QUÉ MALA ES MAMÁ

Declamaba Héctor Gagliardi: ‘Los hijos son la esperanza / y el porqué de nuestras vidas / Por eso nunca les digas / ¡ah, cuando venga tu padre!’ Sin embargo, lo que Indira Vizcaíno observa es que las madres siempre son las villanas porque el padre quiere ser el héroe. Como cuando una madre lleva a vacunar al hijo y la criatura llora, el marido los recibe diciendo: “qué mala mamá tienes”, ¡cómo te hace sufrir!

En el desayuno con mil y un mujeres del sábado 11 de marzo de 2023 en Comala, la gobernadora de Colima expuso “esas pequeñas cositas de la vida cotidiana que nos van creando la idea de lo que tenemos que ser y no, mujeres y hombres”.

Lo hizo para explicar su visión del feminismo no sólo como la lucha por la igualdad de oportunidades, sino como un cambio de las mentalidades masculinas con un objetivo específico: acabar con toda forma de violencia de género.

Para los hombres, las mujeres son esas “viejas chillonas que no deben estar donde se toman decisiones duras”. Ellos, en cambio, son capaces de reprimir sus sentimientos como parte del fenómeno patriarcal. “Llorar, expresar nuestras emociones o enojarnos, no nos hace menos valiosas ni menos inteligentes, ni menos resueltas a encarar historias de vida” de mujeres que han sido violadas, violentadas físicamente o asesinadas.

“Y cuando uno ve manifestaciones como las del 8 de marzo (8M) donde las mujeres se sienten con la libertad de no tener que pedir permiso para salir a gritar y a exigir que nos traten como igual”, frente a esas acciones que son “una expresión de rechazo al patriarcado” las mujeres del gobierno de Colima “somos las primeras obligadas” en respetarlas, comprenderlas y en buscar cómo evolucionar y avanzar “en materia de igualdad”.

COMPARTIR EL ENOJO

Las reacciones a la primera entrega de esta columna dedicada a reseñar las palabras de ‘les Gobernadora de Colima’ (como la llama Catalina Suárez, directora general del Instituto Colimense de las Mujeres), especialmente las formuladas por varones, revelan que no muchos colimenses entienden la lógica entre enojo acumulado y daño al patrimonio histórico y artístico o al mobiliario urbano por parte de las manifestantes feministas.

Vizcaíno Silva escribió en sus redes sociales minutos después que se difundieran las imágenes de las manifestantes del 8M pintando los muros de Catedral y Palacio de Gobierno, cuyas puertas derribaron para luego prenderles fuego:

“Personalmente y el gobierno que encabezo no sólo respeta el derecho de las mujeres a manifestarse y alzar la voz. En distintos momentos de mi vida he marchado por causas que considero justas. Compartimos el enojo por las desigualdades y violencias que las mujeres enfrentamos; trabajamos para atender los problemas que las colimenses enfrentamos y sus causas profundas. Aunque no comparto ningún tipo de violencia o daño a patrimonio público, sus cuerpos, sus derechos y sus vidas son más importantes. La transformación que se lleva a cabo en Colima es y se mantendrá feminista.”

ES INJUSTO, MAMÁ

Volviendo a su mensaje en Comala, Indira sostiene que dejaremos de ver marchas como las del 8M cuando ya consideremos que todos somos iguales, cuando “se nos garantice nuestro derecho a ser tratadas igual en absolutamente todos los aspectos de la vida”.

Es un cambio generacional, enfatizó, y lo ejemplificó con su hija Julieta que a los cuatro años ya era capaz de entender –porque aún no se había apropiado de los estereotipos– lo injusto de que, en la escuela, la actividad deportiva para los niños fuera el futbol y, para las niñas, ‘porristas’. Ahora, el desafío es evitar que su otro hijo, Rodrigo, de seis años, tampoco asuma esos prejuicios.

No es difícil educar para la tolerancia, basta con no destruir la conciencia que los niños y las niñas pequeñas tienen respecto a que todos somos iguales. Y es suficiente con no cerrar la apertura mental que los niños tienen de manera intuitiva, explicó.

Su propia hija, a los seis años, le dio otra lección de equidad cuando le preguntó por qué algunos niños de su escuela tenían dos mamás o dos papás. “Yo apliqué la de mamá: ¿tú por qué crees?” Y la niña contestó: ‘Pues, porque se aman’.

