RADIO SIN PRESUPUESTO

Si hay un medio de comunicación que desde hace años ha venido combatiendo la infodemia es precisamente Radio Educación, pondera Ernesto Ledesma, quien lamenta la situación actual de esa emisora pública: se encuentra, literalmente, entre la vida y la muerte.

Desesperado, personal de confianza y sindicalizado inició una campaña en las redes sociales, con boletines y videos, para exponer la problemática de su centro laboral. Y, en el marco del 96 aniversario, advirtieron en un foro los riesgos que enfrenta la emisora: no sólo que vaya reduciendo su cobertura informativa y el alcance de la señal, sino que los trabajadores se queden sin empleo.

En su noticiario Perspectivas de Rompeviento TV, el 5 de noviembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=Hw7AimqqVek) Ernesto Ledesma conversó con Graciela Ramírez Romero, representante del sindicato de Radio Educación. La productora que trabaja desde 1974 en la emisora, explicó:

“La movilización es para que se corrija el presupuesto destinado a Radio Educación en 2021. Nos asignaron apenas 77.2 millones de pesos. Eso significa una reducción de 4.6 por ciento con respecto al año pasado, no obstante haber sufrido disminuciones que llegan al 20 por ciento de 2012 a la fecha. Un nuevo recorte nos dejaría por debajo del nivel de sobrevivencia.

EQUIPO DE DESECHO

“En años anteriores, Radio Educación obtuvo por primera vez y de manera muy tardía dos frecuencias para operar señales de FM: una en Mérida, Yucatán, y otra en Ciudad de Mexico. Ya tenía una concesión de frecuencia modulada en Hermosillo, Sonora, y otra en Morelia, Michoacán, pero no cuenta con recursos suficientes para poner en funcionamiento esas repetidoras.

“La estación en Hermosillo se va a inaugurar gracias al apoyo de la Universidad Autónoma Metropolitana que nos donó un transmisor que ya habían desechado, y de Radio Sonora que albergó nuestra antena allá. A fin de cumplir los términos y plazos que pone el Instituto Federal de Telecomunicaciones para no retirar la frecuencia, saldrá al aire de manera muy austera, sin un transmisor de respaldo.

“En la administración pasada, Radio Educación se concibió –más que emisora educativa– como un servicio nacional de comunicación cultural, con varias señales de FM y el sitio digital. Pero esa consolidación no será posible por falta de presupuesto.

“Aparte, tenemos muchos problemas desde hace varios años con el transmisor de amplitud modulada. Opera a una potencia menor porque ya es viejo, se calienta y le tienen que bajar la potencia. La emisora no tiene, entonces, la cobertura que está planteada.

“Los problemas presupuestales tienen una dimensión tecnológica que afecta la transmisión y, por ende, los alcances para llegar a las audiencias. Pero hay otros problemas que se vienen arrastrando desde hace años, como la digitalización del acervo fonográfico con miras a conservarlo.

“En la fonoteca de Radio Educación están todos los programas grabados desde los años setenta. Es la memoria histórica y cultural de México. Recoge voces de izquierda y de los sectores alternativos que han tenido manera de expresarse en esta emisora.

“Son 163 mil 222 grabaciones producidas durante más de 50 años, y hay que terminar de digitalizarlas para conservar adecuadamente los fonogramas. Sin embargo, hay problemas con el pago de los softwares.

“Lo mismo ocurre con el sistema de gestión de la programación: Dalet. Ya está dando problemas y frecuentemente salimos del aire.

“También ha sucedido que material ya digitalizado se pierde o queda atrapado en los servidores, debido a que no se está pagando la renta del software ni el mantenimiento del equipo de cómputo”, resumió Graciela Ramírez.

MÁS PARA UNOS…

En el presupuesto general que se asignó a los medios públicos, reporta Ernesto Ledesma, hay un contraste entre los medios que recibieron aumentos y los que sufrieron recortes entre 2020 y 2021: el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) tuvo un incremento del 4.4%, Canal Once del 3% e IMER del 1.5%; mientras que Radio Educación tuvo una disminución del 4.7%, Televisión Educativa del 6.4% y Canal 22 sufrió un recorte del 16.5%.

¿Cuál es el criterio?, ¿por qué a uno se les recorta y a otro no?, ¿quién decide?, pregunta Ledesma, quien asume erróneamente que la propuesta original de un presupuesto con más recursos para Radio Educación, se envió al SPR y de ahí a la Secretaría de Hacienda.

Radio Educación, explica Graciela Ramírez, está adscrita a la Secretaría de Cultura. “Y parece que ahí se dio el recorte a lo que estábamos proponiendo, antes de presentar el presupuesto a Hacienda”.

La radialista intuye que el titular del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, interpreta que si está apoyando al SPR lo hace con todos los medios públicos. Y, efectivamente, está dando un recurso bastante importante a través del Sistema, pero el presupuesto de Radio Educación, sobre todo lo que tiene que ver con infraestructura, viene de Cultura. El SPR no puede canalizar recursos a Radio Educación.

“El presidente del SPR, Jenaro Villamil, ha planteado como alternativa la posibilidad de convenios de coproducción para algunas series, y prestarnos su infraestructura para que podamos llegar más lejos en algunos programas especiales donde se tengan que enlazar las emisoras públicas.”

El personal de Radio Educación ha tratado de convencer a los legisladores. Hablaron “con diputados de la comisión de Presupuesto y los de Cultura que preside el licenciado Sergio Mayer. Nos atendieron con mucha amabilidad y prometieron tratar el tema en sus reuniones”.

