Apenas comienza el 2019 y se han producido tantas noticias que pareciera ya, un año viejo. Las nuevas no siempre son buenas y las hay de resonancia internacional, nacional y local. El Mundo se empeña en demostrarnos que la democracia no funciona de manera automática en ninguna parte y que siempre tendremos algo de lo cual debemos preocuparnos (más allá de problemas meteorológicos, del cambio climático o de accidentes). Y eso repercute en nuestra tranquilidad.
Los Estados Unidos se mantiene un cierre de gobierno ya largo con motivo de los caprichos de un Trump empeñado en construir el muro fronterizo, para lo cual, los legisladores demócratas se empeñan en negar financiamiento al mismo tiempo que los ingleses encabezados por May no encuentran la salida para enfrentar al Brexit, y Francia sufre los enfrentamientos entre los Chalecos Amarillos y Macr0n, como consecuencia de una medida atroz, traicionera e insensible de su gobierno, que encarece los combustibles. Pero también hay problemas en Hungría, España o Italia. Argentina (a Macri nada le sale bien) y Venezuela (con errores de Maduro y oposición internacional interesada) enfrentan también crisis. Y para este año se esperan elecciones movidas en Argentina, Uruguay, Bolivia o Ecuador entre otros países nuestros; pero también en otros cuya importancia es creciente como la India o Indonesia. Brasil ya tuvo su cambio de gobierno al asumir Bolzonaro pero con una regresión importante y se anuncian problemas de primer orden en el corto plazo. Llama la atención la elección de la India, el segundo país más poblado de la Tierra con gran diversidad de religiones (12) y lenguas (22) y donde el voto será electrónico. En total, hay elecciones programadas en alrededor de 80 países.
En México, la guerra contra el huachicoleo roba los titulares y es que no se trata de un asunto menor, que además se complica con la campaña en contra del gobierno en turno. Bien podríamos pensar que, con este combate, López Obrador se ha ganado la antipatía y la mala voluntad de todos aquellos que eran ya sus opositores desde antes de las elecciones y que se han mantenido firmes desde entonces. Aquí se observa una de esas imperfecciones de la democracia: La mayoría de los mexicanos aplaudimos las medidas adoptadas, pero no somos capaces de hacer tanto ruido como quienes se oponen a la medida y es simplemente una ilustración de la asimetría de fuerza económica y una actitud interesada de los medios que se divorcia del interés general de los mexicanos.
Pero esa no es la única preocupación de los mexicanos: Continúa la lucha contra la inseguridad y el narco y el combate a la corrupción abarca otros frentes; discutimos la creación de la Guardia Nacional, el combate a los privilegios de los políticos de arriba, la actitud rebelde de algunos de los órganos autónomos que se niegan a perder privilegios (y a hacer su chamba o a hacerla con bien) y una larga lista de etcéteras.
En Colima continuamos con problemas que derivan básicamente de la indolencia del gobernador Peralta (y de su equipo) para enfrentar y remover los obstáculos que nos lleven a reencontrar la senda del progreso. Y frente a ese Ejecutivo nos encontramos con un Congreso Local dominado por morenos que no logran ponerse de acuerdo en lo mínimo y que se muestra más interesado en luchas intestinas que en realizar su trabajo que no es otro, que cumplir con el mandato popular. Y es que cumplir el mandato popular no resulta tan sencillo. Siempre resulta en una lucha de intereses que es precisamente, la lucha de clases. Me dirán algunos de los escasos lectores, que referirse a esa lucha es un concepto pasado de moda: Pero está presente: En Colima, en México, en Estados Unidos, en Francia, en Inglaterra, en Brasil o en la Argentina; en todos lados. De eso, no nos puede caber duda.
El caso es que ahora la bancada morena en el Congreso local estrena un tercer coordinador (¿la tercera es la vencida?), y ese es Vladimir Parra. Él era quien mejor se apuntaba para ser el primero y las grillas se lo impidieron, así como también se opusieron a que fuera el segundo. Mis deseos son que ahora, el Congreso tome el rumbo correcto, que para eso se votó. ¡A cumplir el mandato popular! Pues, como se dijo, la democracia no funciona de manera automática.
Por ese difícil camino transita la humanidad en Colima, en México y en el Mundo: Y esto sucede cuando se cumplen cien años de la muerte de Róza Luksemburg (Rosa Luxemburgo o Rosalía Luxemburgo) el 15 de enero de 1919 en Berlín. Ella había nacido en Polonia (cuando era parte del Imperio Ruso) el 5 de marzo de 1871 y fue una pacifista y teórica marxista de origen judío, que en 1914 se opuso a la participación de los socialdemócratas en la Primera Guerra Mundial porque era un enfrentamiento entre imperialistas, según decía. Esa oposición marcó su salida del Partido Socialdemócrata Alemán donde militaba y la llevó a fundar un grupo que evolucionó a convertirse primero en la Liga Espartaquista y después en el Partido Comunista Alemán. Sus obras más conocidas son Reforma o Revolución (1900), Huelga de Masas, Partido y Sindicato (1906), La Acumulación del Capital (1913) y La Revolución Rusa (1918). La solidez de sus ideas le significan gran respeto entre los estudiosos marxistas y se ha convertido en un símbolo del marxismo. Después de haber sufrido la cárcel, fue asesinada a tiros por los Freikorps, una milicia nacionalista alemana que trató de acabar con el KPD, el Partido Comunista Alemán. Nunca como ahora resulta más oportuno su recuerdo.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.