Sobre la decisión de las principales cadenas de televisión de Estados Unidos de no difundir el mensaje de Donald Trump por decir mentiras, Jorge Zepeda Patterson –director fundador del diario digital Sin Embargo y actual columnista de la edición para América de El País – platicó con Los Periodistas de La Octava: Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela.
“Es una medida muy controvertida porque lleva al centro de la discusión sobre la responsabilidad ética de los periodistas, de los editores de esos canales en este caso en particular”, les dijo el invitado en la emisión del 6 de noviembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=Ly-6hJwUNhU).
“No es una discusión sencilla. Por un lado, un medio de comunicación tiene la responsabilidad de cuidar la salud de la opinión pública y difundir mensajes e información que considere útiles para la formación de la opinión pública. Pero, por otro lado, estamos hablando de una fuente que es nada menos la institución presidencial de Estados Unidos censurada a la mitad de un planteamiento oficial.
“Hay argumentos a favor y en contra. Vimos que unas cadenas suspendieron el mensaje porque consideraron irresponsable difundirlo, pero otras emisoras decidieron que un planteamiento hecho por el presidente, independientemente del contenido, es en sí mismo un hecho noticioso que los medios están obligados a difundir.
“No hay en los códigos de ética de los editores un caso puntual que defina, categóricamente, qué es lo pertinente. Es una situación inédita que, como las sentencias de los jueces en Estados Unidos, sentará precedentes en un sentido u otro, porque es una primera vez tratándose de un presidente constitucional y de los medios de comunicación de ese país.
“En mi opinión, cada editor tendría que colocarse en esa disyuntiva, para la cual no hay soluciones y donde tampoco sabemos cuál de los escenarios es el menos malo. Pienso que en última instancia, sea la noticia correcta o incorrecta, al ser una fuente institucional de la importancia de un presidente, es responsabilidad del medio dar cuenta de esa información”.
CENSURA, CAJA DE PANDORA
Fundador del diario Siglo XXI que revolucionó el periodismo que se hacía en Guadalajara, y subdirector durante algunos años de El Universal, Jorge Zepeda Patterson advierte:
“La noticia no era el contenido sino que lo estaba diciendo el presidente del país. CNN lo resolvió de una manera muy inteligente: decidió continuar con el discurso pero, tras unos minutos, comenzó a imprimir un cintillo diciendo que lo que estaba señalando el presidente Trump no estaba confirmado y no había evidencia de que fuera cierto. Eso fue más oportuno que, simplemente, cancelar la transmisión.
“Tomar una decisión como editor, juzgando que eso le estaba haciendo daño a la democracia, pesó sobre el hecho de que era una información. Y tan lo era que, luego, todos los medios de comunicación del país tuvieron que decir: ¡miren qué escándalo lo que dijo Trump a pesar de saber que era falso!
Había una razón práctica: “si la primera mitad de la ecuación informativa es lo que dijo Trump, no tiene ningún sentido ocultarlo o pretender no difundirlo”, para luego tener que publicarlo de todas maneras. La otra mitad de la ecuación era también pertinente: dar el contexto de que esa información estaba siendo falseada.
“Otra razón igualmente práctica es que, suspender el discurso de Trump, nos mete en una caja de Pandora: normalizar esa conducta, nos obligaría en lo sucesivo a ser censores de toda aquella información que, a pesar de que está siendo anunciada por una fuente de información, creamos que es dañina para nuestro público. Seguir ese camino es ponernos una camisa de 11 varas porque, ¿cuándo sí y cuándo no una información es falsa?
“Como ya sabemos, comienzan las reverberaciones en México respecto a si lo que dice López Obrador hay que difundirlo o no. Pero lo mismo se pudo decir de lo que mencionaba Peña Nieto o cualquier presidente anterior y gobernador en un informe de labores.