Un presupuesto de 77.2 millones de pesos no alcanza para consolidar todas las señales de frecuencia modulada que Radio Educación tiene asignadas, ni para renovar los equipos de transmisión en amplitud modulada. Y aun cuando Hacienda decidiera aumentar el presupuesto que llega a través de la Secretaría de Cultura, sostiene Ramírez Romero, eso serviría apenas para costear la infraestructura que necesita la emisora. Quedaría pendiente la digitalización para la conservación del acervo e, incluso, la cuestión de los salarios.

SUELDOS BAJÍSIMOS

“Somos alrededor de 163 trabajadores de base, con plaza federal. Claves que heredamos de la Secretaría de Educación Pública donde, por no ser maestros, nos dieron las plazas más bajas del escalafón: siete mil pesos mensuales”, se queja Graciela Ramírez.

“Por esta razón, desde hace muchos años se implementó en la emisora el pago por trabajos extras, percepciones que llegan a superar una, dos o hasta tres veces el monto salarial de la plaza.

“Se hace mucho trabajo extraordinario dentro de la estación, pero dichos tabuladores marcan una cantidad mínima porque se quedaron estacionados hace más de 11 años. El máximo son 700 pesos que es, por ejemplo, el pago a un productor. Para un asistente de producción, es de 400 pesos. El pago a un locutor o a un reportero, por un programa de una hora, es de 550 pesos.

“Por eso los trabajadores de la emisora se indignaron al enterarse que algunos programas del Once costaban 100 mil pesos por episodio. Claro, la televisión es más cara, pero sí hay un abismo muy grande en los pagos entre uno y otro medio.”

[Ramírez Romero dice esto en obvia referencia a John y Sabina, aunque la nota que denunciaba los contratos millonarios de Ackerman y Berman con la televisora del IPN resultó ser fake news, ya que las cantidades señaladas correspondían al presupuesto de todo la temporada y al pago de todo el personal].

Este desfase salarial no sólo afecta a los trabajadores de base sino también a los prestadores de servicios profesionales: jóvenes que colaboran en las series haciendo guiones, voces o reportajes. Les pagan por honorarios desde hace 10 y, algunos, hasta 15 años.

Con esos sueldos y falta de certidumbre laboral, la expectativa de una jubilación es mínima y se está produciendo un nudo que no permite el cambio generacional. “La gente no se va a ir con siete mil pesos de pensión”, expone Ramírez Romero.

POCA POTENCIA

“La situación del país es complicada, pero la demanda histórica de nuestra organización sindical siempre ha sido que, en Radio Educación, se cree el modelo laboral propio de una radiodifusora”, sostiene Graciela Ramírez.

“Estamos considerados como una oficina, parte del sector central de la Secretaría de Cultura ahora pero, en la SEP, estábamos como técnicos manuales y administrativos. Mientras no tengamos un sistema propio, con nuestra propia normatividad y catálogo de puestos, será muy difícil que esto cambie.

“Tiene que ver también con el carácter jurídico de la emisora: somos un órgano desconcentrado. Todos los demás medios públicos son descentralizados, y eso les permite mayor autonomía de gestión. Nosotros estamos amarrados por la figura jurídica.

“Como todas las radiodifusoras del mundo, Radio Educación debe emprender procesos de reconversión digital y revisión de su estructura laboral, su organigrama, para poder modernizarla. En 2024, cuando este sexenio termine, la estación cumplirá 100 años. Y queremos llegar al centenario con una emisora moderna, viva y actualizada, porque la ciudadanía se lo merece.

“En estos cuatro años que le quedan al actual gobierno, se puede hacer esa revisión para que se produzca el cambio generacional, la reconversión digital y la ampliación en la cobertura de la señal. Los tres mil watts de potencia de la emisora donde se origina la señal, no son nada comparados con los 100 mil de otras estaciones”, expone Graciela Ramírez.

SERVIDOR SATURADO

“Con una base laboral muy participativa y consciente de que Radio Educación se debe a sus audiencias, la estación ha salido adelante porque los ingenieros hacen peripecias en la planta de transmisión para mantener la señal al aire, mientras productores, locutores y redactores hacen programas con el mínimo indispensable. Todos los trabajadores asumen tareas extraordinarias que no son remuneradas, por ejemplo, subir los podcast a las redes sociales.

“Es muy muy frustrante para ellos recibir reportes de las audiencias porque la estación no se escucha. Y ante la frecuente caída de la señal radioeléctrica, internet es la alternativa: el público puede acceder no solamente a los programas en vivo, con la calidad sonora necesaria, sino que haste hace poco también podía consultar los programas y escuchar, compartir y descargar podcasts.

“Todavía el año pasado teníamos más de 10 años de producción subidos al servidor, pero a falta de dinero se tuvieron que bajar todos los podcast, lo cual implicó también mucho trabajo, porque el servidor ya no da abasto”, señala Ramírez Romero.

FOROS DE DISCUSIÓN

Para analizar la situación de Radio Educación, el personal realizó un foro interno de manera virtual, en el que los trabajadores presentaron un diagnóstico de los problemas y propusieron soluciones. Ese primer foro no se dio a conocer, pero próximamente lo van a difundir para fortalecer su lucha por un mayor presupuesto.

Del miércoles 4 al sábado 7 de noviembre, realizaron un segundo foro, ahora externo, llamado Radio Educación en Voz Alta. “Empezó con una mesa sobre la relación de los otros medios públicos con esta emisora; siguió con un estudio sobre el desafío tecnológico en el que los ingenieros hablaron, como dicen ellos, de los fierros; continuó con otra mesa sobre la situación laboral y, concluyó, con una dinámica en la que participaron los radioescuchas”, reseña Graciela Ramírez.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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