primer mandato”.
“Tampoco se activó la defensa cuando en la toma de posesión apareció rodeado de los hombres más ricos del mundo: Jeff Bezos, fundador de Amazon y dueño del Washington Post; Mark Zuckerberg, fundador de Meta; Tim Cook, líder de Apple; Sundar Pichai, CEO de Google; Sam Altman, CEO de OpenAI; Rupert Murdoch, magnate de medios; Gianni Infantino, presidente de la FIFA —el poder corrupto del fútbol mundial no podía estar ausente—, entre otros.
“Todos ellos, encabezados por el más agresivo, el más rico, el más poderoso: Elon Musk, el dueño de SpaceX, Tesla y de la masiva red social X. Ungido por Trump como el jefe del recientemente creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que sólo le rinde cuentas al presidente. El nuevo ‘carnicero’ del presupuesto de Estados Unidos tiene potestad total para cortar lo que él considere grasa.” Además de “apoyar el avance de la ultraderecha en el mundo, otro nudo que busca atacar [Musk] es el del buen periodismo independiente”.
AMENAZA AL PERIODISMO
Apenas juró como el 47º presidente de Estados Unidos, Donald Trump desató la guerra contra la inmigración ilegal; envió tropas a la frontera con México; puso fin al asilo en la línea divisoria y eliminó (una medida suspendida luego judicialmente) la ciudadanía para niños nacidos de padres ilegales en el país.
Cumplió su advertencia de incluir a los cárteles del crimen organizado en la lista de organizaciones terroristas extranjeras. Y amenazó con recuperar (incluso por la fuerza militar) el Canal de Panamá. Cambió el nombre al Golfo de México por ‘Golfo de América’, y el monte Denali (Alaska) volvió a llamarse oficialmente ‘Monte McKinley’. Busca imponer aranceles e impuestos a los demás países, para ‘enriquecer’ a sus gobernados.
Dispuesto a hacer valer el ‘Nuevo Trato Verde’ que llene la Reserva Estratégica de Petróleo y permita a EE. UU. exportar energía a todo el mundo, Trump se retiró del Acuerdo Climático de París. No obstante ser “uno de los principales países contaminantes de carbono”, la Unión Americana se resta “de la batalla crucial contra el calentamiento global”. Sale también de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En política interna “la guerra también se hizo sentir”. Trump despidió “a los fiscales que lo investigaron en los más de 40 casos por distintos delitos que debió enfrentar hasta que se hiciera de la impunidad recientemente”, entre ellos instigar el violento ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021 que provocó cinco muertes. Y “ordenó que todos los empleados federales que participen en programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), sean dados de baja”.
Con el propósito de ‘refundar las instituciones de su país’, su plan “es cambiar las estructuras de la geopolítica mundial” dinamitando las instituciones democráticas por dentro. Trump quiere comenzar “la restauración completa de Estados Unidos y la revolución del sentido común”.
“Pero ¿cuál es la relación de todo esto con la ética del periodismo que es lo que le compete a esta columna?”, se pregunta Mónica González. “¡Todo! Si ya estaban en peligro el derecho a la vida y a vivir en una sociedad donde se respete el Estado de Derecho y la vigencia de la libertad de expresión y, sobre todo, el acceso oportuno a la información veraz”, Donald Trump le declaró formalmente la guerra también al periodismo.
GUERRA A LOS INMIGRANTES
Trump le declaró la guerra a los inmigrantes, acusándolos de ser ‘criminales’ y ‘violadores’ que “habían invadido el país y debían ser eliminados en esta guerra de seguridad nacional”. La frontera con México se convirtió en ‘Zona de Guerra’. Y en un infierno para los indocumentados, las calles. ‘La gente mantiene a sus hijos en casa y no los lleva a la escuela. Tienen miedo de ir a trabajar. Están asustados en general’, decía el concejal neoyorquino Gale Brewer.
“Para su guerra, Trump necesitaba un campo de concentración” con capacidad para albergar 30 mil prisioneros. Y ordenó ampliar el Centro de Operaciones Migratorias de la Estación Naval de la Bahía de Guantánamo (en territorio de Cuba ocupado por EE.UU.) a plena capacidad, “para proporcionar espacio adicional para extranjeros ‘criminales de alta prioridad’ en situación irregular en Estados Unidos”. Argumenta que no basta con deportarlos o extraditarlos, pues no confía “en que sus países los retengan”.