“¿En qué momento un editor de radio, televisión o periódico repara y decide que lo informado no es cierto? ¿En qué momento nos detenemos, al hacer este juicio de valor, a determinar si lo que una fuente está diciendo empata o no con la realidad?”, desmenuza Zepeda Patterson
LA INFORMACIÓN ES LA FUENTE
Para el actual director de Sin Embargo, Alejandro Páez Varela, hay un momento en el que todos los editores toman una decisión acerca de qué publicar. Y uno de los valores fundamentales de esta decisión es qué tan valiosa es la fuente: si la fuente es mentirosa, posiblemente no tenga cabida en una portada.
Si Trump, de manera reiterada, ha contado mentiras, ¿qué habría hecho Jorge Zepeda Patterson con la experiencia de 30 años de tomar decisiones editoriales en periódicos?
“Me quedaría justo con la primera parte de tu reflexión: lo que determina es la fuente. Hay seudoinformaciones que ostensiblemente son amarillistas, escandalosas e incluso falsas, y el editor tiene que evitar aquellas que puedan dañar a la opinión pública. Pero el hecho que la información falsa la dé una institución con las responsabilidades que tiene el presidente, la convierte en información en sí misma. El hecho de que siendo falsa la esté dando una fuente institucional, ¡es la información!”
Y ejemplifica ese dilema: “Cuando un dato aparece en redes sociales, por escandalosa que resulte la presunta muerte de una celebridad y de que, si lo publicamos, nos va a dar tráfico en internet, el medio está obligado a evaluar la fuente de información antes de dar a conocer la noticia. En cambio, cuando el New York Times cita una fuente fidedigna o institucional, no damos por sentado el fallecimiento de esa celebridad sino que una fuente autorizada, fidedigna, probablemente actora en el asunto que compete, está diciendo que murió”.
“En este caso, uno de los contendientes a la presidencia de los Estados Unidos y mandatario en funciones, está diciendo que las elecciones son falsas. La información no es que las elecciones son falsas, sino que el presidente contendiente está diciendo que las elecciones lo son. Hay una enorme diferencia entre ambas cosas, y el deber del medio es presentar como información que el presidente está diciendo eso. Otra cosa es que sea cierta o no, pero la información es la fuente”.
PESÓ MÁS LA POLÍTICA
El reportero de Proceso, Álvaro Delgado, se pregunta si la determinación corporativa de carácter editorial que tomaron las empresas televisoras fue guiada por el interés público, que es la entraña del oficio periodístico, o por una motivación de carácter político.
Para Jorge Zepeda Patterson, “entramos en un terreno absolutamente subjetivo, de valorar o especular sobre las motivaciones que tuvieron estas cadenas. Es algo que sólo se podrá descubrir en el diván del psicólogo”.
“Cualquier periodista que lo piense dos veces tendría que optar por reconocer que la información es, precisamente, que el presidente está informando eso, aunque sea falso. La fuente es un dato informativo. Ya luego diremos si el contenido es correcto o falso, pero la fuente de la información es fundamental porque estamos hablando de uno de los contendientes.
“En última instancia, sí hay un sesgo que tiene que ver con el hartazgo de estos medios con un personaje que una y otra vez les ha tomado la medida, pero eso sería entrar en un terreno absolutamente especulativo.
“Alguien puede pensar que su responsabilidad como medio es cuidar la opinión pública, y que, como esta información no es fidedigna, daña el interés colectivo. Y aunque esa interpretación pueda ser razonable, es parcial y nos deja incompletos”.
DESARMAR LA HOSTILIDAD
¿Cuál es el balance de estos cuatro años de Trump?, pregunta Páez Varela.
“Fueron cuatro años difíciles, en general, con una presidencia tan irresponsable y caótica incluso con sus propios equipos de trabajo, tan desestabilizadora del orden internacional en muchos aspectos. Y, con todo, a juzgar por lo que fue el candidato Trump en la primera campaña presidencial y su enorme hostilidad hacia México, al grado que nos convirtió en uno de los temas centrales de su propuesta de gobierno, tendríamos que decir que los daños sufridos han sido mucho menores a lo que hubiéramos esperado.
