Para todos tuvo el presidente López Obrador en su visita al estado de Colima el fin de semana. Desde su arribo a la entidad el viernes por la noche, tuvo oportunidad de conversar con los cuadros de Morena en la entidad y hacerse una idea de cuáles serían los asuntos políticos y sociales que le plantearían los ciudadanos de a pie y los contingentes que le saldrían al paso en los eventos del sábado 6 de agosto en Manzanillo y Armería, o en el acto del domingo 7 en Villa de Álvarez.
López Obrador dedicó tiempo a escuchar a manifestantes que pudieron, así, dar su propia versión sobre asuntos en los que al presidente lo podrían haber prejuiciado las autoridades locales y municipales. Seguramente, el mandatario también recibió información pertinente del aparato federal.
Y aquí lo interesante es que, en lo que respecta al municipio de Manzanillo y a la subsecretaría de Gobernación encargada del desarrollo democrático, la participación social y los asuntos religiosos, es decir, a la política doméstica y a ras de suelo, cada una de esas autoridades tiene un enfoque distinto y hasta contradictorio de los problemas con el del gabinete estatal, por lo que AMLO pudo hacerse una imagen tridimensional de los temas laborales y de justicia que le plantearon.
Con ese bagaje, el presidente le dio su respaldo a Indira Vizcaíno en el enfrentamiento que tiene la gobernadora con los liderazgos sindicales en la administración estatal y en el Sector Salud, aun cuando algunos podrían inferir de las palabras de Andrés Manuel cierto extrañamiento paternal por la forma en que han crecido problemas que debieron contenerse con diálogo y negociación:
“Quiero adelantarles que, como hay peticiones, demandas, protestas, le voy a pedir al secretario de Gobernación que se ponga de acuerdo con la gobernadora y que venga a aquí a Manzanillo, que dialogue con todos ustedes. Van a atenderles y todo lo que tiene que ver con la justicia está garantizado, todo. Nada más no nos pidan cosas que tengan que ver con utilizar el presupuesto, que es dinero del pueblo, dinero sagrado, para mantener privilegios o corrupción.
“Todos los trabajadores van a ser reconocidos como lo estamos haciendo aquí. Es un compromiso, la basificación. Ahora que entregué este certificado al doctor, me decía que llevaba 10 años trabajando por contrato y que ya tiene su base. Eso lo vamos a hacer en todo el sector Salud, pero no se va a permitir que haya influyentes, que líderes sindicales charros saquen, como siempre, provecho, raja. Ya saben, los caciques duran hasta que el pueblo quiere y ya no quiere el pueblo. Nada de aviadores, de los que cobran sin trabajar, hablando en plata. Pero, repito, justicia total, plena, para el pueblo”.
EL SECRETARIO ZOÉ
López Obrador distinguió así el tema de justicia que reclaman los ejidatarios de Campos –desalojados de sus predios por orden de un juez de Distrito en Jalisco– de la cuestión salarial y la pugna por la asignación de plazas en los hospitales y centros de salud del nuevo sistema IMSS-Bienestar.
A nivel municipal Audelino Flores Jurado, líder de la Federación de Sindicatos al que está afiliada la burocracia del Ayuntamiento de Manzanillo, y Martín Flores Castañeda como secretario general del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE), se dijeron inconformes con la oferta de un incremento salarial de apenas un tres por ciento que les ha hecho la patronal.
Por su parte Dolores González Meza, dirigente de la sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSS), reclamó el derecho a proponer a quienes ocuparán las plazas de médicos, enfermeras y trabajadores administrativos creadas por el organismo federal que, por convenio con el Gobierno del Estado, sustituyó al organismo público descentralizado que operaba hasta ahora los servicios de salud en Colima.
En el proceso histórico que llevó de la descentralización a la reconcentración de la atención médica a población abierta, la sección sindical pasó de tener como contraparte a la Secretaría de Salud federal (SSA) y, paulatinamente, a la Secretaría de Salud local, ahora al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Aunque no son lo mismo el IMSS que el IMSS-Bienestar, como ocurre con la Guardia Nacional con relación a la Secretaría de la Defensa Nacional, Zoé Robledo se asumió en su mensaje como responsable de la prestación de los servicios de salud en los tres estados que ya se han adherido al programa: Tlaxcala, Nayarit y Colima. Por cierto, con el acuerdo ya no queda clara la relevancia que tendrán en adelante la Secretaría de Salud local ni el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
En ese tenor, Robledo presumió haber renovado o reparado los equipos tecnológicos, así como de estar en vías de completar la plantilla laboral. Para esto último, suponemos que los directivos del IMSS-Bienestar enviados al estado no consultan a Lola.
CON DEDICATORIA
Muchos de los presentes se preguntaron por los destinatarios de la frase contra los aviadores. Pero ya sabemos de quién hablaba López Obrador cuando recordó una vez más “que había una persona aquí en Colima que era, creo, secretario de Finanzas, y abandonó el cargo… para irse de administrador del puerto de Manzanillo. Imagínense cómo estaba el saqueo en ese puerto. Pues eso ya se terminó, se acabaron todos esos privilegios.” En todo caso, ¿en quién pensaba López Obrador cuando habló de “los caciques políticos de Colima”?
Al finalizar su intervención en la supervisión del plan de salud IMSS-Bienestar en Manzanillo, el presidente se comprometió:
“Ya quedamos, la semana que viene está aquí en Manzanillo el secretario de Gobernación con la gobernadora. Y también para atender a todos los que plantearon sobre el desalojo, los que plantean sobre las plazas. Todos los problemas, lo que me dijeron acerca del mercado. Todo se va a atender.
