Las 3 ancianitas asesinadas en Colima son “los 43” de Nacho

En Colima hemos perdido nuestra capacidad de asombro. Hemos perdido el Colima de antaño, el lugar pacífico, “feliz y seguro” del que disfrutamos los nacidos en la década de los 80 y antes. Así como hemos perdido ese Colima, el gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez ha perdido la batalla pública y también la privada; a medio sexenio, patalea para no ser considerada la peor administración estatal que se recuerde.

En menos de tres meses, tres mujeres de la tercera edad fueron asesinadas en el centro de la ciudad de Colima, un 3-3-3 diabólico e imperdonable. La última víctima tenía 79 años, fue asesinada este domingo al interior de su casa en el barrio El Refugio; fue encontrada asfixiada con un cinturón en el cuello. Anteriormente, el 01 de diciembre de 2018, en la esquina de General Núñez y Matamoros, una mujer de alrededor de 90 años de edad fue brutalmente golpeada para después ser asfixiada al interior de su vivienda. De igual forma, el martes 01 de enero, una mujer de alrededor de 80 años fue asesinada cuando se opuso a un robo en el interior de su casa, ubicada en la esquina de Los Regalado y 27 de Septiembre; fue golpeada y degollada.

Si a eso le sumamos el hallazgo de 69 cuerpos en fosas clandestinas en Santa Rosa, Tecomán, y el pánico social por los presuntos raptos de mujeres por toda la entidad, el panorama colimense es desolador. La muerte secuencial de las 3 ancianitas del corazón de la capital será el hierro ardiendo que mancille a la presente administración como un tatuaje en la frente, indeleble e inocultable.

A la población colimense le indignó que su gobernador no saliera a dar la cara ante el tercer asesinato de una adulta mayor. En sus redes sociales, después de la ceremonia de los “Oscars” (dirían los pochos), Peralta posteó una felicitación a Alfonso Cuarón, que ahora dudamos haya salido de su ronco pecho, pues el día siguiente, a pregunta expresa de la prensa, Peralta tildó el filme Roma de “aburrida y sobrevalorada”.

Pero el problema no es ése; el gobernador tiene derecho a echar guiños hacia Hollywood si él quiere. El problema es que su gobierno y la Fiscalía (su fiscal carnal) han hecho mutis en torno al caso, o los tres casos; y lo que ha permeado es el sentir social, no solo por las calles, sino como fuentes para los comentarios de las redes sociales. En cualquier libro de Henning Mankell o serie policiaca escandinava se da cuenta de cómo los crímenes que impactan socialmente se relatan oficialmente ante los medios, en ruedas de prensa y comunicados, como parte esencial de la transparencia y como una exigencia ciudadana.

No pocos días antes, el diputado priista Rogelio Rueda propuso el “exhorto mordaza”, precisamente para que los medios no difundieran “fake news”. La renuencia a informar por parte del Gobierno del Estado y la propia Fiscalía no solo desvela un intento por detener el flujo de las noticias que no son positivas para la administración estatal, sino que generan toda clase de especulaciones en las redes.

Fue Locho Morán, el alcalde de Colima, quien salió a dar un posicionamiento sobre el tema. Ávido por reflectores, como ha sido su costumbre, se ha puesto la camisa de once varas. A inicios del año, pidió mediante Cabildo el control de la seguridad en la capital. Después de anunciarlo, dejó de difundir el tema, pues la inseguridad es un arma de triple filo en la que dos puntas rozan la garganta. Son los peligros que corre Locho al merodear responsabilidades que, al momento, son de Nacho. Después no quiero lamentos.

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