El mandato

Todos hablan ahora del mandato que entregó el pueblo a los candidatos que fueron electos el pasado primero de julio. Y es cierto que existe ese mandato y que resulta muy claro: Ajustarse a la legalidad y disminuir la desigualdad. Eso significa muchas cosas, como entender al pueblo y mantener cercanía con él, austeridad y bueno, esa tripleta que se repite a cada rato: No robar, no engañar, no traicionar. Pero se ha hablado de ese mandato hacia Andrés Manuel López Obrador y el que junta estas letras interpreta que ese mandato abarca a muchos personajes más: Todos los otros candidatos que resultaron ganadores en los comicios, los gobernadores y otros cargos que ya se encuentran en funciones (terminen pronto su gestión o no) y a todas las figuras públicas de otros poderes y niveles de gobierno y por supuesto, a los partidos políticos. Ha de tomase como un mandato a todas las figuras de la política para que abandonen su veleidad y la irresponsabilidad con la que se han conducido y por supuesto, para que depongan sus actitudes que atentan contra el orden constitucional y claro, para que ajusten sus actos a la legalidad. El pueblo no desea que las cosas continúen como hasta ahora y por eso, votó por un cambio.

Lo dicho viene a cuento porque la presidente municipal electa de Manzanillo ha tenido un acercamiento con los ejidatarios de Salagua a quienes ha manifestado su convicción de liquidar un terreno de algo más de 10.5 hectáreas que ocupa desde hace 33 años la Comisión de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado de Manzanillo, CAPDAM, donde se ubica la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales. Hace diez años que el Ejido demandó al Ayuntamiento para que le pague el terreno y las rentas devengadas desde el 19 de septiembre de 1985 que fueron ocupadas con el pretexto de que serían expropiadas. Pero la expropiación nunca ha culminado porque el Ayuntamiento no ha pagado. El juicio lo ganó el Ejido y el Ayuntamiento ha interpuesto tantos recursos legales como ha podido para no pagar la deuda. Y es que la CAPDAM ha sido la caja chica del Ayuntamiento, sobre todo para financiar campañas políticas. Es un hecho que debe pagar, pero prolonga cuanto puede la conclusión de este asunto. Resulta hasta cómico que el Ayuntamiento interponga amparos en contra del Ejido; eso es una perversión, pues el amparo es una figura creada para que un ciudadano se proteja contra abusos de una autoridad y no para que la autoridad lo invoque para abusar de particulares como en este caso lo hace con los ejidatarios a quienes viola sus más elementales derechos.

Dicen que pagar afecta el erario municipal y eso no es cierto: La operación de la planta de tratamiento produce importantes utilidades económicas y sociales y lo justo es que paguen por ello a los propietarios del terreno, además es una obligación legal. Dicen que es mucho dinero y es cierto, pues son varias decenas de millones de pesos (y todos los días, el saldo se incrementa), pero hace 33 años era un terreno barato y no lo pagaron; ahora es un terreno caro y al precio deben sumarse 33 años de rentas. Los saldos crecieron por irresponsabilidad financiera. Más bien lo que ha afectado la hacienda municipal es la irresponsabilidad con la que se han conducido al negarse a pagar.

Griselda Martínez ha anunciado su intención de ir tras quienes causaron daño a las arcas municipales por su irresponsabilidad al no liquidar la deuda y eso ha inquietado a muchos, sobre todo a los del bolillo verde que actualmente ocupan la Presidencia municipal (sucesión de Gabriela Benavides, ahora senadora electa) y trataban de prolongar su estancia en el poder a través de Virgilio Mendoza, uno de los ideólogos del gobernador Peralta. Ahora no cesan de recomendar a Martínez que no pague, y más de un mercenario de la prensa la ataca y acusa a los ejidatarios de ser fariseos. La ilegalidad y la trampa como divisa de un régimen que se fue porque el pueblo lo rechazó y otros, que no han logrado cambiar el chip inserto en sus cabezas y por ello no entienden que viven en otro Manzanillo, en otro Colima y en otro México.

Las prácticas de los gobernantes han cambiado y su actitud será diferente una vez que tomen posesión de sus cargos. Tienen, efectivamente, un mandato muy claro y deben cumplirlo. Los otros, que continuarán en diferentes cargos deben entenderlo del mismo modo y con ellos, los medios de comunicación. Por supuesto, cuando me refiero a los medios, no es a todos, y cuando hablo de los mercenarios, no trato de abarcar a la generalidad de los comunicadores. Algunos se han solidarizado con la intención de Martínez y otros, quizás la ataquen porque no conocen el fondo del problema. Y bueno fuera que lo hicieran.

Estamos cansados de que no se respete el marco legal. Estamos cansados de injusticias y estamos cansados de tanta corrupción y de tanta impunidad. No queremos que la corrupción continúe reinando. Y por supuesto, Griselda Martínez da una lección a muchos. Pronto veremos materializados sus buenos oficios. No en balde, los ejidatarios de Salagua se solidarizaron con sus ideas y con su campaña. Afirma Adalberto Carvajal en estas mismas páginas que el protagonismo de esos ejidatarios, entre otros, es motivo del triunfo de la que fuera candidata morena. Y el que junta estas letras, así lo cree.

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.

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