URGE REFORMA FISCAL

Uno de los pendientes de la actual administración es la reforma fiscal. Sin ella, ¿se puede hablar de keynesianismo? Lo mismo, sin una política de empleo, ¿podemos hablar del modelo de Keynes?, pregunta Ernesto Ledesma a los economistas que lo acompañaron en la emisión del 4 de enero de 2022 de Perspectivas, (https://www.youtube.com/watch?v=EUWMDzs_q_I&t=372s), el programa de Rompeviento TV donde se analizó la cuestión de qué tan keynesiana es la 4T.

Considerando cuánto nos golpeó la pandemia, ¿cómo podemos valorar el papel que ha jugado el gobierno de López Obrador en la recuperación de los empleos?, inquiere el moderador a los integrantes de la mesa: Federico Novelo, doctor en Ciencias de Política Internacional, y Humberto Calzada, economista en jefe para Rankia Latam. Los dos acompañados por Violeta Núñez, doctora en Desarrollo Rural por la UAM-Xochimilco y coordinadora del libro La economía de la 4ª. Transformación (Juan Pablos Editor, 2021).

Para Humberto Calzada, en política de empleo “no ha habido grandes cambios en relación con las administraciones anteriores. La pandemia complicó la situación laboral no solamente en México sino a nivel mundial, y la recuperación de los empleos ha sido inercial (como inercial fue la recuperación en otras variables económicas)”.

“Lo que es plausible de las reformas en materia de empleo que intenta esta administración, es lo que concierne al outsourcing. Las prácticas de terciarización han perjudicado al trabajador mexicano, y las reformas de López Obrador son benéficas. Incluso considerando que, desde la especulación de los mercados, estas prácticas no son bien vistas porque afectan la rentabilidad de algunas empresas.

“También en cuestión de empleo, es necesaria la reforma fiscal para dar mejores condiciones al trabajador mexicano. Llevará tiempo, pero la reestructura es posible”, señala Calzada.

CÁRDENAS SE ADELANTÓ

En el artículo que Federico Novelo escribió para el libro que contiene aportes de 19 economistas, afirma que Lázaro Cárdenas se adelantó a John Meynard Keynes. El economista publicó su Teoría General en 1936 y, para ese año, el presidente mexicano ya había emprendido el fortalecimiento del Estado que culminaría con la expropiación petrolera, comenta Violeta Núñez.

Y se pregunta la investigadora del litio: ¿son comparables la nacionalización de la industria eléctrica y la de los minerales estratégicos, aun cuando todavía no se ha esclarecido cuáles van a ser?, ¿cuál es la lectura keynesiana que se puede hacer de la contrarreforma que planteó López Obrador a la reforma eléctrica de Peña Nieto?, ¿qué tan keynesiano es poner límites a la propiedad privada o a la participación de los particulares en la inversión de la industria eléctrica?

Para Novelo, “la experiencia monetaria del general Cárdenas es muy importante para México en dos sentidos. Efectivamente, antecede a la traducción al español de la Teoría General de Keynes la expansión monetaria que se da en contra de la autoridad del Banco de México. Hay que recordar que Luis Montes de Oca, director del banco central durante la primera etapa del sexenio cardenista, acabará siendo el jefe de la campaña presidencial de Juan Andreu Almazán en contra de la candidatura de quien sería el sucesor de don Lázaro, Manuel Ávila Camacho.

“Esta historia es muy curiosa. El Banco de México nunca ha sido un refugio de mentes progresistas y, en general, la preferencia por los temas financieros y el control de los precios a partir de la oferta monetaria es una de las corrientes más conservadoras del pensamiento económico.

“En la 4T hay una interpretación necesaria de la política keynesiana (no de la teoría sino de la política keynesiana), en el sentido que aparece como una necesidad. En un artículo reciente cito a Robert Skidelsky cuando dice: ‘El pensamiento, las ideas de Keynes van a estar disponibles para la humanidad siempre que esta las necesite’.

“Keynes no es algo que se adopte como política o por empatía con un lord inglés, altamente extravagante y de costumbres homosexuales, sino que son una serie de medidas prácticas que en cualquier crisis funcionan de manera más o menos plausible. Keynes mismo decía: ‘Hay quien quiere combatir el desempleo con apego a una teoría que no considera la existencia del desempleo; y eso, obviamente, no va a prosperar’.”

“Este keynesianismo aparece prácticamente en cualquier crisis y pareciera que (como diría el propio Keynes), si en el largo plazo todos vamos a estar muertos, él no. Keynes regresa en forma constante y se vuelve extraordinariamente útil para enfrentar de manera práctica algunas medidas que tienen que ver con la gestión de la demanda efectiva.”

KEYNES EL INMORTAL

“Estas nacionalizaciones en propedéutico, más esta recuperación de los grandes monopolios energéticos de México, tienen que ver con una idea muy fuerte en el pensamiento de López Obrador: la que patentó el PRI como nacionalismo revolucionario”, señala Novelo.

“Por eso, para AMLO es tan fácil combatir la alianza PRI PAN y PRD. Esos partidos pierden su especificidad, y Morena no requiere tener ninguna porque sigue siendo un movimiento que, además, encuentra en las fallas de sus opositores que antes gobernaron, la mejor receta para derrotarlos. Esa fórmula es nada menos que el fortalecimiento del nacionalismo.

“AMLO está recuperando a una parte de la población que no era tomada en cuenta, les está dando condiciones de existencia menos desafortunadas de las que padecían, y les está dando una centralidad en términos políticos por la vía de las consultas.

“Por supuesto, tiene un propósito de carácter político: continuar en el poder. Pero, como digo al terminar mi artículo: qué importa si AMLO se parece a Echeverría, qué importa si es keynesiano, qué importa si es leninista; lo que le interesa al pueblo con el que mantiene la mayor comunicación, es este tipo de reconocimientos y de resurgimiento.