La parafernalia de la guerra fue replicada por otras autoridades. La nueva secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, dijo que “hay más de 13,000 asesinos” y “casi 16,000 violadores” que cruzaron la frontera y permanecen en libertad en Estados Unidos. En traje de campaña militar, “en medio de los agentes que ejecutaban arrestos en Nueva York”, dijo: ‘estamos sacando a los inmundos de estas calles’.
GUANTÁNAMO Y BUKELE
A decir del general Michael Lehnert, el primer comandante que tuvo el campo de concentración, Guantánamo ‘fue un error’: nunca debió abrirse tras el atentado a las Torres Gemelas. La relatora especial de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos describió “los tratos crueles e inhumanos”, que incluyen tortura física y psicológica y desaparición forzada “para detenidos sin cargos ni juicios”, sólo bajo sospecha. Han sido 21 años de horror para al menos 780 hombres y menores de edad musulmanes, en régimen de detención indefinida.
Sin embargo, “Guantánamo para muchos periodistas pasó inadvertido”. Solamente uno de los informadores “más destacados de Estados Unidos” escribió: ‘no puedo sino avergonzarme de lo que nos pasó a nosotros, periodistas que reivindicamos el derecho a fiscalizar en Estados Unidos, cuando ocurrió lo de Guantánamo. Estábamos tan ocupados con el nuevo juguete, los softwares que nos permitían identificar cuáles eran las razones de los accidentes que ocurrían en las calles de nuestro país y hasta cuáles eran las razas de perros más populares entre los estadunidenses en cada ciudad, que Guantánamo pasó bajo nuestras narices sin que percibiéramos el horror que allí ocurrió’.
Otro campo de concentración para la guerra de Trump está en El Salvador, que hoy tiene la prisión “más dura de América Latina”. El régimen de excepción impuesto por el presidente Nayib Bukele, “gran aliado de Donald Trump”, ha permitido capturar —sin juicios ni información pública— a más de 80,000 personas; ha habido más de 3,000 detenciones injustificadas y más de 300 muertes de prisioneros sin juzgar dentro de las cárceles, según una nota de Bryan Avelar en El País.
El secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, anunció que Bukele se comprometió a externalizar parte del sistema penitenciario de los EE.UU., a cambio de una tarifa relativamente baja pero que ‘haría sostenible todo nuestro sistema penitenciario’, escribió el mandatario centroamericano en la red social X. Bukele dijo estar dispuesto a admitir ‘a criminales convictos (incluidos estadounidenses) en nuestra mega prisión’.
“No hay mucha diferencia entre lo que es la prisión de Guantánamo y la de El Salvador: ambas son campos de concentración. En el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (CECOT) que hizo construir Bukele a solo 75 kilómetros de San Salvador, en Tecoluca, los prisioneros no salen nunca de sus celdas. Incluso deben comer allí, pues no hay patios ni espacios comunes para visitas o simplemente ver el cielo. Incluso el suministro de agua está racionado.”
OLA FASCISTA EN EUROPA
Estadistas de derecha en la Unión Europea ya discuten cómo materializar el internamiento masivo de los ‘enemigos’. “A la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, se le ocurrió instalar también un campo de internamiento para inmigrantes, pero en Albania, lo que fue aceptado por ese país”. Y en la reunión de ministros del Interior de la UE, una de las ‘soluciones innovadoras’ fue deportar inmigrantes en mayor cantidad. Mientras la representante de Polonia —y presidenta del consejo de la UE— propuso la ‘fórmula Meloni’, a pesar de que ya fue rechazada por la justicia italiana y europea.
“Para esta guerra contra los inmigrantes —que va a la par del avance de la ultraderecha en el mundo—, podría ser un hito histórico lo que ocurra en Alemania el próximo 23 de febrero” que habrá elecciones. “La Unión Cristianodemócrata (CDU) liderada por Friedrich Merz, con apoyo de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) logró aprobar una moción que exige rechazar a todo demandante de asilo que llegue a sus fronteras”. Y “Merz podría ser el futuro jefe de Gobierno”.
Elon Musk ha seguido de cerca, respaldando con vigor y potencia, el ascenso del partido antiinmigración AfD. El brazo derecho de Trump afirmó que el canciller socialdemócrata de ese país, Olaf Scholz, era un ‘tonto’ e ‘idiota incompetente’. Como fuerza política de extrema derecha, AfD “ostenta el segundo lugar de intención de voto en las encuestas”, pese a exhibir públicamente y sin pudor ideas nazis. Para Musk, ‘solo AfD puede salvar Alemania’. Y su líder, Alice Weidel, consiguió un “potente megáfono global” cuando Musk orquestó “un encuentro directo” con la economista y empresaria.
