La portada del número correspondiente al viernes 8 de diciembre en el semanario Siempre! mostró “la silueta de la doctora Claudia Sheinbaum adornada con un listón de suásticas, el símbolo más reconocible del infame régimen nazi”.
Para el diverso grupo de académicos, intelectuales, artistas, activistas y funcionarios públicos que firmaron el manifiesto exigiendo a Beatriz Pagés que “retire la portada de circulación” y “ofrezca una disculpa pública a todas las personas y grupos a los que ofendió con su publicación”, la directora de la revista y su equipo editorial “cruzaron una línea inadmisible en los tiempos que vivimos”.
“La libertad de expresión y de prensa son el pilar de una democracia, pero el ejercicio de ese derecho también conlleva responsabilidades. (…) La portada no sólo es deshonesta y ofensiva contra Claudia Sheinbaum sino con las verdaderas víctimas del fascismo, con sus familiares y con los millones de personas que han luchado por la memoria y la no repetición.”
Los ‘abajofirmantes’ les recordaron “a todos los actores políticos y mediáticos, que hay una sociedad vigilante que no permitirá el discurso discriminatorio contra ninguna minoría o grupo vulnerado”. La exigencia se basó en la noción de que “México siempre ha sido un país de libertades y puertas abiertas. [Y] Esas expresiones no representan nuestra esencia ni nuestros anhelos”.
Marta Lamas y Paola Ojedo lanzaron la petición, entre cuyos primeros suscribientes figuraron los escritores Elena Poniatowska, Ángeles Mastretta, Juan Villoro, Sabina Berman, Carmen Boullosa y Sara Sefcovich; los actores Damién Alcázar y Dolores Heredia; las cantantes Eugenia León y Regina Orozco; el jurista Bernardo Bátiz, el historiador Carlos Martínez Assad, los opinólogos Denise Dresser, Epigmenio Ibarra, Gabriela Warkentin, John Ackerman, Ricardo Becerra, Ricardo Raphael, Jenaro Villamil y Jorge Zepeda Patterson; el monero Rafael Barajas ‘El Fisgón’; los académicos Héctor Vasconcelos, José Gordon, José Woldenberg, Rolando Cordera y Mauricio Merino; las senadoras Olga Sánchez Cordero y Patricia Mercado; o el extitular de SCT Javier Jiménez Espriú, entre otros.
Hay nombres que no tendrían por qué haberse solidarizado con una causa que defiende el honor de Sheinbaum Pardo. Mastretta, por ejemplo, es esposa de Héctor Aguilar Camín quien, al igual que Denise Dresser, es un detractor de la 4T. Pero todos se unieron a una protesta contra un discurso propagandístico (‘No permitamos que gane’) que fue demasiado lejos en sus argumentos.
DISCURSO DE ODIO
El desplegado salió el domingo 10 y, ante la oleada de críticas, Pagés (quien había difundido personalmente la portada original) borró de sus redes sociales la imagen y la sustituyó. Sin ofrecer disculpa pública, Pagés presentó una nueva portada con una rosa blanca y su pretendida justificación de la anterior:
“Este es un testimonio del respeto, admiración y solidaridad con la comunidad judía de México. Nunca fue nuestra intención herirla con la portada publicada en el número 3678 de este semanario. El propósito fue, como lo dice con toda claridad el editorial, oponernos al régimen autoritario que gobierna el país que, de consolidarse en el 2024, pondrá en riesgo las libertades y derechos humanos de todos, incluso a quienes han hecho de la portada una interpretación sesgada e interesada.”
La precandidata presidencial por la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT, PVEM) sostuvo que la portada es una infamia de mal gusto que no hay que dejar pasar. Sheinbaum subrayó, además, que la derecha recalcitrante usa la discriminación y el odio.
Por su parte, en un desplegado firmado por Elías Achar, presidente del Comité Central de la Comunidad Judía en México, este colectivo al que pertenecen destacadas personalidades de la banca, la industria y el comercio; exponentes de las letras, las artes, las ciencias y los medios de comunicación; así como profesionales y funcionarios públicos, señaló:
“La comunidad judía en México rechaza el uso de símbolos nazís para hacer referencia a cualquier candidat@ o persona. Toda comparación con el régimen nazi es condenable e inaceptable”.
PERIODISMO AGORERO
Ciro Gómez Leyva y José Cárdenas, en Fórmula, o Leo Zuckerman en Foro TV le abrieron espacios a Pagés para que explicara el sentido de lo que intentó decir con la portada y las razones por las cuales la retiró. Eduardo Ruiz-Healy (cada vez más cercano a la 4T de lo que puede ser un crítico tan feroz del gobierno de AMLO) fue tajante en su espacio de Fórmula al señalar que Pagés hizo apología del nazismo con la portada que ataca a Sheinbaum y se tendría que disculpar. Por supuesto, todos ellos le abrieron el micrófono para que lo hiciera.
Beatriz Pagés fue diputada federal y asambleísta constituyente de la Ciudad de México por el PRI, al que renunció como resultado de las elecciones internas de ese partido. No por ello, la directora desde 1987 de la revista que fundó su padre, José Pagés Llergo, deja de asumirse como una de las principales voceras de las agrupaciones opositoras contra el gobierno de la 4T, entre ellas la coalición partidista Va por México (PRI, PAN y PRD), frente amplio hoy denominado ‘Fuerza y Corazón por México’. Además de los editoriales de Siempre! que publica por escrito y en video, Pagés Rebollar colabora en el espacio digital Atypical TV que dirige Carlos Alazraki.