“Y quiero también que quede muy claro aquí en Manzanillo, para que no se confundan los caciques políticos de Colima, un mensaje muy claro: le tenemos toda la confianza, absoluta confianza a la gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno”.
Para quienes esperaban que Andrés Manuel regañara a Indira por los asuntos políticos que estruendósamente le presentraron los sindicatos, López Obrador dejó en claro que Vizcaíno Silva es una de sus gobernadoras.
EN CAMPAÑA AL 24
Como será su gobernadora en el Estado de México Delfina Gómez Álvarez, quien –todavía en calidad de secretaria de Educación Pública– lo acompañó a su gira por Colima y estuvo en el presídium de la ceremonia inaugural de la Universidad para el Bienestar “Benito Juárez” en Armería. La ganadora de la encuesta para ser candidata de Morena al gobierno del Edomex, presentó ahí una evaluación nacional del programa.
Después de exponer las bondades de planteles diseñados para brindar oportunidades a jóvenes a quienes el modelo neoliberal que buscaba privatizar la educación condenó al papel de ninis (que ni estudian ni trabajan), y de hablar de la justicia social que se traduce entre otras acciones de bienestar en las pensiones a adultos mayores, López Obrador evidenció que en adelante su agenda de gobierno estará enfocada a la continuación de la 4T más allá de 2024.
“Aprovechen para que…. Toco madera, aunque es plástico esto. Pero si regresan… –y a coro la multitud gritó ¡No!– Por eso, por eso. Entonces, de todas formas es mejor prevenir en lo que falte, porque mientras nosotros estemos no va a haber ningún problema.
“Tenemos presupuesto garantizado porque no hay corrupción y el presupuesto, ya lo dije, es dinero del pueblo. Todos estos programas van a tener financiamiento.
“Hay algo que a lo mejor no se sabe bien, una de las reformas constitucionales que logramos establecer, muy importante, es de que ya el programa de adulto mayor, el programa de discapacidad, las becas para estudiantes y la salud, es decir, el derecho a la salud, ya tienen que entregarse como derechos al pueblo esté quien esté en el gobierno, o sea, ya se elevó a rango constitucional, y hay un artículo transitorio en la Constitución en donde no pueden reducir el presupuesto para adultos mayores, ni para discapacidad, ni para las becas.
“¿Y saben que para reformar la Constitución, para quitarles esos derechos requieren dos terceras partes de los votos? O sea, no es la mayoría o el 50 por ciento más uno, no, son dos terceras partes, como 66 por ciento de los votos. Entonces, si no logran eso, no pueden modificar la Constitución. Ya se garantizó que esos derechos estén en la Constitución”.
EL NEGOCIO DE SALUD
El domingo, en la supervisión del proyecto para transformar el hospital materno infantil de Villa de Álvarez en un nosocomio general del IMSS-Bienestar (como lo harán con el antiguo hospital siquiátrico de Ixtlahuacán), López Obrador volvió a referirse al tema laboral, echando aparentemente a todos los sindicatos del sector público en una misma bolsa:
“Y también otra cosa que se está cumpliendo a cabalidad es el que se puedan basificar a todos los trabajadores del sector Salud. Nos encontramos más de 80 mil trabajadores trabajando de manera eventual, por contrato, unos hasta 10, 15 años, una gran injusticia. Por eso no voy a dejar de llamar la atención a los líderes charros, que ahora están muy defensores de los trabajadores, pero guardaron silencio cómplice durante el régimen de corrupción. ¿Dónde estaban?”, les preguntó tras dibujar el esquema de negocios particulares que se tejieron en torno a la salud:
“…porque había mucha corrupción en el sector Salud, imagínense que 10 distribuidores de medicamentos le vendían al gobierno 100 mil millones de pesos al año en medicinas. Y no eran ni siquiera laboratorios, sino eran intermediarios, políticos corruptos que se dedicaban a hacer su agosto, a robar, con el negocio de las medicinas. Y así esta mafia tenía el control hasta de los medios de información, entonces por eso no se sabía lo que realmente estaba ocurriendo en el sector Salud”.
CAMPO DE AVIACIÓN
Dado a las generalizaciones, ¿quiso el presidente darle con el mote de líderes charros un descontón también a Martín Flores, quien este miércoles operará, como secretario general en funciones, su elección para un nuevo periodo al frente del STSGE?
A despecho de lo que le haya dicho en corto a Flores Castañeda, en su mensaje López Obrador fijó los términos de la discusión salarial en el margen de lo financieramente posible:
“…yo me acuerdo que vine a Colima y llevaban no sé cuánto tiempo sin pagarle a los trabajadores, y entró la gobernadora y se les pagó a todos. Claro que somos distintos. Y no se le va a quedar a deber a nadie, todo lo que es justicia va a ser atendido. Lo que no vamos a permitir es la corrupción, cero corrupción, cero impunidad. Y el cobrar sin trabajar es corrupción, no van a haber aviadores”.
¿Les estaba pidiendo el presidente valorar el esfuerzo de cubrir el déficit salarial que Indira heredó de Ignacio Peralta? ¿Estaba Andrés Manuel instando a los trabajadores sindicalizados a no hacer un corte el 1 de noviembre de 2021, y a entender la oferta de tres por ciento de incremento en el contexto de una administración, la de Peralta Sánchez, que dejó de pagar la nómina varias quincenas antes de finalizar el sexenio?
Los burócratas se deben estar preguntando también si el presidente ve como aviadores a los miembros de un comité ejecutivo que están comisionados en sus plazas para ocuparse de los asuntos sindicales. Ello no obstante que varios, empezando por los dos aspirantes a la secretaría general, ya están jubilados.
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