GENERACIÓN BISAGRA

Es un cambio generacional “y nosotras somos una generación bisagra que ya va comprendiendo las violencias de las que hemos sido víctimas las mujeres” y, ahora, quiere ahorrarles a los más jóvenes por lo menos 10 años de recorrido en este camino.

Lo hacen con el gabinete estatal que más mujeres tiene: 60 por ciento de sus miembros. “Primero, tenemos que confiar en nosotras; segundo, reconocer el valor que tenemos las mujeres. Para que, luego, cuando haya campañas políticas no nos digan que no hay mujeres” que puedan ser buenas candidatas porque no tienen experiencia o, simplemente, porque no les gusta hacer política siendo que nadie les ha preguntado.

“Entonces, en la medida que haya más mujeres en los espacios de toma de decisión, todas las mujeres nos empoderamos más. Está demostrado sociológicamente: cuando hay mujeres donde se toman decisiones, las mujeres de esa sociedad se sienten más empoderadas, más seguras, más libres, más representadas, porque saben que si una de ellas llega con cualquier mujer que está en un espacio de toma de decisiones a contarle una violencia en la que es víctima, nos vamos a poner de su lado.”

“Porque también es cierto que las mujeres hacemos las cosas distinto: somos más organizadas, mejor administradas. Por siglos, a las mujeres nos educaron para cuidar a los hijos, a los padres, a los abuelos, a los enfermos y al marido. Tenemos un sexto sentido que no es tanto una carga genética como el resultado de hacer ese trabajo de cuidadoras”. Una intuición femenina que los hombres desarrollarían igual si pasaran más tiempo con sus hijos.

“Me pasa hoy como gobernadora: llegué a la casa, se estaba bañando mi hijo Rodrigo y, de pronto, gritó. Yo me pregunté alarmada, ¿qué tiene? Y mi marido que es el que está pasando más tiempo con ellos, me dijo: ‘Nada, ese grito es de que le cayó jabón en los ojos’.”

Es la convivencia, el trabajo, el que te hace desarrollar ese sexto sentido, subraya Indira. Pero el instinto de cuidar es lo que está haciendo que las mujeres, “cuando gobernamos, busquemos seguir cuidando. Se vio en la pandemia: los países que mejor la enfrentaron fueron justamente los que estaban encabezados por mujeres”.

NO HAY DINERO FÁCIL

Para su gobierno, aclaró, se ha convertido en una prioridad invertir en salud y en educación como formas de recuperar la paz. “También somos conscientes que la violencia no se resuelve viendo para otro lado”. Recuperar los niveles de seguridad y tranquilidad que queremos tener en Colima lleva un proceso que empieza por garantizar la educación y evitar las desigualdades, para que no sea una preocupación de la gente enfermarse porque saben que van a tener acceso y derecho a la salud.

“Queremos formar nuevas generaciones a las que les inculquemos que el dinero fácil no existe”, a las que enseñemos el valor de la responsabilidad y del trabajo, así como la obligación de cuidarnos como sociedad. “Nos toca darles las herramientas”, que no sea pretexto la falta de uniforme, mochila, útiles o computadora.

Gracias a los programas del Gobierno de México, las mujeres que son “las más pobres entre las pobres” han podido resolver muchos problemas. “Muchas adultas mayores que reciben su pensión se han atrevido a dejar círculos de violencia, porque ya tienen un ingreso seguro”. Y ahora que hay una beca para todos los jóvenes que estudian preparatoria en las escuelas públicas, “las más beneficiadas somos las mujeres porque éramos las que más abandonábamos la escuela” ya que los papás le daban prioridad a la educación de los varones.

“Ser económicamente autosuficientes permite menos violencia, porque la mujer tolera menos. Ahí está el origen del sistema patriarcal, nos tratan como princesas ¡para tener el control!”

POSIBILIDAD REAL

Es un proceso generacional, insistió Indira. “Tengo la dicha de ser la segunda mujer gobernadora en Colima, el primer estado de México y de América latina en ser gobernado por una mujer”. Pero luego que Griselda Álvarez Ponce de León llegó al poder en 1979, en 42 años sólo hubo en el país siete mujeres electas gobernadoras contra más de 250 hombres.

En 2021, cuando fue electa Indira, en un solo proceso y gracias a las cuotas de género el país tuvo al mismo tiempo siete mujeres gobernantes electas. Ahora son nueve pero todavía la representación femenina en el poder ejecutivo no llega ni a un tercio de las 32 entidades federativas.

Sin embargo, estamos “ante la posibilidad real de que una mujer con las características, las capacidades, el entorno y el momento histórico” logre ser la primera mujer presidenta de México. Para conseguirlo “tendremos que unirnos todas, porque las mujeres podemos pensar de diferentes maneras pero siempre pensamos en favor de nosotras mismas, estemos donde estemos”.

Gracias a este cambio generacional, “muchas de sus hijas en la campaña me decían que estaban emocionadas porque sentían que, si yo era gobernadora, ellas iban a poder ser lo que quisieran. Y si bien “esas niñitas de primaria todavía no conciben el machismo ni saben qué es el sistema patriarcal, sí entienden que tienen menos oportunidades y que si consiguen que lleguen más mujeres, ellas también pueden lograr más. Esa es la responsabilidad que tenemos todas, seguir exigiendo avanzar en los espacios políticos y de desarrollo profesional”.

Hay un cambio generacional, nuestras niñas ya no crecen con princesas de Disney desvalidas como Blanca Nieves y La Bella Durmiente, dijo Indira, sino con Mulan, Frozen o Valiente, heroínas que defienden sus derechos. Y estamos obligados a impulsar ese cambio generacional. Que sea más veloz y le ahorremos una brecha a nuestras hijas y a nuestras nietas, pero también a nuestros hijos y a nuestros nietos, para que aprendan a vivir en igualdad.

Y se despidió con el deseo de que las asistentes a ese desayuno prendan la chispa con su vecina, la amiga o la conocida para decirles: “no estamos solas, en este gobierno van a encontrar toda la confianza para romper los esquemas y los estereotipos de violencia de los que hemos sido víctimas. Porque nosotras siempre les vamos a creer primero a ustedes”, reiteró.

MUCHOS FALTANTES

Lamentablemente, entre la concurrencia al desayuno había pocas jóvenes de la generación a la que pertenecen las ‘morras’ que marcharon el 8M y, específicamente, dañaron Palacio de Gobierno.

Como señalaron algunas de las entrevistadas por este medio: no ven a Indira Vizcaíno como ‘una chamaca de su edad’, la miran como una mujer de otra generación y con otras circunstancias (madre y esposa) que no viven ellas.

Lo más significativo es que la identifican como ‘una figura de autoridad’ que, además de creerles y ponerse de su lado, debería estar exigiendo a los hombres que trabajan con su gobierno –tanto en la Fiscalía General de Justicia como en la Secretaría de Seguridad o en el Poder Judicial– atención urgente al tema de las desaparecidas y los feminicidios.

El mensaje de Indira en Comala caló bien entre las mujeres adultas y adultas mayores que acudieron al evento, pero acaso siguen faltando canales de comunicación con las activistas más radicales, como las que se manifestaron el martes 14 en reclamo al acoso sexual por parte de maestros de planteles como el CBTIS 19.

Estas chicas tendrían que ser aliadas naturales de Indira Vizcaíno, la gobernadora más joven del país, la misma que nombró un gabinete en su mayoría compuesto por mujeres (tanto o más jóvenes que ella) y acaba de prometer que, en 2024 con Claudia Sheinbaum, “el patriarcado va a caer”.

Por sus edades, muchas de esas muchachas recibieron la beca ‘Benito Juárez’ que ofrece el gobierno federal a los estudiantes de nivel medio superior de planteles públicos, y tienen hermanos que han recibido las ‘colibecas’ de computadora que ha estado entregando la administración de Vizcaíno Silva.

Reconocer la histórica deuda hacia las mujeres y el compromiso del régimen feminista de Indira con este pasivo moral, es un buen comienzo. Pero, como en la fotografía con la que ilustró su comentario Catalina Suárez, el reclamo de las activistas que llegaron a Palacio de Gobierno a ‘les Gobernadora de Colima’ es más simple que una mera igualdad de oportunidades. Ellas escribieron en las pancartas: “Que ser mujer no nos cueste la vida”, y “¿Por qué algo tan simple como volver a casa es un privilegio?”

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