“Como todo movimiento populista, la 4T se construye también con arreglo a muchas fobias. Siempre hay que tener un adversario para mantener el músculo en tensión y operar con eficacia”, sentencia Novelo.

GASTO ES GASTO

En concreto, ¿hay rasgos de keynesianismo en el gobierno de la Cuarta Transformación? ¿O es que, acaso, regresarle al Estado la rectoría en sectores estratégicos para nuestro país como el energético o en las instituciones de salud, son rasgos que se pueden catalogar más bien como socialistas?, pregunta Ledesma.

Un rasgo mínimo es el tema del gasto, responde Humberto Calzada. “Hay un monto importante de gasto público. Se discute si es gasto de inversión o gasto social, pero es gasto. Ese podría ser un pequeño rasgo de keynesianismo, pero no me atrevería a decir que es socialismo.

“Como a todos los invitados a esta serie de programas, sobre todo para alguien como yo que se dedica (a nivel macro, de hecho) a los mercados financieros, sigue siendo una incógnita la política económica de este gobierno.

“En el modelo económico del presidente Andrés Manuel López Obrador hay un poquito de todo. Estos temas de la nacionalización del litio y de la reforma eléctrica son interesantes y se prestan a debate.

“Muchos analistas, con los que yo no estoy de acuerdo, mencionan que ya estamos como Venezuela. Pero lo que México hace está muy alejado de Nicolás Maduro. No obstante, algunos colegas insisten en que así empezó Hugo Chávez su revolución bolivariana: nacionalizándolo todo.

“Lo que yo veo es que hay un punto neutro en este gobierno: no es neoliberal ni socialista ni keynesiano. Para los economistas, es difícil de analizar. Pero lo importante es que tome las decisiones gubernamentales de política económica en beneficio de la economía mexicana y, especialmente, del crecimiento y el desarrollo del país.

“Faltan tres años, vamos a ver qué es lo que viene al cierre. Por lo pronto, me pronuncio porque se mantenga la estabilidad”, concluye Calzada.

¿MUCHO, POCO O NADA?

Federico Novelo anota en su texto: ‘la 4T, ¿keynesiana?’ Y añade: ‘¿poco?, ¿algo?’ Por eso Violeta Núnez le pregunta qué tan poco y cuánto es algo, especialmente porque él mismo adelanta en el artículo que la pregunta se responde sola.

“La gestión de la pandemia que ha sido tan criticada por anteriores secretarios de Salud (algunos de los cuales no saben mucho del tema) como poco afortunada, mostró un rasgo keynesiano: la creación de un estabilizador automático al brindar apoyo a aquellas empresas que mantuvieran el pago de los salarios a sus trabajadores. Este componente del Estado de bienestar, al que podemos aspirar en las condiciones del no desarrollo en las que se debate el país, es sin duda una medida de corte keynesiano.

“Pero insistiría en que la política keynesiana es un remedio frente a las crisis, independientemente del signo ideológico del gobierno que esté a cargo. El esbozo que hace Humberto Calzada de un Donald Trump keynesiano, si uno lo hace en una reunión académica se arriesga a que lo cuelguen. Pero, en efecto, Trump tuvo algún destello keynesiano.

“Es muy difícil de demostrar, pero algunas de las medidas que tomó Trump coincidieron con la política industrial que Keynes le hubiera sugerido a David Lloyd George y a su Partido Liberal: a través de la infraestructura, reanimar el funcionamiento de la economía del Reino Unido.

“En distintos contextos (la depresión en Estados Unidos o la entreguerra en Gran Bretaña) se vio esta capacidad de enfrentar, intuitivamente si se quiere y con arreglo a políticas keynesianas, la anemia de ingresos que iba a tener la clase trabajadora y buena parte de la clase empresarial.

“México tiene un 94 por ciento de su producción en establecimientos que son de micros a medianos, pero reina la microempresa. Y la pandemia simplemente no se podía paliar con trabajo a distancia en la mayor parte de los empleos que generan esos establecimientos. Entonces, construir un estabilizador automático como fue el mantenimiento del pago de salarios durante la pandemia, fue una medida de corte keynesiano.

“Cuando digo que la pregunta se responde sola, lo que estoy planteando es la decepción enorme que tuvo Keynes cuando se dio cuenta que el presidente Franklin D. Roosevelt no sabía prácticamente nada de economía. Keynes dice: ‘Supuse que existía [una mínima] cultura económica del presidente’.

“El presidente López Obrador, con todo y la obra publicada que tiene, no es una persona con cultura económica plausible. Incluso, ese escrito sobre la economía moral sólo Taibo se lo pudo haber publicado. Es de una calidad ínfima, igual que Paco Ignacio.

“La pregunta se responde sola porque la 4T no tiene nada de keynesiana. No en el sentido de las virtudes de un funcionamiento económico con preocupaciones sociales, no en el de la propia alegría de la vida que, para Keynes, tenía que ver con una diferenciación social. La cual no tiene por qué llegar al extremo de una profundísima desigualdad, no obstante que lógicas como la de los sociólogos franceses sugieren que la plena igualdad no siempre es posible e, incluso, ni siquiera deseable. Es un tema más de carácter filosófico, pero creo sumamente importante plantearlo.

“El pragmatismo del presidente tiene, por supuesto, muchas posibilidades de conexión con la política keynesiana. Y creo que va a seguir encontrándose en el camino con medidas como esas, porque la sostenibilidad de cualquier forma de crecimiento requerirá tarde o temprano de una profunda reforma fiscal”, advierte Novelo.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

Comentarios

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *