“Ustedes [los periodistas] tienen la posibilidad de caer en cuatro pecados o en cuatro actitudes malas, por no hablar en lenguaje teológico, cuatro actitudes que los amenazan continuamente y de las cuales tienen que defenderse”, dijo el papa Francisco en la entrevista que concedió al periodista español Jordi Évole del canal La Sexta.
En la conversación transmitida el domingo 31 de marzo de 2019 cuando el Sumo Pontífice volvía a Roma tras su viaje a Marruecos, Francisco alertó sobre cuatro pecados o desviaciones en las que pueden caer los hombres de prensa y los medios de comunicación:
“Primero la desinformación: doy la noticia pero doy solo la mitad. La otra mitad no la doy. Eso va contra el derecho que tiene uno que recibe noticias a estar informado. Le informás la mitad, le informás mal. Esa es una de las desviaciones que ustedes tienen que cuidarse de no caer en ella”, indicó el Santo Padre.
Citado por la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa; https://www.aciprensa.com/quienes.htm), Jorge Mario Bergoglio señaló que el segundo pecado es “la calumnia: calumniar gente. Hay medios de comunicación que calumnian sin ningún problema. ‘¿De dónde sacó eso usted? Lo vi en la televisión, lo leí en el diario’. El medio de comunicación tiene tanto poder frente a las masas, la gente, que puede calumniar impunemente Además, ¿quién le va a hacer juicio? Nadie”.
“Tercero: la difamación, que es más sutil todavía. Porque toda persona tiene derecho a la reputación. Y si vos hace 20 años pegaste un resbalón en la vida, hiciste una macana, pagaste la cuenta, pagaste la pena. Sos ahora una persona libre y sin mancha. No te pueden sacar en los medios de comunicación una historia que está superada, bien pagada ya y resarcida. La difamación: te traen una mancha de antes y te la tiran ahora”, explicó el Pontífice.
Para el Papa el cuarto pecado es “la coprofilia”, que consiste en “el amor a la cosa sucia”, a los escándalos. “Hay medios que viven de publicitar escándalos sean o no verdaderos, o sean la mitad verdaderos o no, pero viven de eso”, señaló.
Sobre este pecado, el Pontífice recordó lo que comentaba en Argentina “mi antecesor en Buenos Aires, el Cardenal Quarracino, que decía: ‘Mirá, yo ese diario no lo puedo leer porque hacés así y chorrea sangre’”.
Y concluyó: “Creo que superando estos cuatro límites la comunicación sería algo maravilloso”.
EL DEDO EN LA LLAGA
En una nota de Mercedes de la Torre (https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-pide-a-periodistas-trabajar-segun-la-verdad-y-la-justicia-62315), la misma ACI Prensa reseña las palabras que el papa Francisco dirigió el 18 de mayo de 2019 a los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia.
Al recibirlos en la Sala Clementina del Vaticano, les pidió trabajar a favor de “la verdad y la justicia” y promover la esperanza.
Primero, expresó a los periodistas extranjeros estima por su trabajo “incluso cuando ponen el dedo en la llaga”, pero añadió que “quizás la llaga está en la comunidad eclesial”. En este sentido, aseguró que su trabajo es valioso porque “contribuye a la búsqueda de la verdad, y sólo la verdad nos hace libres”.
En el discurso de la audiencia, dijo: “Aprecio el compromiso con el que llevan a cabo su trabajo que, vivido con espíritu de servicio, se convierte en una misión. Durante mis viajes apostólicos, puedo ver el esfuerzo que implica. Además, viven lejos de sus países de origen y se encuentran con el país en el que trabajan, sabiendo cómo captar sus aspectos positivos y negativos”.
Además, Francisco citó las palabras de Benedicto XVI quien afirmó que “a veces los medios de comunicación tienden a hacernos sentir siempre ‘espectadores’, como si el mal solo afectara a otros, y ciertas cosas nunca nos podrían pasar. En cambio, todos somos ‘actores’ y, para bien o para mal, nuestro comportamiento influye en los demás».
Por ello, el Santo Padre los exhortó a trabajar “según la verdad y la justicia, para que la comunicación sea verdaderamente un instrumento para construir, no para destruir; para encontrarnos, no para chocar; para dialogar, no para monologar; para orientar, no para desorientar; para comprender, no para incomprender; para caminar en paz, no para sembrar odio; para dar voz a los que no la tienen; para dar voz, no para ser un megáfono a los que gritan más fuerte”.
EL PERIODISMO HUMILDE
Por otro lado, el Papa destacó la importancia de la humildad que “puede ser un elemento fundamental” de la profesión periodística. “El periodista humilde es un periodista libre. Libre de condicionamientos. Libre de prejuicios, y por ello, valiente”, afirmó.
En esa línea, el Santo Padre recordó los muchos periodistas que son asesinados por realizar su labor en todo el mundo y añadió que “la libertad de prensa y de expresión es un indicador importante del estado de salud de un país”.
“Necesitamos un periodismo libre, al servicio de lo verdadero, lo bueno, lo justo; un periodismo que ayude a construir la cultura del encuentro. Necesitamos periodistas que estén del lado de las víctimas, del lado de los perseguidos, del lado de los excluidos, de los descartados, de los discriminados”, dijo el Papa.
Por otro lado, Francisco advirtió que “los periodistas humildes no son mediocres, sino más bien conscientes de que a través de un artículo, un tuit, una televisión o una radio en directo se puede hacer el bien, pero también, si no se es cuidadoso y escrupuloso, el mal se hace a los demás y a veces a comunidades enteras”.
Por ello, el Papa pidió tener atención con las noticias falsas (fake news, en inglés). “La información falsa puede extenderse hasta el punto de parecer auténtica. Por esta razón, los periodistas siempre deben considerar el poder de la herramienta a su disposición, y resistir la tentación de publicar noticias que no han sido suficientemente verificadas”.
“En un momento en que mucha gente está difundiendo noticias falsas, la humildad te impide vender el alimento dañado de la desinformación y te invita a ofrecer el buen pan de la verdad”, dijo.
NI MESÍAS NI CHIVO EXPIATORIO
En este sentido, el Pontífice aconsejó algunas actitudes que el periodista debe cultivar, como no alimentar los eslóganes, que, “en lugar de poner en marcha el pensamiento, lo anulan»; no crear estereotipos; no conformarse con representaciones cómodas que retratan a «los individuos como si fueran capaces de resolver todos los problemas, o por el contrario como chivos expiatorios, sobre los que descargar toda la responsabilidad».
De este modo, el Santo Padre alertó que actualmente hay “demasiadas palabras hostiles” y explicó que el decir cosas malas sobre los demás “se ha convertido en un hábito para muchos, junto con el de clasificar a las personas” por lo que exhortó a recordar siempre que “cada persona tiene su dignidad intangible, que nunca se le puede quitar”.
Por último, Francisco explicó que “el periodista humilde y libre trata de decir lo bueno, aunque más a menudo es el mal el que hace las noticias” por lo que animó a seguir informado “esa parte de la realidad que gracias a Dios sigue siendo la más extendida: la realidad de los que no ceden a la indiferencia, de los que no huyen ante la injusticia, sino que construyen con paciencia y en silencio. Hay un océano sumergido de bien que merece ser conocido y que da fuerza a nuestra esperanza”.
“Los invito a ser un espejo que sepa reflejar la esperanza. Y deseo que sean mujeres y hombres humildes y libres, que son los que dejan una buena huella en la historia”, concluyó.
Al finalizar la audiencia, el Papa Francisco saludó a cada uno de los periodistas presentes con sus familias y les regaló una copia del libro “Comunicar el bien. Las palabras del Papa Francisco”. Este volumen fue editado por la Librería Editorial Vaticana (LEV) en italiano y recopila algunos discursos de Jorge Mario Bergoglio en materia de comunicación.
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