En su novela más reciente, Tiempos recios (Alfaguara, 2019), el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa cuenta cómo Sam Zemurray, dueño de la United Fruit Company, buscó al creador de las relaciones públicas, Edward L. Bernays, para cambiar la pésima imagen que la empresa platanera tenía dentro y fuera de Estados Unidos.
En 1948 la publicidad era “una especialidad que si no se había inventado, él la llevaría (a costa de Guatemala) a unas alturas inesperadas, hasta convertirla en la principal arma política, económica y social del siglo XX”.
Bernays que había dado a la imprenta en 1928 su más célebre libro, Propaganda, descrita como el arte de manipular, no es conocido por haber diseñado logotipos o redactado frases publicitarias memorables, sino por la manera en que usó sus buenas relaciones con “diplomáticos, políticos, dueños de periódicos, radios y canales de televisión, empresarios y banqueros de éxito”, para sus campañas.
Mientras, Zemurray había logrado convertir a varios países de Centroamérica en auténticas repúblicas bananeras, “disputándose el terreno con otros aventureros como él a punta de pistola y a cuchillazos”, “engañando a campesinos e indígenas ignorantes”, sobornando a autoridades y negociando con dictadores codiciosos o estúpidos, con el argumento de que estaba “creando miles de puestos de trabajo, tendiendo vías férreas y conectando la barbarie con la civilización”.
LA AMENAZA COMUNISTA
Desde la llamada Revolución de Octubre en la Guatemala de 1944, la UnitedFruit comenzó a sentirse en peligro. “Las ideas y relaciones de Bernays serían utilísimas para derrocar al supuesto ‘gobierno comunista’ guatemalteco y reemplazarlo por uno más democrático, es decir, más dócil a sus intereses”.
El ‘socialismo espiritual’ de Juan José Arévalo molestó a la compañía, porque quien fuera presidente de 1945 a 1950 hizo aprobar “una ley del trabajo que permitía a los obreros y campesinos formar sindicatos o afiliarse a ellos”.
Ya asociado a Zemurray, Bernays fue a tantear el terreno. A su regreso, presentó al Directorio de la compañía en Boston un informe en el que reconoció que: “El peligro de que Guatemala se vuelva comunista y pase a ser una cabecera de playa para que la Unión Soviética se infiltre en Centroamérica y amenace el Canal de Panamá es remoto, y yo diría que, por el momento, no existe”.
Poca gente en Guatemala sabía qué era el marxismo o el comunismo. Arévalo era de hecho anticomunista, pero “su amor desmedido por la democracia representa una seria amenaza para la United Fruit”, les dijo Bernays a los accionistas.
El mandatario guatemalteco quería construir en su país una democracia como la de Estados Unidos, pero, a juicio del publicista, sus sueños eras peligrosos por irrealizables:
En ese país de tres millones de habitantes, el 70 por ciento eran indios analfabetos que apenas habían salido del paganismo, y la minoría blanca, “conformada por latifundistas racistas y explotadores, desprecia a los indios y los trata como esclavos”.
Tal era el diagnóstico. El tratamiento consistiría en operar simultáneamente sobre el gobierno de los Estados Unidos y la opinión pública norteamericana. Había que convencera ambos de que el peligro que supone el comunismo en Guatemala, es tan grave que debía conjurarse de inmediato.
Bernaysnegoció con los dueños de medios impresos y cadenas de radio y televisión, además de masajear el ego de los periodistas con primicias que luego ‘la prensa libre y progresista’ revelaría al mundo.
Ya en el gobierno del coronel Jacobo Árbenz, la antes desconocida Guatemala empezó a aparecer en los periódicos y revistas de referencia, pero siempre en reportajes que mostraban el peligro que suponía para el mundo libre la influencia de la Unión Soviética en gobiernos “que, aunque de fachada querían aparentar un carácter democrático, estaban en verdad infiltrados por comunistas”.
DESAFÍOS A LA LIBERTAD
Vargas Llosa, el novelista, sigue empeñado en desmentir los argumentos de Vargas Llosa el ensayista que, como un cruzado del liberalismo, lanza discursos admonitorios contra el populismo en América Latina.
Lo que describe el autor en ese primer capítulo de Tiempos recios ocurrió durante la Guerra Fría. La distancia le permite señalar que toda esa paranoia que llevó al contribuyente estadounidense a aprobar el gasto millonario que suponía patrocinar invasiones y golpes de Estado, especialmente en América Latina, fue alimentada por la clase política y los medios de comunicación para proteger intereses privados.
Justo ahora, cuando el mundo atestigua cómo la pandemia hace colapsar la globalización y culminar la muerte del neoliberalismo como modelo económico, tres periodistas mexicanos sacaron del baúl de su abuelito amarillentos y quebradizos panfletos anticomunistas.
Hubo consigna, por supuesto. De otro modo no se explica la sincronía con la que actuaron Pedro FerrizHijar, Pablo Hiriarty Carlos Mota.
PEDRO Y EL LOBO
Pedro Ferriz Santacruz fue el locutor de voz estentórea en ‘El gran premio de los 64 mil pesos’, que además de cubrir los viajes espaciales se dejó llevar por la fantasía extraterrestre de que ‘Un mundo nos vigila’.
Cuando vino a la Universidad de Colima para participar en una mesa redonda sobre el 68, Ferriz abuelo coincidió con Gonzalo Castellot en que el presidente Díaz Ordaz había ordenado la masacre de Tlatelolco para salvar a México de una conjura comunista.
Pedro Ferriz de Con, por su parte, es el conductor de noticias con voz tipluda que, en un audio filtrado en abril pasado donde se recoge una conferencia multilínea que sostuvo al parecer con miembros del ITAM (https://sipse.com/mexico/tuiteros-acusan-golpe-de-estado-filtran-audio-de-pedro-ferriz-con-miembros-del-itam-362539.html), advirtió que el presidente López Obrador está llegando al límite y que, por tanto, es necesario tomar otro rumbo.
En la conferencia, Ferriz padre ofrece usar su programa, “hasta que me lo quiten”, para difundir la campaña: “No tenemos presidente, no hay gobierno”.
Y asegura que es momento de asumir riesgos y de que el país se dé cuenta que “a situaciones diferentes debemos tener actitudes diferentes”.
El frustrado aspirante presidencial independiente no negó esas afirmaciones, al contrario. En entrevista con Fernando del Rincón en CNN en Español (https://www.youtube.com/watch?v=yxD3j5Fqv7k), justificó sus dichos con el argumento que López Obrador fue el primero en dar un golpe de Estado. E hizo un juego de palabras para fundamentar su aserto: “El hombre que mandó al diablo a las instituciones, hoy está al frente de las instituciones”.
NO ES CHISTE, ES CRIMEN
Pedro Ferriz Hijar, cuya voz es tan aflautada como la del padre, lanzó en Twitter la siguiente pregunta: “Si usted advirtiera que México se acerca al comunismo, ¿apoyaría un golpe de Estado?”
El sondeo de Ferriz nieto recibió 44 mil 280 votos, de los cuales el 58.4 por cientofue por el sí. Un segundo tweet, con la condicionante “si gravitáramos al comunismo, ¿usted apoyaría un golpe de Estado?”, recibió 70 por ciento de votos a favor en 23 mil 698 respuestas.
Estos resultados,por lo demás, son esperables en una cuenta que suelen visitar quienes comparten las ideas antilopezobradoristas del titular.
Entrevistado por Hernán Gómez en La Octava, el 20 de mayo de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=oTZ8wvwP-GI), Pedro III se escudó en su derecho como periodista a preguntar qué pasaría si Andrés Manuel López Obrador gravita hacia el comunismo,¿cómo responderíamos los mexicanos?
El ex conductor de noticias en Estrella TV, donde fue cesado en medio de un escándalo que lo sumió en una fuerte depresión, tras haber sido sorprendido por su esposa en la cama con un travesti (https://www.tvnotas.com.mx/noticias-espectaculos-mexico/esposa-de-pedro-ferriz-hijar-lo-cacha-con-un-travesti), se negó en todo momento a admitir que estaba haciendo un abierto llamado a la sedición.
Hernán Gómez citó comentarios como el de Álvaro Delgado que, en otro tweet, dijo que este tipo de llamado no es un chiste ni un impulso desde el rencor y la ignorancia, es un llamado a la violencia y al crimen.
Mientras que el catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, Francisco Burgoa, advirtió que quien solicita un golpe de Estado podría incurrir en delitos como los de sedición y motín, rebelión y uso de armas prohibidas por la ley y las reservadas a las fuerzas armadas.
EL FANTASMA DE PINOCHET
A Julio Hernández López, en la emisión del 20 de mayo de Astillero Informa (https://www.youtube.com/watch?v=dgOumNjWqXU), le parece un despropósito hablar de la subversión del orden constitucional por parte de las fuerzas armadas, para quitar del poder a un gobernante legítimo, electo en las urnas.
El caso más recordado de golpe de Estado es Chile, donde en 1973 un cuartelazo encabezado por el general Augusto Pinochet depuso al presidente Salvador Allende, dando inicio a una dictadura militar que sirvió para probar sobre el terreno las tesis neoliberales de Milton Friedman.
Sin embargo, Ferriz Hijarno fue el único que abordó el tema. Como observa el mismo Julio Astillero, la víspera Pablo Hiriart y Carlos Mota escribieron columnas en donde leen la convocatoria de Morena para lograr un Acuerdo para el Bienestar, como evidencia de que en México vamos hacia el comunismo. De eso hablaremos en una siguiente entrega.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.