“El intervencionismo electoral desembozado” de Trump, es clave “para el avance de la ultraderecha en el mundo”. Pero “la gestión del presupuesto” que pueda hacer Musk y sus negocios tecnológicos, “no tienen límites”. El magnate sudafricano ha forjado también una relación cercana con Meloni. La presidenta del Consejo de Ministros de Italia negocia con SpaceX un acuerdo valorado en 1,500 millones de euros, para utilizar el sistema de satélites Starlink en comunicaciones seguras.
“En esos mismos días, como si leyéramos un diario sacado de 1939 o 1940, nos enteramos que la Unión Europea ha dado vía libre a la propuesta de su Consejo de facilitar, a los Estados miembros, el castigo penal a quien ayude a migrantes por motivos humanitarios a entrar en terreno de la Unión. Derribar el derecho de asilo, uno de los pilares de la comunidad democrática que emergió al término de la Segunda Guerra Mundial, es cosa de días. Y también sería el acta de defunción de la Unión Europea. Un objetivo de la ultraderecha y ahora de Donald Trump”, considera Mónica González.
LOS ARANCELES
El presidente de EE. UU. decretó y luego dejó en suspenso por 30 días un arancel del 25% sobre las importaciones de México y Canadá. Estableció un arancel de 10% sobre energía canadiense y uno adicional del 10% sobre China.
Los estadounidenses votaron abrumadoramente a favor de frenar ‘la gran amenaza de los extranjeros ilegales y las drogas mortales que matan a nuestros ciudadanos, incluido el fentanilo’, escribió Trump en Truth, su red social.
Advirtió que mantendría los aranceles hasta que México, Canadá y China detengan el contrabando de fentanilo y la migración ilegal. Y argumentó que ‘las organizaciones mexicanas de narcotraficantes tienen una alianza intolerable con el gobierno de México’.
Poco le importó a Trump “el serio riesgo de una recesión ocasionada por el castigo impuesto por Estados Unidos a dos de sus principales socios comerciales”, ni los efectos que ello tendría para la economía mundial
La presidenta de México rechazó ‘las calumnias de la Casa Blanca’, cuyo inquilino culpó a México de ser el causante del problema del fentanilo en Estados Unidos. Y fue directa al nudo del problema: ‘¿cómo es posible que en México haya lanzagranadas que se han incautado a los grupos delictivos cuando este tipo de armas de alto poder sólo es de uso exclusivo del ejército en Estados Unidos?’
Claudia Sheinbaum reprochó a Washington ‘no haber hecho nada para detener el masivo tráfico de armas ilegales que envía al sur del continente, vía México. Armas que alimentan a los carteles del crimen organizado y que están provocando la peor crisis de seguridad en el continente. ‘Los problemas no se resuelven con aranceles, sino dialogando’, afirmó.
El primer ministro canadiense, por su parte, respondió imponiendo aranceles del 25% a diversos productos estadounidenses. ‘Siempre haremos lo que sea necesario para defender a Canadá y a los canadienses. No pedimos esto, pero no daremos marcha atrás’, declaró Justin Trudeau.
Como sea, al final Trump logró lo que quería: que México y Canadá paguen la parte principal del costo que acarrea su guerra en la frontera. México envió “más de 10 mil militares para cumplir con la exigencia de Trump, mientras otros 10 mil se movilizarán en la frontera norte” a un costo para Canadá de 1,300 millones de dólares estadounidenses.
En cambio, nada dice Trump “de lo que las autoridades de EE.UU. deben hacer —y no han hecho— para develar a los verdaderos capos del tráfico de fentanilo, otras drogas y armas”, los cuales lavan su dinero en Wall Street. Para el registro histórico de esta guerra –resume Mónica González– quedará la frase de Trump: ‘Estados Unidos no necesita a Latinoamérica, ellos nos necesitan a nosotros’.
Mi coreo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] ‘El presidente Donald Trump y su círculo de hierro nos declararon la guerra’. Mónica González. Consultorio Ético, Fundación Gabo, 11 de febrero de 2025. https://fundaciongabo.org/es/consultorio-etico/respuestas/el-presidente-donald-trump-y-su-circulo-de-hierro-nos-declararon-la?utm_source=Universo+Fundación+Gabo&utm_campaign=642dd746f4-EMAIL_CAMPAIGN_2024_01_05_02_55_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_-098a74df89-137973653&goal=0_29cb485a34-642dd746f4-137973653&mc_cid=642dd746f4&mc_eid=ee4dbb6e79