A Gómez Leyva, Beatriz Pagés le reiteró su “respeto profundo, admiración y solidaridad con la comunidad judía de México” y su historia de sufrimiento. Pero insistió en que “de ganar Morena las elecciones” entraríamos “a un peligroso proceso autoritario, tal vez sin retorno”. E intentó justificar la campaña de propaganda negra en la que participa, atribuyéndole a la 4T el “escenario de odio y discriminación” que “han sufrido otros pueblos en otros regímenes autoritarios”.
Negó haber traspasado “los límites inadmisibles de la libertad de expresión”, los cuales no están “en el centro del debate” como sí lo está “la disputa por el poder en un contexto político electoral de enorme polarización”.
Para Pagés, firmantes del desplegado como “Epigmenio Ibarra y otros operadores e ideólogos del gobierno son quienes han encabezado la embestida en contra de la revista Siempre!” El periódico La Jornada que publicó en primera plana la nota del manifiesto, es “el vocero más importante” del gobierno.
Y concluyó que, si se recicla Morena “en el poder, esto significaría poner fin a las instituciones democráticas y a la división de poderes”. López Obrador y Sheinbaum “han dicho, con toda claridad, que van por una nueva Constitución” para “elegir a jueces, magistrados y ministros mediante voto popular”, lo que llevaría a someter el poder judicial al ejecutivo.
En resumen, para la ‘periodista’ que ha afirmado, sin rubor y sin pruebas, que los médicos cubanos son guerrilleros comunistas o que en el AIFA aterrizan venezolanos que vienen a sufragar por Morena, votar por la continuidad de la 4T nos llevaría a “un régimen mucho más autoritario y peligroso para las libertades” del que supuestamente ya padecemos.
FASCISTA INCOMPRENDIDA
Ciro recordó (quizá refiriéndose a El Fisgón) que algunas de las personas que firman el desplegado en más de una ocasión han usado la esvástica en sus caricaturas, pero sólo hasta ahora el comité central de la comunidad judía subió a sus redes un comunicado protestando por el uso de la suástica contra cualquier candidato. Dicho eso, le tendió el tapete a Pagés comentando que ella tiene “muy buena relación” con los patriarcas judíos.
Más allá de insistir en el tema de la amenaza a las libertades que –según ella y el ministro en retiro José Ramón Cossío– representaría una nueva Constitución, a Pagés le extraña que Denise Dresser, Mauricio Merino o Patricia Mercado, “a quienes difícilmente podríamos ubicar en este momento de lado de la 4T”, hayan firmado. Pero no que lo hayan suscrito Sara Sefcovich o José Woldenberg, quienes “tienen raíces judías”.
Pagés termina reprochándole a todos esos intelectuales que, como periodistas varios de ellos, están bien informados, tienen claridad y criterio suficiente, no hayan “podido entender” en toda su dimensión “de lo que se trataba” de advertir con esa portada.
MALA PUNTERÍA
Beatriz Pagés, como antes Vicente Fox, es víctima de ‘cancelación’ por parte de los mismos sectores a nombre de los que dice hablar. Ambos fueron censurados por su racismo, cuestionados por parte de sectores que siguen considerando políticamente incorrecto expresar en voz alta su antisemitismo.
Contra la inercia que busca normalizar la guerra sucia como parte de la competencia electoral, lo que conspiracionistas como Pagés llamarían ‘el lobby judío en México’ advirtió, en su propio desplegado, que no tolerará que la propaganda negra ataque a Sheinbaum por su ascendencia.
Hay un antisemitismo latente en México, herencia de una deformación católica que por siglos le atribuyó a los judíos ser los asesinos de Cristo. El origen de esta infamia se deriva, según una teoría muy difundida, de la similitud fonética entre Judas, el nombre del apóstol que traicionó a Jesús, con el gentilicio judío que se deriva, precisamente, de otro Judas, uno de los hijos de Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham. Según el Génesis, Jacob fue renombrado Israel por Yahveh.
Si la propuesta electoral de Morena para 2024 es el Plan C, alcanzar mayoría calificada en las cámaras del Congreso de la Unión para que la siguiente Legislatura apruebe las reformas constitucionales que quedaron pendientes en este sexenio, la oposición recupera de la agenda de 2018 el ‘petate del muerto’ de una nueva Constitución para asustar a los votantes.
La Carta Magna de México está tan parchada y desvirtuada en los derechos y definiciones que plasmó el Constituyente de 1917 que, por lo menos, requiere de una nueva redacción: una reescritura que recupere ese espíritu social y la depure de todas las contradicciones que dejaron como residuos las sucesivas contrarreformas, especialmente las que se aprobaron a partir del ciclo neoliberal.
Sin embargo, la ‘idea fuerza’ que pensaron los publicistas al servicio de la derecha es que una nueva Constitución –contra el sentido común que entiende un texto de esta naturaleza como fundamento de toda legalidad en un país– supondría la justificación de una dictadura.
En la estrategia de sembrar miedo ante el cambio de gobierno, se equivocó Pagés al confundir socialismo con fascismo. Y, en el exceso de acusar a Sheinbaum de nazi, olvidó algo tan obvio como que la precandidata de la 4T es de ascendencia judía.
La comunidad judía en México se encargó de recordarle a Pagés y a todos los que como ella pensaron que el mayor insulto que pueden proferir contra Sheinbaum se relaciona con la religión de sus ancestros, que no permitirá una campaña negra basada en el tema racial.
En su voracidad por calumniar a Claudia, Beatriz no calculó que acusar de fascistas a los judíos es un tema muy sensible en el marco del conflicto árabe-israelí. De eso acusa una parte de la opinión pública mundial al gobierno de Benjamín Netanyahu en relación a la política de exterminio que está desplegando contra los palestinos.
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