“México ha sido víctima de un presidente como Trump, como lo ha sido todo el mundo en términos de la economía mundial, el comercio internacional y la crisis del multilateralismo que él llevó a la ruina. Pero como país vecino, considerando la hostilidad que nos tenía, salimos mucho mejor librados de lo que hubiéramos pensado.
“¿Cuánto de esto es atribución de López Obrador y su enorme espíritu práctico de llevar las cosas por la paz, incluso asumiendo momentos en los que muchos pensaríamos que fueron casi indignos de un presidente mexicano?
“Considerando la hostilidad del vecino, AMLO consiguió lo que era más importante para él: desarmar esa hostilidad. O que por lo menos no se expresara en políticas económicas terriblemente lesivas o nocivas para México. Trump no nos puso de rodillas, pudiendo haber sido terrible el escenario.
“Ahora bien, eso de que nos convenía que siguiera Trump, considerando que de alguna manera el gobierno mexicano actual ya había logrado apaciguarlo, me parece un planteamiento absurdo porque Trump es desestabilizador para todo el mundo.
“Y, por otro lado, en un segundo periodo quién sabe cómo nos habría ido. Todo mundo sabe que en el segundo mandato los presidentes son más puros en su agenda y en su manera de actuar, porque ya no están defendiendo una reelección, ya no están buscando el voto hispano en este caso, como sí lo intentó en el primer cuatrienio. Entonces, podría haber sido muchísimo más radical, independientemente de la actitud benevolente de López Obrador.
“Pero sobre todo, no tener ya un hombre con tantos riesgos, irascible y caótico, tan poco profesional, es una buena noticia para el resto del planeta y para México en particular que lo tenemos en la primera línea de confrontación.”
UN POLÍTICO PROFESIONAL
¿Habrá aire fresco para México con Joe Biden?, pregunta Delgado.
“Hay inercias institucionales que el político profesional que no es Trump no sabría reconocer. Por eso, el margen de riesgo con Trump es que ni siquiera opera en términos de conductas racionales y políticas, sino más bien por arranques. El cambio de presidente es una buena noticia, incluso si fuese otro republicano el que hubiera ganado las primarias y hubiese vencido en la elección.
“Desde luego, hay heridas qué subsanar, pero en la medida que son políticos profesionales los demócratas no nos cobrarán la factura porque López Obrador fue a Washington e hizo buenas migas con Trump, y hasta elogios como dicen. Lo desestimo, justamente, porque business is business para estos políticos profesionales.
“Así como vimos al canciller Ebrard pasar algunos de los años de su exilio en Estados Unidos, construyendo vínculos en particular con el sector demócrata que son los aliados naturales de estas corrientes, en dos días estará restituyendo nuevos flujos de negociación con la administración Biden. El canciller tiene los contactos, y la embajadora de México en Estados Unidos también.
“No es que con los demócratas nos vaya de maravilla, insisto, pero un político profesional en la Casa Blanca es una buena noticia para México y la oportunidad de revisar algunos aspectos que salieron dañados. La promesa de Biden de regularizar a 11 millones de inmigrantes ilegales, ya de entrada es una decisión a aplaudir.
“Otros aspectos favorables derivan de que una de las primeras decisiones de Biden sea el regreso al Acuerdo de París en términos ambientales. Esto ayudará incluso a compensar en México un cierto cuestionamiento, reiterado y legítimo, que se hace a la 4T: su desinterés hacia la agenda ecológica. Que Biden se incline poderosamente a esa agenda y lleve esa preocupación a los tratados bilaterales con México, también es una buena noticia para los mexicanos.
Y cerraron Los Periodistas la entrevista citando una frase que escribió Jorge Zepeda Patterson: “Joe Biden, un hombre cuya principal virtud, si no la única, es que no es Trump”.
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