VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS

 
 
¡Cuántas cosas han cambiado en el país! Hace 25 años Proceso publicó aquella portada en la que aparece Andrés Manuel López Obrador sangrando en Tabasco, luego de recibir un garrotazo, recuerda en El Chamuco TV el reportero Álvaro Delgado.

Como enviado especial del semanario, Delgado siguió eventos como el bloqueo a los accesos de uno de los pozos petroleros. Y tiene claro que nunca se tomaron los pozos ni mucho menos los incendiaron, como la propaganda oficial afirmó hasta convertirlo en mito.

Ese hombre es ahora presidente de la república –dice el caricaturista Helguera, pero la propaganda contra López Obrador no ha cambiado: ahora enfrenta una campaña según la cual el país es un desastre y está al borde del abismo. Que vivimos en un país a punto de convertirse en Venezuela, aunque no vean eso quienes están comprados por el gobierno o ¡ya recibieron la vacuna rusa!, retoma la broma Delgado.

“Lo interesante es que esas voces alarmistas pueden expresarse, como pueden hacerlo otras que tienen una visión diferente o que no asumen ninguna de esas dos posiciones”, dice ya en serio el conductor junto a Alejandro Páez Varela de Los Periodistas en La Octava.

“La sociedad mexicana ha ido modificándose. Y parte de ese cambio para bien es que fluyan opiniones antigubernamentales, sin enfrentar ese coro de voces oficiales y oficialistas que por muchas décadas prevaleció en nuestro país, en todo el ámbito de los medios de comunicación y con muy pocas excepciones.”

Qué bueno que puedan expresarse quienes dicen que México está al borde del colapso o de la guerra civil. “¡Tan bien que estábamos!”, ironiza Delgado. Así sea para pedir que volvamos a la normalidad, como señalaba el desplegado de julio del año pasado promovido por Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín. “En realidad, se refieren a volver a la normalidad del privilegio, de los abusos y la impunidad. No estamos en el paraíso, pero esa normalidad por la que muchos sienten nostalgia era un cuadro de horror”.
 
PERIODISTAS Y CHAMUCOS

Los conductores del noticiero vespertino en el canal de televisión de Grupo Radio Centro, estuvieron conversando con los moneros Helguera, Hernández y Rapé, en la primera emisión de la séptima temporada de El Chamuco TV, transmitida el 7 de febrero de 2021 por Canal 22 (https://www.youtube.com/watch?v=pFsVpcvSa9c&t=1741s).

Para Alejandro Páez Varela, lo interesante es qué ocurrirá después de Andrés Manuel. Esas voces van a seguir ahí cuando López Obrador se vaya a su rancho, La Chingada, pero el movimiento progresista es el lopezobradorismo, no es Morena que todavía no es un partido institucionalizado.

“Al final del sexenio tiene que haber una depuración de esa fuerza política. Última con López Obrador, la de 2024 será la primera elección donde Morena tenga que demostrar que puede, sin la posibilidad de utilizar la figura del presidente”, como lo hará en la intermedia de la misma manera que todos los partidos gobernantes del mundo.

Varios de los personajes mediáticos que ya estaban antes de Andrés Manuel seguirán ahí, pero no con la misma posición que tenían previo al 2018. “Pienso en esos páneles de opinión en las televisoras que, a estas alturas, ya se oyen viejos. Los argumentos son de otra época: Jorge G. Castañeda habla de la vacuna rusa como si estuviéramos en la Guerra Fría”, describiendo a Putin como al viejo Stalin y a Rusia como si fuera la Unión Soviética. Algo inexplicable porque Castañeda escribe en The New York Times, y en ese diario apareció el texto más completo sobre la vacuna Sputnik que se haya publicado en meses.

Director general del medio digital Sin Embargo, Páez Varela dice que “esos periodistas viejos y los nuevos que nos vamos incorporando a los medios masivos” –específicamente como voces a la radio y la televisión después de años de estar en medios impresos y en su prolongación, los portales de noticias– están pasando por un fenómeno interesante que beneficia a todos:

“Ahora tenemos un grupo amplísimo de periodistas, opinadores y comunicadores que cuestionan al presidente. Calderón tenía muy pocos: Carmen Aristegui se atrevió a preguntar [si el presidente tenía un problema de alcoholismo] y fue víctima de persecución”. Ahora, preguntar es algo que en Los Periodistas y los demás medios “hacemos a diario, y a nadie persiguen. Lo que no hay es dinero… más que para un puñado. Está mal repartido el dinero, pero no hay tanto como estaban acostumbrados”.
 
NO TODOS SOMOS IGUALES

Una cosa es cuestionar a uno de los poderes, y sólo a uno, acota Hernández, y otra esta “campaña de desinformación, mentiras y fake news en contra del presidente”.

Para Delgado, la situación se explica porque, “durante décadas, hemos tenido medios de comunicación y periodistas profundamente corruptos. La corrupción del periodismo en México no es un ave pasajera. Los medios fueron aceitados por el dinero público y, ahora que no hay recursos del erario, por el capital privado. Los medios no sólo deberían cuestionar al poder público sino también a los poderes privados”. Y entre esos otros poderes están el económico, religioso, mediático… o criminal.

“No necesariamente somos parte del poder mediático quienes nos dedicamos a la labor informativa. Los periodistas tenemos un relativo poder, derivado del ejercicio de dos derechos fundamentales: la libertad de expresión y el derecho a la información. Pero debemos estar sometidos al escrutinio riguroso de la sociedad y de nosotros mismos: los medios y los periodistas.

“Hablar del trabajo de otro periodista es saludable. Para bien, como reconocimiento de sus pares. Y también para mal, como crítica a las equivocaciones, la falta de rigor, la manipulación informativa o la corrupción. Hay que decirlo abierta y personalizadamente, porque no todos los periodistas somos iguales: yo no soy López Dóriga ni Loret de Mola. El trabajo de cada quien está expuesto”, subraya Álvaro Delgado.
 
NO ES OFICIO PARA CÍNICOS

Helguera observa que, si bien es un derecho de los medios cuestionar al poder político, la inmensa mayoría son propiedad de empresarios que tienen otros negocios, algunos de ellos no muy claros. Por eso, cuando sale el tema de las cuentas que confiscaron en Andorra, nada dicen. Y eso habla mucho de los accionistas de ese periódico, radio o televisora.

Tampoco citaron a la titular del SAT, Raquel Buenrostro, cuando reconoció en Los Periodistas que la onegé Mexicanos contra la Corrupción de Claudio X. González opera con la lógica de las factureras: mediante empresas fantasma y prestanombres.

Álvaro Delgado responde a los señalamientos que le hicieron algunos colegas por sacar el tema en la entrevista con Buenrostro, diciendo que es de interés público saber si una ONG está utilizando la evasión fiscal para cumplir sus fines. A lo que Páez Varela agrega: una organización no gubernamental que, además, utiliza a periodistas para hacer investigación, tiene que estar limpia. Ambos están de acuerdo en que un periodista corrupto nunca hará investigaciones que puedan incomodar al poder político o, en el caso de periodistas que trabajan para un actor económico, al poder empresarial.

Para Hernández, “se necesita tener un alto grado de cinismo [para señalar actos de corrupción, siendo un periodista corrupto] y muchos de estos periodistas son muy cínicos”. Delgado agrega: “para hacer periodismo, hay que tener autoridad profesional y ética”. O, como apunta Helguera: “para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”.
 
Mi correo: carvajalberber@gmail.com

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