Un nuevo uso para las instalaciones militares

Continúa el debate con respecto al destino que depara al terreno que ocupa el Campo Militar de la Cazada Galván una vez que las dependencias militares que lo ocupan sean trasladadas a sus nuevas instalaciones ubicadas en Loma de Fátima.

El gobernador Peralta toma ante estos hechos una posición muy cómoda: Nombra un Comité para que decida el destino que se dará a este terreno.

No es la primera ocasión que CON SAL Y LIMÓN aborda el tema: No podemos tener duda con respecto a la necesidad que tiene la ciudad capital de contar con un mayor número de áreas verdes y para la convivencia social y familiar, sobre todo en las proximidades del Centro, donde además existe al lado de las instalaciones castrenses, el Parque de la Piedra Lisa, durante muchos años, el favorito de los colimenses que es, además, de un atractivo turístico, y resulta hasta legendario. La Piedra Lisa es además insuficiente porque varias colonias populosas como la del Infiernavit (dicen ese es su verdadero nombre) se ubican a su alrededor.

Además, otros espacios céntricos se han dedicado a otros fines, como el antiguo Parque Matropolitano que, en sus pretensiones de ganar dinero para sus concesionarios, ya no puede ser pagado por sus antiguos beneficiados al haber sido transformado en Ecoparc y eso, además de la reputación ganada como consecuencia del inadecuado manejo de los animales que integran su zoológico, que se apartan de las normas.

La transformación de dicho espacio tiene que ver con los negocios inmobiliarios del propio gobernador y/o de algunos de sus colaboradores más cercanos, pero no se relaciona con los intereses de una población cada vez más depauperada que se queda sin espacios para utilizar durante su tiempo libre. Y seguramente, la afición por esas actividades inmobiliarias productivas no ha terminado.

El gobernador afirma que hará lo que el Comité nombrado para determinar el destino del terreno, diga y con ello pudiéramos presumir que se nos escuchará para tomar la mejor decisión para la sociedad colimense; pero precisamente allí es donde se ubica la trampa. El Comité cuenta con un representante de la sociedad civil, pero no es alguien que represente a la sociedad real, sino alguien nombrado para tratar de satisfacer otros intereses que no son lo que comúnmente podríamos llamar el interés general. Pero aun cuando la sociedad tuviera a alguien que la representara realmente, en el Comité sí se encuentran representados los constructores y los desarrolladores de vivienda, lo cual nos muestra los verdaderos intereses e intenciones: El resultado ya lo conocemos y solo se trata de legitimar la decisión. El que junta estas letras piensa que ese atropello no debe permitirlo la sociedad, ni tampoco el nuevo Congreso. Los nuevos diputados deben detener los afanes privatizadores de un gobierno especialista en negocios inmobiliarios. Y por lo que puede concluirse de una conversación sostenida con el futuro diputado Vladimir Parra, eso sucederá.

Algunos personajes han hablado de la pertinencia de construir allí recintos culturales, pero creo que ese no es el destino ideal, pues cruzando la calle se ubican las instalaciones de la Casa de la Cultura, que hace años contaba con cursos exitosos y tiene un teatro que fue el teatro de la Ciudad. Esas instalaciones hoy se encuentran abandonadas: Ya no hay cursos de nada y el Teatro está en desuso pues dicen, no hay dinero. Por supuesto, nunca existe una manera de fondear ningún programa cultural. Solo hay dinero para pagar un sueldo al inútil Secretario del ramo y a un conjunto de burócratas que nada hacen salvo favorecer proyectos culturales de sus amigos. La idoneidad de los funcionarios se encuentra seriamente cuestionada. Y entonces, para qué queremos más instalaciones allí. Mejor dar vida real a las actuales y construir otras en un lugar distinto. No habría que dudar que en unas semanas nos digan que como el gobierno estatal necesita recursos para cubrir las necesidades de fondeo para pagar aguinaldos y otras prestaciones de fin de año, allí también se construirán casas y oficinas de lujo.

Así, el terreno que será recuperado, debe destinarse a su vocación natural: ser una prolongación del Parque de La Piedra Lisa y se debe propiciar, a veces con la ayuda de la Secretaría de Cultura, que se desarrollen allí muchas actividades para niños, jóvenes y viejos. De esas actividades no se obtendrá dinero sino en vez, muchos otros beneficios sociales. No debemos olvidar que el gobierno no debe ser un negociante y que los métodos para obtener contribuciones, son otros. Aunque ya sabemos de la mayúscula pereza tributaria de nuestros gobiernos. Si lo que los funcionarios desean es hacer negocios, para eso se inventó la iniciativa privada, que se vayan.

El nuevo Congreso debe parar estos negocios, además de investigar y en su caso, actuar con los que se encuentran en curso (y seguramente, eso hará). Las funciones de un gobierno deben ser conocidas por los gobernantes. Las estrellitas que obtuvieron los gobernantes y la alta burocracia en las universidades de la tecnocracia, o en las universidades fifí, como diría nuestro presidente electo, no sirven para gobernar sino para hacer negocios.

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.

Comentarios

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *